Abundan los metales preciosos en la basura electrónica
por Adán Salgado Andrade
Para sobrevivir, el capitalismo salvaje requiere un sistema permanente de consumo social, sin el cual, no puede subsistir. Por ello, los productos que se elaboran, están sujetos a un proceso de obsoletización que hace que dejen de funcionar en muy poco tiempo o que no estén a la altura de las capacidades tecnológicas que se van imponiendo al “actualizarlos”. Es lo que se llama obsolescencia programada (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2011/10/la-obsolescencia-programada-el.html).
Una clase de productos que obsolescen muy rápido, son los electrónicos, tales como celulares, computadoras, tabletas, pantallas, videojuegos, refrigeradores, hornos de microondas, cafeteras eléctricas… y otros, que suelen fallar muy pronto o que son “superados” por las “actualizaciones” de sus sistemas operativos, como en el caso de los celulares, los cuales, aunque sigan funcionando, no pueden operar con los sucesivos softwares (upgrades) que los soportan.
Así, todos los dispositivos electrónicos que se eliminan, constituyen la llamada basura electrónica (e-waste), que va en aumento año con año, provocando depredación y daños ambientales cada vez más elevados (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2015/05/basura-electronica-un-grave-y-creciente.html).
La depredación, se da por los millones de toneladas de recursos naturales empleados año con año para elaborar tantos miles de millones de tales dispositivos – se sobreproducen, o sea, se hacen muchos más de los que puede consumir la población mundial. Algunos de tales recursos son petróleo (para el plástico), sílice, cobre, oro, platino (para circuitos integrados, tarjetas madre, procesadores), madera (para las cajas de envolturas y papel de las instrucciones)… y otras cosas, así como los millones de terawatts de electricidad, usados en su fabricación, en un buen porcentaje, obtenida de contaminantes fuentes, como carboeléctricas, nucleares o gasoeléctricas. El saqueo a dichos recursos naturales, es mayúsculo.
No conforme el capitalismo salvaje con eso, cuando ya no sirven o son obsoletos los productos electrónicos, casi se obliga a la gente a tirarlos. Y ya, en la basura, son pocos los que se reciclan, no porque no se pueda, sino porque es más costeable seguir usando materiales nuevos, pues es más barato, que usar reciclados.
Sin embargo, si se reciclaran, se recuperarían, hasta con creces, materiales básicos en su hechura, que cada vez escasean más.
Por ejemplo, el oro de tarjetas madres de computadoras o celulares, cada vez es más caro y contaminante extraerlo. Se hace por medio de megaminas, que destruyen bosques o selvas enteras, para establecer las llamadas minas a cielo abierto, que son, literalmente, cráteres artificiales que se van profundizando, para extraer miles de toneladas diariamente, de material rocoso. Luego, por el contaminante método de lixiviación, se trata con millones de litros de agua envenenada con cianuro, para extraer molecularmente el oro. Es tan sumamente ineficiente y desperdiciador este sistema que, por cada tonelada de roca molida, se extrae, apenas, una onza troy de oro (31.1 gramos), lo que es considerado como de “muy buena ley”. Así que, si se extraen cien toneladas diarias y se procesan, se obtendrán sólo 3110 gramos, 3.11 kilogramos de oro, pero se habrán pulverizado y tirado cien toneladas de material rocoso y los millones de litros de agua, contaminada permanentemente con cianuro y otros tóxicos químicos, los que son almacenados en inseguros depósitos, llamados presas de jales, los que, al evaporarse, emanan a los vientos esos peligrosos tóxicos (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2013/05/los-destructivos-irreversibles-efectos.html).
Sin embargo, es peor cuando colapsan esas presas, lo cual es frecuente, por estar muy mal hechas, al fin y al cabo que son simplemente para contener los desperdicios. Si eso sucede, contaminan las tierras, ríos y mares que son penetrados con su tóxico, mortal contenido.
Pero ni estos destructivos efectos, llevan a la racional disminución de la fabricación de dispositivos electrónicos – o de otras cosas –, ni a que fallen menos, pues, cada vez más rápido, se hace que, a propósito, se descompongan.
Por eso, organismos internacionales, insisten en que los fabricantes de electrónicos, busquen formas de reciclarlos, pues un reciente estudio informa que, al hacerlo, se podrían recuperar los mencionados metales preciosos, como dije, cada vez más escasos, lo que podría ascender, en valor, a unos $10,000 millones de dólares cada año, como expone el artículo de The Guardian, “Diez mil millones de dólares de metales preciosos se tiran, cada año, en la basura electrónica, dice la ONU”, firmado por Damian Carrington (ver: https://www.theguardian.com/environment/2020/jul/02/10bn-precious-metals-dumped-each-year-electronic-waste-un-toxic-e-waste-polluting).
Comienza, señalando que “al menos, diez mil millones de dólares en valor de oro, platino y otros metales preciosos, son tirados cada año, en la creciente montaña de basura electrónica, que está contaminando el planeta, de acuerdo con un reporte de la ONU. Un récord de 54 millones de toneladas fue generado en todo el mundo en el 2019, 21% más que hace cinco años, halló el reporte del monitor mundial de e-waste de la ONU. La cifra del 2019, equivale a 7.3 kg para cada mujer, hombre o niño del planeta, aunque su uso se concentra mayoritariamente en las naciones más ricas. El total de basura electrónica se incrementa tres veces más rápido que la población mundial y sólo se recicló el 17% en dicho año”.
