Un lago artificial de EEUU fue hecho inundando una comunidad afroestadounidense
Por Adán Salgado Andrade
Hay muchos lugares en los que pesan supuestas “maldiciones”, debido a los obscuros orígenes a los que deben su creación (una anécdota así, es que hace años, mi pareja de entonces, trabajaba en la Cámara de Diputados, en el Museo Legislativo. Eran frecuentes, me platicaba, las visiones de “fantasmas” y cosas raras, como objetos moviéndose porque, supuestamente, ese edificio se construyó en lo que siglos atrás fue un panteón).
Uno de tales sitios es el lago artificial Lanier, ubicado en Georgia, uno de los sitios más turísticos y emblemáticos de ese estado estadounidense. Fue un lago construido en un pueblo afroestadounidense, llamado Oscarville, en los 1950’s, dentro del acomodado condado de Forsyth y quizá por sus obscuros, arbitrarios orígenes, pese una especie de maldición sobre él. El artículo del portal digital teenVogue, firmado por la periodista Jameelah Nasheed, expone esa situación y que sitios habitados por afroestadounidenses, siguen siendo los favoritos para ser afectados por desarrollos inmobiliarios y carreteros (ver: https://www.teenvogue.com/story/lake-lanier-deaths-history-black-town).
Comienza Nasheed narrando algunas muertes que se han dado, de gente que se ahoga en ese lago, por distintas circunstancias y hasta famosos, como el hijo de once años, de Tameka Foster, la ex esposa del cantante afroestadounidense Usher, que en el 2012, se ahogó allí. “Tameka demanda al estado que se drene ese lago, para ver todo lo que hay en su fondo”.
Eso, porque un buzo, Buck Buchannon, aseguró que en algunas partes muy obscuras del fondo de lago, “usted puede sentir un brazo o una pierna, sin moverse”. Asì que si se drenara, se destaparían muchos desagradables secretos.
De hecho, el lago, en sí, es una infamia, pues, como señalé, se tuvo que inundar una floreciente comunidad afroestadounidense, Oscarville, cuyos habitantes, casi todos negros, tenían buen nivel de vida, negocios, buenas casas… pero nada de eso se respetó. “Se les obligó, desde finales de los 1940’s, a ir desalojando sus propiedades, que les fueron pagadas a como fijó el gobierno. Todo quedó sepultado bajo las aguas, casas, iglesias y hasta cementerios, lo que retroalimenta los rumores de que está maldito” (ver: https://lakelanier.com/history/#:~:text=When%20Was%20Lake%20Lanier%20Built,pool%E2%80%9D%20by%20August%2C%201958.).
Durante varios años, cientos de personas han muerto allí, sean ahogados o por accidentes, “como en 1964, que una familia cayó allí en su auto, al perder el conductor el control”.
De todos modos, tiene gran importancia económica, pues deja al estado unos $5,000 millones de dólares anualmente, “por los 10 millones de visitantes que atrae cada año”.
La peor infamia es que se le nombró Lanier, por el poeta racista Sidney Clopton Lanier (1842-1881), quien fue soldado confederado, quien luchó justamente para que la esclavitud se siguiera practicando en Estados Unidos. Así que doble infamia para los afroestadounidenses que desalojaron de Oscarville.
Dice Nasheed que pareciera que ese infame evento quisiera borrarse de la memoria histórica, pues es “incómodo”, más ahora que los republicanos están teniendo un fuerte regreso, muy conservador, racista y retrógrado (ya han prohibido en varios estados el aborto, por ejemplo. Ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/07/la-prohibicion-del-aborto-en-eeuu-pone.html).
Menciona Nasheed otras infamias, como el linchamiento de un afroestadounidense, en septiembre de 1912, Rob Edwards, quien fue acusado, sin pruebas, de violar a una mujer blanca, Mae Crow. Edwards y otros afroestadounidenses vivían en el mencionado condado de Forsyth. Los que quedaron vivos “fueron obligados por una enfurecida multitud de blancos a abandonar sus propiedades y el pueblo” (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/1912_racial_conflict_in_Forsyth_County,_Georgia).
