domingo, 6 de marzo de 2022

Ericsson sobornó al Estado Islámico con tal de seguir haciendo negocios en Irak

 

Ericsson sobornó al Estado Islámico con tal de seguir haciendo negocios en Irak

Por Adán Salgado Andrade

 

La corrupción es practicada en todo el mundo, pues constituye una forma de asegurar negocios y ganancias extras para quienes dan sobornos y una forma de enriquecerse, para quienes los reciben. La máxima es hacerse rico o incrementar actividades o ganancias de las empresas, no importa cómo se logre. Y si tienen que cometer fraudes, con tal de ganar más, lo hacen dichas empresas. Fue el caso de la automotriz Volkswagen, la que en el 2015, trucó el software de sus motores diésel de ciertos modelos, con tal de que las emisiones aparentaran ser reducidas, en comparación con las de otras marcas, pero que, en realidad, eran mucho mayores. Eso fue descubierto por la EPA (Environmental Protection Agency) de Estados Unidos, la que denunció el engaño y, desde entonces, las demandas y acciones legales en varios países han ascendido a cientos de millones de dólares. En este caso, a esa empresa, le salió más caro el truco, que pudiendo haber hecho, realmente, motores más eficientes (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2015/12/corrupcion-corporativa-ganancias-y.html).

Muchas empresas más, tienen secretos por el estilo, muy mezquinos. Recientemente, una rigurosa investigación periodística, también sacó a la luz las sucias acciones del “respetable” banco suizo Credit Suisse, nefasta institución que permitía a delincuentes de todo tipo, desde políticos corruptos, dictadores, narcos, asesinos y más, a abrir cuentas bancarias, sin ninguna consideración ética o moral, “sólo le importaba a ese banco, que le depositaran sus millones de dólares, para manejárselos y obtener una ganancia” (ver: https://www.theguardian.com/news/2022/feb/20/credit-suisse-secrets-leak-unmasks-criminals-fraudsters-corrupt-politicians).

Eso, como señalé, fue resultado de una minuciosa investigación periodística, pues ese banco, muy respetuoso del “secreto bancario”, jamás habría revelado esas bajezas.

Del mismo modo, recientemente, otra investigación periodística dio a conocer que la empresa sueca de telecomunicaciones Ericsson, cuando una buena parte del norte de Irak estuvo tomada por la organización terrorista denominada Estado Islámico, “sobornaba a sus miembros, con tal de que sus transportes de equipo y empleados, pudieran continuar sus rutas, y para seguir haciendo sus negocios en ese convulso país”. No sólo eso, sino que esa investigación reveló que “Ericsson, estuvo envuelta en esquemas corruptos en al menos 10 países de cuatro continentes”. El artículo de The Guardian titulado “Se reveló por archivos filtrados, que Ericsson sobornaba al Estado Islámico”, firmado por Rob Evans y Michael Safi, expone ese mezquino actuar (ver: https://www.theguardian.com/business/2022/feb/27/revealed-leaked-files-ericsson-allegedly-helped-bribe-islamic-state).

Comienzan diciendo los reporteros que “documentos confidenciales revelaron que el gigante de las telecomunicaciones sobornó al Estado Islámico (EI), con tal de seguir ofreciendo sus servicios en las zonas de Irak en que ese grupo tenía  el control. Además, también permitió que las vidas de contratistas estuvieran en riesgo, pues permitieron que fueran secuestrados por esa organización terrorista”.

Explican que el EI secuestraba a empleados de la empresa y a contratistas por “medidas de seguridad”. Y la empresa, con tal de seguir con los buenos negocios, nada objetó, pues lo que más quería era congraciarse con esos terroristas.

“Eso, sugeriría una serie de malas prácticas de Ericsson, mucho mayores que las reconocidas por la empresa en el 2019, cuando llegó a un acuerdo de 1,000 millones de dólares (mdd) con el Departamento de Justicia estadounidense por su mal actuar”.

Es bueno recalcar que cuando una empresa, la que sea, en Estados Unidos, “actúa mal”, su “castigo”, si así puede llamarse, consiste en multas, nunca se le hacen cargos, por ejemplo, de suspenderla o cerrarla definitivamente, sólo en muy contados casos. Claro, el dinero, todo lo resuelve, aunque sus acciones, como en este caso, hayan sido muy deleznables.

La empresa tiene sus cuarteles centrales en Estocolmo, da trabajo a unas cien mil personas y vende equipo de telecomunicaciones en unos 180 países. Como siempre, en su página de internet, se muestra muy amable, diciendo que “como una industria y una sociedad, debemos de trabajar juntos para asegurar un futuro sustentable y conectado, porque lo que hacemos ahora, será el cimiento de lo que sea posible mañana (ver: https://www.ericsson.com/en/about-us/our-purpose).

Pero a la vista de sus bajezas, podría modificar su “visión como empresa” diciendo que “los fraudes que cometamos ahora, nos asegurarán el futuro”.

Por tales revelaciones, las acciones de la empresa cayeron 14%, y no le quedó más remedio que “admitir que se rompieron reglas sobre su comportamiento corporativo”.

Los documentos filtrados, fueron producto de que la misma empresa ordenó una investigación sobre prácticas corruptas hechas por la misma, entre el 2019 y el 2020, como de que “se concluyó que la firma multinacional, se vio envuelta en dar sobornos al EI, con tal de que sus productos pudieran transportarse en las partes de Irak, en poder de los terroristas. Los pagos se hacían a través de un fondo informal, administrado por contratistas que trabajaban para la empresa, de acuerdo con los investigadores”.

También reconoció Ericsson no haber pagado impuestos en Irak, gracias a sobornos.  “E igualmente, haber pagado millones de dólares en sobornos para ganar contratos en naciones como Djibouti, China, Vietnam, Indonesia y Kuwait”.

Tan sólo en Irak, “se pagaron al menos 37 mdd  en sobornos, tanto al EI, así como a funcionaros del gobierno, para ganar contratos. Las llamadas, se cobraban más caras y a esos funcionarios, se les pagaban viajes con todo incluido a España o a Suecia”.

También en Líbano, Bahréin o Angola, se sobornaba a funcionarios con dinero y vacaciones pagadas, para que la dejaran operar con toda libertad.

En el caso de Irak, Ericsson firmó contrato con una empresa, que fue la que le cobró más caro, “pero le aseguró que sus equipos llegarían. La investigación concluyó que era porque tal empresa, pagaba sobornos al EI, pues debía de circular por mucha parte del territorio controlado por los terroristas”.

Y cómo el EI debía de asegurarse que se le pagara, retenía a empleados, en contra de su voluntad. “Un ingeniero que no dio su nombre, por razones de seguridad, aseguró que Ericsson los presionaba a aceptar las condiciones del EI, nada de protestar, con tal de seguir haciendo buenos negocios y que lo mantuvo detenido un mes, hasta que el pago se realizó”.

O sea, eran preferibles las ganancias a la vida de los empleados.

Como siempre, la empresa acusa a los empleados de tales prácticas “y asegura que muchos fueron despedidos o renunciaron”. Pero es una hipocresía, pues tanto dinero en sobornos, no se hubiera gastado, sin el conocimiento y aprobación expresa de altos funcionarios de Ericsson.

Finalmente, el comportamiento de Ericsson, lo único que demuestra es que en el capitalismo salvaje, no hay límites, ni ética. Si se debe de destruir un ecosistema, sobornar gobiernos, provocar una guerra o matar a gente, lo hará, pues lo que guía a este depredador sistema, es la obtención de una buena ganancia. Y entre más grande sea ésta, mejor.

 

Contacto: studillac@hotmail.com