jueves, 12 de octubre de 2023

La apocalíptica sequía en la amazonia brasileña

 

La apocalíptica sequía en la amazonia brasileña

Por Adán Salgado Andrade

 

La selva amazónica de Brasil nos proporciona el 20 por ciento del oxígeno que respiramos a diario, es un pulmón planetario.

Pero tanto se le está depredando y destruyendo que hasta está perdiendo ya su capacidad de regeneración, lo que significa que no podrá recuperarse de todo el daño provocado. Se irá convirtiendo en sabana (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/03/la-amazonia-brasilena-ya-no-se-esta.html).

Mucho de ese daño se debió a que el ya nefasto expresidente Jair Bolsonaro incluso alentó a que ganaderos quemaran granes extensiones de selva, con tal de que se convirtieran en pastizales para sus cabezas de ganado, pues el señor decía que el desarrollo económico de Brasil estaba por encima del ambiental, que la selva, como tal, “no genera riqueza y hay que ponerla a trabajar para que lo haga” (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/09/los-criminales-provocados-incendios-de.html ).

También permitió y toleró un brutal crecimiento de la minería ilegal para buscar oro que, igualmente, la está destruyendo (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/01/la-mineria-ilegal-de-oro-en-la-selva.html).

Y a esos daños ocasionados por irresponsables formas de actuar de “políticos” corruptos, faltos de ética ambiental, hay que agregar que la emergencia climática, también ocasionada por el ser humano – por eso se le llama ya antropoceno a esta época, pues el clima está siendo modificado por la acción de la humanidad –, está exacerbando el daño a la selva, pues una combinación de megasequías con megainundaciones, contribuye más a su destrucción, pues alteran el equilibrio que siempre existió.

El articulo de Associated Press, titulado “’Sin agua, no hay vida’: la sequía en la selva amazónica brasileña está agudizando los temores de lo que vendrá”, firmado por Edmar Barros, expone la dramática situación que está viviendo esa selva en varias de sus partes, azotadas por una larga sequía que amenaza con ser la “norma en el futuro”  (ver: https://apnews.com/article/brazil-amazon-drought-environment-climate-rivers-4152b5e288e1b85abc4e5d4af64db67d).

Las fotos que acompañan el artículo son terribles, rompen el corazón al verlas. Una, muestra a cientos de miles de peces que murieron por la alta temperatura alcanzada por el agua de un río casi seco. Eso y las bacterias oportunistas que se multiplicaron exponencialmente, mataron a todos esos peces, los que yacen muertos en las orillas, que antes debieron de estar cubiertas y que ahora son secas tierras, agrietándose por un inclemente Sol. Se están pudriendo allí y están incubando enfermedades que luego perjudicarán a otros peces, animales o personas. En otra foto, el lago Piranha o lo que queda de él, también está cubierto por cientos de peces muertos, que flotan, pudriéndose.

Y casas flotantes, que antes se mantenían sobre el agua, ahora están encalladas en tierra, en lo que fuera el fondo del río.

“Unos 140 delfines murieron en el lago Tefe, ubicado a unos 480 kilómetros de Manaus. Fue una noticia que conmocionó a todo el mundo. Las imágenes de buitres comiendo de sus cadáveres, que se encontraban en las orillas del lago, fueron sobrecogedoras. ‘El calor excesivo puro haberlos matado’, dice Ayan Fleischmann, un hidrólogo del Instituto para el Desarrollo Sustentable de Mamiraua. Pero otra hipótesis es que los aniquilaron perjudiciales bacterias que se reprodujeron demasiado por aguas anormalmente calientes“.

Por ello empleé la palabra apocalíptica, pues escenas así, son de la destrucción de la que habla el Apocalipsis bíblico, de que sequías, incendios, muerte por millones de todo, plantas, animales, personas… se está produciendo desde ahora, antes de que lleguemos al límite “sano” de que se caliente el planeta no más allá de 1.5º C.

Y no es el único sitio en donde han aparecido animales acuáticos muertos. Ballenas, focas, lobos marinos, han aparecido sin vida, en distintas playas y países, muy probablemente también por la acción de aguas calientes en exceso y las oportunistas bacterias que se multiplican y atacan a animales cuyo sistema inmune está debilitado por el calor (ver: http://www.perupesquero.org/en/policia-ecologica-halla-500-lobos-marinos-muertos-en-playa-de-ancash).

Como las aguas tan bajas no son ya tan navegables, también se está afectando la distribución de agua, comida o energéticos para la gente que vive cerca de los ríos que se secan.