“En 1987, décadas más tarde de ese incidente, Oprah Winfrey, para su show, visitó el condado de Forsyth, que en 75 años, no había tenido habitantes negros. Actualmente, sólo 4.9 por ciento lo son y más del 72.6 por ciento de los residentes, son blancos”, señala Nasheed. Claro, se logró también con la construcción de la presa, una limpieza étnica.
Y así ha ocurrido con muchas ciudades y barrios pobres estadounidenses, que gracias a circunstancias hasta excepcionales, logran deshacerse de minorías. Eso sucedió, por ejemplo, cuando el huracán Katrina, que golpeó las cosas de Nueva Orleans, en el 2005, acabó con barrios populares hechos por el gobierno (public housing). Un prominente congresista republicano, Richard Baker, en ese entonces, comentó, cínico, que “lo que el gobierno nunca pudo hacer en años, deshacerse del ‘public housing’, la fuerza de la naturaleza lo había hecho en sólo un día” (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2009/03/la-muy-oportuna-descomposicion-del.html).
Nasheed agrega que Oscarville no ha sido la única comunidad cubierta por un lago. “El lago artificial Martin, de Alabama, cubrió un pueblo afroestadounidense formado en 1895”. Y la comunidad Seneca, de la ciudad de Nueva York, también predominantemente afroestadounidense, fue cubierta por el Parque Central “y no se trataba de gente pobre la que vivía allí, sino de afroestadounidenses que tenían casas de dos pisos y eran empleados respetuosos” (ver: https://www.centralparknyc.org/articles/seneca-village).
Igualmente, autopistas, han sido construidas sobre comunidades negras, por muchos años, “consideradas como barrios bajos” (ver: https://www.reuters.com/world/us/us-freeways-flattened-black-neighborhoods-nationwide-2021-05-25/).
También en Carolina del Sur, se planea construir una autopista, que ha estado afectando a familias afroestadounidenses, que por décadas vivieron en las casas que se expropian. “De las personas que quedaron, negras, la mayoría, tendrán una autopista de cuatro carriles detrás de sus casas, además de comunidades separadas por esas obras” (ver: https://www.theguardian.com/us-news/2023/jul/25/sandridge-south-carolina-highway-conway-perimeter-road).
Por supuesto que los barrios blancos, sobre todo los acomodados, nunca son afectados.
Dice Nasheed, reprochante, que “vivimos en un país (Estados Unidos) que ha ido de esclavizar a personas, a barrer con las comunidades que construyeron, ya libres. Hoy hay políticos que prohíben la enseñanza de esa negra historia, mientras promueven falsamente otra, como de que los esclavos veían un ‘beneficio personal’ al estar en cautiverio”.
Absurdo, justo la visión que la supremacista escritora Margaret Mitchell (1900-1949) tenía, la que pone en boca de uno de sus personajes ex esclavos, de su novela “Lo que el viento se llevó”, que “añoro mi vida de antes, cuando era esclavo”.
“Es realmente un testamento histórico que rompe el corazón, que el legado racista todavía siga siendo apoyado por muchos estadounidenses”, concluye Nasheed.
Es cierto. Ahora, hasta libros de famosos escritores afroestadounidenses, como la novela “Ojos Azules” de la gran Toni Morrison (1931-2019), ganadora del Nobel de literatura en 1993, se están censurando por ser “inconvenientes” (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/03/crecen-los-libros-prohibidos-en-estados.html).
Y la brutalidad policial contra afroestadounidenses crece. Los policías, por cualquier motivo, hasta los matan, como sucedió con George Floyd, que un “policía” blanco lo sometió con una rodilla sobre el cuello, hasta asfixiarlo, a pesar de que el hombre le dijo varias veces que “no puedo respirar” (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/06/racismo-y-brutalidad-policial-en.html).
Así que seguirá cobrando vidas el lago Lanier, pero no tantas como esclavos africanos murieron durante siglos y afroestadounidenses, que lo siguen haciendo, muchos de ellos, asesinados por blancos, simplemente por ser negros.
Contacto: studillac@hotmail.com