domingo, 5 de julio de 2020

En Estados Unidos, se corta el agua entubada a quien no la pague

En Estados Unidos, se corta el agua entubada a quien no la pague

por Adán Salgado Andrade

 

El agua es elemento esencial para toda forma de vida. Y, para la humanidad, es un derecho universal, disponer de agua, para todas las necesidades, sobre todo, las esenciales, como beberla.

Sin embargo, vivimos en un mundo tan desigual e injusto, que 780 millones de personas no tienen acceso a agua potable. Unos 2,500 millones, que acceden a insuficiente agua, no cuentan con buena sanidad, que equivale al 35% de la población mundial, sobre todo en África subsahariana, Asia suroccidental y Asia suroriental. Por esa falta de agua, no hay suficiente higiene, por lo que, de acuerdo con UNICEF, una de cada cinco niñas, no están en la escuela, pues deben de llevar agua, de distantes sitios, a sus casas. Y la falta de agua potable, ocasiona que 801,000 niños, menores de cinco años, mueran de diarrea cada año, justamente por beber agua insalubre (ver: https://www.cdc.gov/healthywater/global/wash_statistics.html).

Aún así, el agua se sobreutiliza y contamina permanentemente por industrias, como la megaminería y el fracking, haciéndola cada vez más y más escasa (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2008/10/el-agua-dulce-cada-vez-ms-demandada-y.html).

Por ello, la venta de agua embotellada, supuestamente, potable, es un gran negocio para muchos consorcios, que monopolizan su venta. Aún así, mucha de esa agua “bebible”, no cumple con las normas sanitarias de pureza o está contaminada con sustancias como el peligroso arsénico, como se demostró con el agua que distribuye Whole Foods, empresa perteneciente al nefasto conglomerado Amazon (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/06/whole-foods-empresa-de-amazon-vende.html).

Así que, ante tantos problemas producidos por la falta de agua, resulta irónico que se prive de ese elemental líquido a millones de personas, debido a que no pueden pagarla. Y eso se da, sorprendentemente, en Estados Unidos (EU), país que se sigue jactando de ser el más rico del mundo (bueno, eso del más rico, se debe a la fortuna combinada de sus empresas multinacionales y sus ricos, de entre los más acaudalados del orbe).

La mencionada situación, la evidencia un podcast difundido por The Guardian, titulado “El escándalo de millones de estadounidenses privados de agua entubada”, firmado por la reportera Nina Lakhani, quien pone al descubierto tan nefasta situación, la de millones de estadounidenses, pobres los más, que no tienen agua, porque carecen de dinero para pagar sus altos costos, situación agudizada aún más, por la presente pandemia (ver: https://www.theguardian.com/news/audio/2020/jul/02/the-scandal-of-millions-of-americans-being-deprived-of-running-water-podcast).

Y, como señala en el título del trabajo, es realmente escandaloso que en EU, haya gente que esté privada del agua, no porque no cuenten con la tubería que la conduzca, sino porque no tengan suficiente dinero para pagar los costosos recibos. Y, mientras no la paguen, no les proporcionan el indispensable servicio.

Lakhani viajó hasta el este de Cleveland, Ohio, ciudad de unos 381 mil habitantes, la 53ª ciudad más grande de EU, bordeando con Canadá, para revisar de cerca el problema de cientos de personas sin agua  (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Cleveland).

A pesar de la importancia de Cleveland como centro urbano, la periodista se encontró con desoladores panoramas, como el del afroestadounidense Albert Pickett, de 60 años, persona cuya condición de pobreza extrema, lo condujo a quedarse sin agua desde el 2013. Dice Lakhani que Pickett “heredó la casa de su madre, cuando ésta murió, pero, también, deudas de agua. Pickett trató de liquidar la deuda con un plan de pagos mensuales, pero el departamento de aguas se rehusó, pues aquél no tenía varios cientos de dólares, para pagar el depósito. La compañía Cleveland de Agua, no informó a Pickett, que sobrevive de una pensión por incapacidad, sobre sus derechos a apelar la infame decisión, y en lugar de eso, le cortaron el agua en el 2013”. O sea, sin importar los daños sociales, de salud, psicológicos ocasionados a Pickett, le cortaron el agua, así, como si hubiera sido un auto que aquél no pudiera pagar. Dice Pickett que “Sin agua, usted no puede hacer nada. Perdí a mi familia, mi bienestar, mi autoestima. Fue humillante, como si fuera menos que humano. Se siente uno como animal, como un infrahumano, pues es inconcebible que se le prive a uno de algo tan fundamental como el agua”.

