domingo, 24 de abril de 2022

La refinación del grafito para las baterías eléctricas de autos es muy contaminante

La refinación del grafito para las baterías eléctricas de autos es muy contaminante

Por Adán Salgado Andrade

 

La depredación y contaminación ambientales, son debidas a la imposición de la sobreproducción. El capitalismo salvaje trata, de esa forma, de compensar la caída de la tasa de ganancia, así que requiere de fabricar más productos de los que la sociedad global puede consumir.

Y cada cierto tiempo, trata dicho sistema de mostrar “consciencia” y ofrecer “soluciones” para tanta devastación climática que ha ocasionado.

Por ejemplo, ha creado la llamada “geoingeniería”, con tal de aplicar absurdas fórmulas para reducir la radiación solar. Proponen seudocientíficos, rociar el cielo, mediante aviones, con sulfatos que se dispersarían por toda la atmósfera, para “bloquear el sol”. Esa absurda “solución”, provocaría que tales partículas, se irían acumulando en los polos, lo que “provocaría graves consecuencias”, como afirma la científica climática Kate Ricke (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/12/en-cualquier-momento-se-aplicara.html).

La otra “solución” es que se sustituyan los autos de combustión interna, por puros eléctricos, otra panacea absurda. Para comenzar, las baterías que usan esos autos, tienen una vida útil y cuando ya no sirven, se desechan. Menos del 5% de ellas son recicladas, pues es más barato, para los fabricantes, hacerlas de materiales nuevos. Va a suceder como con las baterías que siempre hemos usado – las triple A, por ejemplo –, tanto las no recargables, que son un enorme desperdicio que no se recicla, así como las recargables que, cuando ya tampoco sirven, tampoco se reciclan o muy poco. Siempre se ha “recomendado” que las baterías que desechemos, lo hagamos en lugares que las recolectan, pero que existen en muy pocos sitios. Le realidad es que tanta batería, simplemente, se tira y van a dar a los enormes basureros, en donde se convierten en peligrosos y muy contaminantes desperdicios.

Por otro lado, la obtención de los materiales para las baterías, es muy contaminante. La extracción industrial del cobalto, es a cielo abierto, operando como las contaminantes megaminas, las que depredan y destruyen el medio ambiente en el que se establecen, sea un bosque, selva, desierto. Además, se consume demasiada agua para procesarlo, y queda contaminada irreversiblemente. Por si fuera poco, deja su extracción, millones de toneladas de desechos rocosos, muy contaminados por los químicos que se emplean para el proceso de separación (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2017/01/mas-avances-tecnologicos-mas.html).

Lo mismo sucede con la extracción del litio. Se requiere demasiada agua para extraerlo, ya sea de la salmuera – agua muy salada subterránea – o en depósitos de arcilla. Aparte de la contaminación que implica su extracción – destrucción de bosques, remoción de miles de toneladas de tierra, empleo de sustancias químicas, extracción de miles de metros cúbicos de salmuera, tirándose lo que no se emplea de manera inconveniente, contaminación de ríos –, se requieren casi dos millones de litros de agua, o sea, unos dos mil metros cúbicos, para obtener apenas una tonelada de ese material. Imaginen, ahora, que se necesitarán millones de toneladas de litio para tanta batería que se requerirá, para los millones de autos eléctricos que se planea fabricar (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/03/la-explotacion-de-litio-otro-desastre.html).

Además, no se advierte que las reservas de litio, no alcanzarían para tantas baterías, no sólo las de los autos eléctricos, sino las de tantas cosas que las usan, como celulares, laptops, relojes, juguetes, computadoras, equipo médico, cámaras…

Un auto, como los de Tesla, necesita unos 51 kilogramos de litio. Y si se quieren sustituir los 1,200 millones de vehículos de combustión interna, por puros eléctricos, se requerirían ¡61,200,000 toneladas de ese mineral! Imaginen si, como dije, se emplean dos mil metros cúbicos de agua para procesar cada tonelada de litio, se usarán, de pura agua limpia, ¡122,400,000,000 de metros cúbicos de agua!, lo que equivaldría a unas nueve presas del tamaño de la Yesca mexicana, que está en Nayarit, y tiene una capacidad de 1,392,000,000 de metros cúbicos. ¡Demasiada agua! (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/09/los-autos-electricos-no-son-la-panacea.html).

Y por si no bastaran tantas atrocidades ambientales – aunadas a las que, de por sí, ya padecemos –, recientes estudios han medido la verdadera contaminación que involucra el grafito, otro de los materiales necesarios para las baterías. Ese material, se emplea para elaborar el ánodo de las baterías, en donde se almacena la energía de aquéllas. Cuando se conectan, tal energía fluye hacia el cátodo, que es el hecho de litio y cobalto.

Sobre esos estudios, el artículo del portal Wired, titulado “El sorpresivo costo climático del material más humilde en una batería”, firmado por Gregory Barber, expone la forma tan contaminante en que tal material es procesado, “en muy calientes hornos que funcionan con energía muy sucia” (ver: https://www.wired.com/story/the-surprising-climate-cost-of-the-humblest-battery-material/).