Lo peor es que, a pesar de que es invierno en Brasil, altas temperaturas han imperado en vastas regiones de ese país. Casi toda la cuenca está afectada y los ríos, como señalé, están casi secos. Personas adultos mayores, como Raimundo Silva do Carno, de 67 años, dice que tuvieron que cavar una especie de pozo, para hacerse de agua para beber. “Es terrible el trabajo, más, cuando hace tanto calor. Necesitamos agua para beber, para bañarnos, para cocinar. Sin agua, no hay vida”. El señor se dedica a pescar, normalmente, pero en estos días, mejor busca agua para beber, pues “los pocos peces que pescamos, vienen todos dañados y mejor los regresamos, porque así, no pueden venderse”.

Dice que nunca había visto una sequía como la actual.

“Ocho estados brasileños, reportaron el menor nivel del agua, de julio a septiembre en más de 40 años, de acuerdo con CEMADEN, el centro de desastres de Brasil. La sequía ha afectado a casi todos los principales ríos del Amazonas, la mayor cuenca del mundo, la que provee alrededor del 20 por ciento del agua dulce del planeta”, señala Barros.

Así que, vean, no sólo estamos afectando una importante reserva de oxígeno, sino una de agua dulce, en un mundo cada vez más sediento. Obviamente, tanta tala indiscriminada, también ha influido, pues los árboles son indispensables para que el agua se condense, se formen nubes y llueva.

Lo peor es que la larga sequía ha ocasionado resequedad de la vegetación y tanta vegetación seca es excelente combustible para las llamas. “Tan sólo en el estado de Amazonas, cerca de 7,000 incendios forestales se reportaron en septiembre, la segunda cifra más alta de ese mes, desde que comenzó el monitoreo satelital en 1998. El humo resultante, está asfixiando a los más de dos millones de habitantes, quienes también están experimentando sofocante calor. Recientemente, la ciudad registró su temperatura  más extrema desde que se comenzó a medir en 1910”, señala Barros. 

Así que esa pobre depredada selva, se está convirtiendo en una gigantesca fogata.

Y por los bajos niveles del agua, la hidroeléctrica Santo Antonio, dejó de funcionar, pues no hay agua suficiente para impulsar sus turbinas. “Es la primera vez que ha sucedido, desde que se inauguró en el 2012”.

Y esos ríos que ahora están tan secos, fueron los que, en el 2021, por tantas lluvias, hasta se desbordaron, provocando varias severas inundaciones. Así que tanto daño o lo provocan severas sequías o fuertes inundaciones.

Y vegetación, agricultura, animales, gente… son los perjudicados. Unos 250,000 habitantes rivereños, están afectados por la presente sequía y lo peor es que, como señalé arriba, por las aguas tan bajas, no pueden usar embarcaciones para que reciban ayuda.

“Pero esto ya es normal”, dice Ane Alencar, citada por Barros. “Creo que ya va a ser así, en adelante, severas sequías alternadas con fuertes inundaciones”, agrega. 

Hay esperanza de que el actual presidente brasileño, el progresista Luiz Inácio Lula da Silva y su equipo de ministros apliquen rápidas  y urgentes medidas para remediar en algo los graves problemas que la Amazonia está presentando. Por lo pronto, a la gente afectada, como los pescadores, la están ayudando con dinero, alimentos, medicinas y combustible.

Pero esa ayuda es sólo un paliativo, pues si su medio de subsistencia, la selva, los ríos, los lagos, perecen, no habrá ayuda suficiente para salvarlos de su propia desaparición.

Y es que el daño que ha ocasionado tanta depredación y contaminación, medido en dinero, equivale a nada menos que 16 millones de dólares por hora, por tantos incendios forestales (que afectan a zonas habitadas) y megainundaciones por potentes huracanes, que destruyen poblados enteros (ver: https://www.theguardian.com/environment/2023/oct/09/climate-crisis-cost-extreme-weather-damage-study).

Es decir, que también nos está empobreciendo tanta depredación y destrucción ambiental. Estamos convirtiendo al planeta en un indigente sin recursos y nosotros, junto con él (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/02/al-acabar-con-sus-recursos-estamos.html).

Y si acabamos con la Amazonia, los bosques y todas las selvas del planeta, el Apocalipsis se desatará, el castigo “divino” caerá sobre nosotros.

El final de la raza humana está cerca, como lo expone el reloj de la Media Noche, a unos segundos de nuestra destrucción.

Si no tomamos todos medidas urgentes (entre otras, usar transporte público, comer vegano, no tener hijos, no tener mascotas, destrucción de las bombas nucleares, acabar con la sobreproducción, recuperar nuestros verdaderos valores humanos…), nos acercaremos aceleradamente a nuestro fin.

 

Contacto: studillac@hotmail.com