Se entiende su situación, pues es como si viviera en un lugar rural en donde no tuviera agua. Pero, allí, se entendería, y ya estaría acostumbrado. Pero en una ciudad, en donde por tantos años tuvo agua, que, de repente, se la corten permanentemente – hasta que pague –, es, además de absurdo, inhumano, totalmente en contra de inalienables derechos sociales, pues se trata el agua como una vil mercancía, como si se pudiera prescindir de ella. Podemos prescindir de unos zapatos, de un helado, de un pantalón, pero, no, de agua.

Cuando Lakhani se encontró con Pickett, éste había perdido parte de su casa, debido a un incendio, que no pudo apagar por carecer de agua.

Pickett sufrió una caída hace un año, y estuvo hospitalizado seis meses. Ni su condición de incapacitado, ha sido suficiente para que el departamento de aguas de Cleveland, le haya reconectado el vital líquido. Así que, desde el 2013, ha tenido que pedir agua a sus vecinos, que le regalen cubetas de agua para el baño, lo dejan bañarse en sus casas o usar el sanitario, y comprando cara agua para beber. Increíble. Claro, como es afroestadounidense, son de los ciudadanos de EU que menos interesan, por eso los psicópatas “policías” hasta los matan, tal y como hacían con los esclavos que se escapaban de sus amos en los 1800’s (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/06/racismo-y-brutalidad-policial-en.html).

Y lo de los cortes de agua, sucede en unas doce ciudades, según pudo investigar Lakhani, en donde la gente que carece de dinero para pagar sus altos recibos de agua, no sólo deja de tenerla, sino que hasta puede perder su casa, pues, arbitrariamente, los departamentos de agua de esas ciudades, tienen derecho a confiscarles sus hogares, aunque las deudas sean sólo de unos cientos de dólares. ¡Vaya ventajosas compañías!

El agua entubada en EU se ha encarecido demasiado, debido a que, desde 1977, se han quitando 80% de los subsidios, pues el agua es considerada como otra mercancía más, no como un necesario medio para la vida humana. Señala que “el agua cuesta demasiado para muchos estadounidenses, porque los departamentos de aguas suben los precios para pagar limpiezas ambientales, mejoramiento de la infraestructura hidráulica y defensas contra el cambio climático que protejan de inundaciones y sequías. El financiamiento federal para el sistema de agua ha descendido demasiado y, como resultado, un creciente número de hogares son incapaces de pagar el agua”. Por otro lado, ya que ciudades como Cleveland, y muchas otras, han ido perdiendo población, los municipios han repartido los gastos entre los habitantes que han ido quedando. O sea, se castiga a los que han sido fieles a sus ciudades. Vaya “solución”.

Por otro lado, la infraestructura hidráulica de casi todo EU es muy vieja, por lo que las fugas de agua son altas. Y también, claro, se cargan a los consumidores

No podía esperarse menos de un país que todo, absolutamente todo, lo mercantiliza por igual, sin importar si sea o no, algo esencial para vivir, como lo es el agua. Y eso que los departamentos de agua son municipales, o sea, públicos, pero actúan como voraces empresas privadas. Señala Lakhani que ni en Inglaterra, en donde son empresas privadas las que operan la distribución del agua, se da esa situación. Es contra la ley, y hasta motivo merecedor de prisión, desconectar al agua de un hogar.

Y así actúa EU con lo que sea, por ejemplo, con la electricidad, que es vital para que funcionen los aparatos de aire acondicionado, imprescindibles en lugares desérticos – cada vez más crecientes –, como en Arizona, en donde hasta ha muerto gente adulta mayor, por golpe de calor, por no haber podido pagar sus, también, caros recibos de electricidad, con la que operaban sus aparatos enfriadores de aire (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/10/el-toxico-y-mortal-calentamiento-global.html).