Comenta Barber que, para medir su impacto ambiental, se usaban estudios hechos hacía años, “que subestimaron el verdadero impacto del proceso del grafito”.

Además, Barber señala que la electricidad que hasta ahora alimenta a los autos eléctricos, “se obtiene de fuentes sucias. Pero es de esperarse que, al desarrollarse las energías verdes, se reduzcan aquéllas y su impacto ambiental”. Muy optimista su punto de vista. Pero la realidad es que entre más “avanza la civilización”, más se incrementa el consumo energético. Las llamadas “energías verdes”, no alcanzarán para producir tanta electricidad requerida, la mayoría, desperdiciada (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2010/05/mas-energia-o-mas-desperdicio.html).

Pero sí señala los mencionados problemas que implica la fabricación de las baterías, “pues el cátodo, realmente, tiene las más grandes consecuencias, incluyendo tanto las emisiones de carbón, así como los daños ambientales y sociales de minar minerales como el litio, níquel o cobalto. Pero el grafito se pasa por alto.  No sólo eso, sino que señala Robert Pell, CEO de Minrivo, consultora que trabaja con las compañías que fabrican autos eléctricos, ‘hay que considerar toda la contaminación que implica el armado, las empresas que elaboran los suministros, incluyendo las de baterías y la contaminación producida por la electricidad que sirve para recargar las baterías. Es difícil tener un panorama completo, así que la verdadera contaminación que se produce, queda opaca’”

Es cierto, pues no se toma en cuenta que todo lo que es producto de un proceso industrial, proviene de un proceso de transformación que implica combustión y ésta es intrínsecamente contaminante. Sólo un proceso sin combustión, garantizaría cero emisiones, pero es algo inexistente. Además, por toda esa cadena de suministros, en equivalencia energética, se requiere el doble de energía para manufacturar un auto eléctrico, que uno de combustión eléctrica. Así que allí se estaría perdiendo la “ventaja” que pudieran ofrecer los autos eléctricos.

Regresando al grafito, el mencionado Pell, halló que el 90 por ciento, “proviene de China, y la mayoría se procesa en la región norte de Mongolia, en donde la energía es barata, pero depende de plantas de carbón. Conociendo la intensidad aproximada del suministro eléctrico, comenzó a visualizar los laboriosos procesos para convertir el grafito en ánodos”.

El proceso es laborioso y se obtiene de forma natural o sintética. En su forma natural, una vez extraído, se muele en hojuelas, que se lavan y se secan en hornos de carbón. Luego, se les da forma de esferas. “En ese punto, el grafito puede usarse para hacer lápices. Pero para que se emplee en ánodos, es tratado con químicos, para remover impurezas y luego se cubre con un material, para que sea más conductivo y almacene mejor los iones de litio. Esto, requiere hornear al grafito por cerca de 15 horas a 1,300º C”.

¡Imaginen cuánta energía se necesita para secarlo y luego para darle el acabado, con hornos a tan altas temperaturas! No sólo el carbón que se usa para hornearlo produce más gases contaminantes, sino que tanto calor, también debe de irse a la atmósfera y contribuir a seguir calentándonos!

Pero para obtener el grafito sintético, todavía se usa más energía. “Se emplea coque, que es un producto que se usa para refinar gasolina. Se le calienta durante varias semanas a 1000º C para hacerlo más homogéneo. Luego, se debe grafitizar, lo que se logra calentándolo a 3000º C, también por varios días, con lo que se le da la estructura atómica hexagonal requerida. Esos procesos se hacen en hornos al aire libre, que requieren tremendas cantidades de electricidad para mantenerse calientes”.

Como ya había dicho, todos los procesos industriales, implican combustión. Y entre más se calienten, más se incrementa la contaminación producida, así como el calor resultante.

Todo para obtener “limpias” baterías para “limpios” autos eléctricos.

Con tales estudios, “Minrivo estima que las verdaderas cifras de contaminación por la producción de grafito, son 10 veces más altas, para el sintético, y ocho, para el natural”.

Se insiste en que para reducir los efectos contaminantes de la producción de grafito, se debe de reciclar, “pero como es tan abundante, es más barato emplearlo nuevo”.

Y que se cambie la electricidad empleada que producen las carboeléctricas chinas por fuentes “verdes”.

Pero se sigue sin comprender que producir tantos millones de vehículos eléctricos, implicará más fabricación, más combustión, más calor, más contaminación… factores que empeorarán la crisis climática y el calentamiento global que padecemos, además, claro, de la consecuente adicional depredación que tanto material extraído de las entrañas de este pobre planeta, provocará.

Los autos eléctricos, finalmente, se están presentando como un engañoso nuevo paradigma, como si, por sí solos, fueran a resolver nuestros graves problemas de contaminación.

En realidad, sólo son un nuevo impulso al consumismo compulsivo.

Y ése, sí, es una “solución” para el patético, agonizante sistema económico que nos sigue controlando.

 

Contacto: studillac@hotmail.com