Esa grave baja en el subsidio, ha provocado que los costos de agua se hayan elevado, en ciudades como Austin, Texas, de un total de $566 dólares, en los que rondaban en el año 2010, hasta unos $1,435 en el 2018, un alza de 2.51 veces, 151%, aproximadamente. Y por esa absurda situación, que pega mucho más a los pobres, sobre todo los que viven en barrios latinos y negros, 1 de cada 20 estadounidenses, o sea, unos 16 millones de personas, según Lakhani, ¡no cuentan con agua potable en algún momento de sus vidas cada año, y hasta han perdido sus casas!

Señala que es algo tan vergonzoso, que ni en países “como México, he visto algo así”. Sí, pues aquí, por muy pobre que sea una familia, si no tiene agua, es porque, o no hay tuberías o vive en lugares en donde escasea el vital líquido.

Ya, dado el grave problema de despojo, podría decirse, de un derecho humano tan básico, como el agua limpia, algunas organizaciones no gubernamentales han tratado de buscar acciones legales para impedir que se proceda tan leoninamente con las familias que no pueden pagar sus deudas de agua. Por la pandemia, lograron que se suspendieran cortes de agua, pues es vital que la gente se lave, al menos, las manos, para evitar contagios. Hubiera sido mucha mezquindad haber cortado el agua, a pesar de la emergencia sanitaria.

También, ciudades como Filadelfia, han tratado de crear programas de plazos, para que se paguen las deudas por agua, pues las autoridades de esa ciudad se dieron cuenta de que, en el 2017, 40% de sus habitantes no pagaron su cuenta de agua, lo que implicó que dejara de recibir $240 millones de dólares en ese año. Así que, pensaron, mejor “renegociar” los adeudos con condiciones flexibles.

La ciudad de Baltimore, incluso, hizo un plan de que, si se pagaba el agua durante doce meses, sin fallar, se condonaban las anteriores deudas. Y es que, ¡increíble!, muchas de tales deudas son heredadas ¡desde los abuelos! La gente debe 20, 30 o hasta 40 mil dólares. O sea, no se les va un adeudo a esas abusivas empresa públicas que dotan el agua en EU. Por eso es importante, para muchos hogares, los planes de condonación, que les cobren a partir de un año y se borre la abultada deuda anterior.

Por otro lado, tan sólo para asegurar que el agua fuera realmente potable, es decir, que pudiera beberse directamente de la llave, indica Lakhani, se requerirían $35,000 millones de dólares cada año, de fondos públicos, y, también, para que los departamentos de agua estatales, no subieran tanto los costos, inalcanzables, como vimos, para el casi 5% de la población de EU.

Pero Trump ha preferido aumentar los gastos para defensa. Le importa un bledo el presupuesto social.

Pero por los altos costos del agua, hasta pareciera un necesario lujo. Señala Lakhani el caso de una trabajadora, asistente de personas, Clarine Johnson, madre soltera, con un hijo de siete años, que debe de decidir entre pagar renta, pagar su auto o pagar la carísima agua, cuyo recibo es de ¡700 dólares mensuales! “¡Eso es la mitad de lo que gano!”, exclama, entre indignada y preocupada.

Señala Lakhani que la preocupación de Clarine es porque puede perder su casa, si deja de pagar el agua, pues se la embargarían. “Y eso es totalmente legal”, dice.

Es un problema implícito, que pierdan su casa los morosos que no pueden pagar su agua, pues abandonan sus hogares, por falta de ella, y, al estar vacías, son más fácilmente embargables.

Muchos corren, seguramente, la misma suerte de Pickett, quien no tiene un hogar en dónde vivir, pues su ruinosa casa, se colapsó recientemente. Y enfatiza que su triste destino lo desató la falta de agua, pues, como señalé, por no tenerla, no pudo apagar un incendio que podría haber sofocado con algunas cubetas del vital líquido.

Eso sucede en el centro del capitalismo salvaje mundial, en donde se precia más que se pague el caro recibo del agua, a que alguien muera por no tenerla, por carecer de dinero para liquidarlo.

¿Y así quiere, el nefasto Trump, hacer a Estados Unidos, grande otra vez?

 

Contacto: studillac@hotmail.com