Como puede verse, no importan los daños que provoca tanta sobreproducción de electrónicos, ni que, al tirarse, incrementen todavía más el daño. No hay ningún tipo de consciencia capitalista, pues no la tiene ese sistema. Eso sucede, por ejemplo, con el plástico, que a pesar de que es un desperdicio que ya invade a todo el planeta – con plásticos o microplásticos –, las empresas que lo producen, como las petroleras, seguirán haciéndolo, para compensar las pérdidas en las ventas de combustibles, pretenden justificar, que dejará la transición de autos de combustión interna a los eléctricos. Vaya idiotez (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/01/las-contaminantes-petroleras-y-coca.html).
En donde más se produce basura electrónica es en Europa del Norte, como en Inglaterra, Alemania, España o Francia, con un promedio de 22.4 kg por persona. En Europa oriental, fue la mitad de esa cantidad. En Australia y Nueva Zelanda, el promedio fue de 21.3 kg, en tanto que en Estados Unidos y Canadá, la cifra fue de 20.9 kg. En tanto, en Asia y África, el promedio fue más bajo, de 5.6 y 2.5 kg, respectivamente. Se nota la pobreza de África, con el menor de los promedios. Podría decirse que la cantidad de basura que tira un país, sobre todo de electrónica, determinará su poder económico. No es muy reconfortante eso. Es como medir el poder de compra de una familia por lo que tirara de comida que, de hecho, así es, pues son las clases altas, las que más comida tiran.
Continúa Carrington señalando que “la basura electrónica, contiene materiales como cobre, hierro, oro, plata y platino, a los cuales, el reporte da un conservador valor de $57,000 millones de dólares. Pero muchos son tirados y quemados, en lugar de ser reciclados. Los metales preciosos en esa basura, se estima que valgan unos $14,000 millones de dólares, pero sólo se recuperan $4,000 millones, por el momento”. Eso dejaría ver la miopía de no reciclar, no pensando, el capitalismo salvaje, en lo que se dejaría de depredar por buscar oro, por ejemplo, sino en lo que podría ganar al reciclar los metales preciosos.
Aunque sí hay reciclaje, pero, no, al 100%. “Europa es la que más recicló en el 2019, con 42% y Asia, en segundo sitio, con sólo 12%. Pero en América del Norte y del Sur, el porcentaje fue del 9%, en tanto que en África, sólo fue de 0.9%”. Volvemos a ver que también en el porcentaje reciclado, se observa la pobreza.
Y es una actividad lucrativa, cuando se hace con los métodos adecuados. Por ejemplo, hay una planta en India, que recicla el e-waste, y con el oro que obtiene, por ejemplo, hace relojes y joyería, a los que se etiqueta de ecológicos, por estar hechos con materiales reciclados.
Desde luego que son materiales más caros, pues son reciclados, pero vale la pena adquirirlos pues, en primer lugar, se va frenando la depredación y, en segundo lugar, se disminuye esa contaminante basura (como todo tipo de basura, finalmente, lo es, muy contaminante).
Y en los países pobres, en donde se recicla esa basura, como en Ghana o en China, se usan bárbaros métodos, consistentes en la incineración del material, para recobrar sólo el cobre, desperdiciando lo demás. Ghana, por ejemplo, recibe cada año miles de toneladas de basura electrónica, la que, luego de pasar por varios filtros de selección, lo que queda, termina en basureros, en donde es quemado por jóvenes muy pobres, que, sólo así, obtienen un magro ingreso al vender el cobre recolectado, lo único que sobrevive de esas contaminantes, ocres quemas, severamente dañinas al respirarlas.
Un periodista local, Mike Anane, ha estado haciendo reportajes sobre el problema que eso ha generado, pues con tristeza señala que esos tiraderos, cercanos a la laguna Korle – uno de los cuerpos de agua más contaminados del planeta –, eran antes sitios prístinos, con tierras fértiles y ríos limpios, en los que él, de niño, solía jugar pelota con sus amigos. Pero ahora, se han transformado en infectos basureros, corrientes de aguas negras, contaminada atmósfera… los locales le llaman al sitio Sodoma y Gomorra, en clara alusión al apocalíptico fin del mundo. “Es triste e irresponsable lo que países como Estados Unidos, Inglaterra o Alemania, están haciendo aquí”, comenta Anane, mientras muestra que uno de los monitores desechados, pertenecía a una escuela elemental de Filadelfia. Ha estado tratando de reunir cuanta evidencia pueda, para demostrar el grave problema causado, tanto a la salud de la población, así como al medio ambiente de su país – y de otros –, con tal de que se tomen medidas verdaderamente enérgicas para detener dicha situación.
Señala Carrington que “se estima que 50 toneladas de mercurio de los monitores, focos ahorradores y otra basura electrónica es desechado cada año. Por si fuera poco, los gases freones descartados de refrigeradores y aires acondicionados, equivalieron a 98 millones de toneladas en el 2019, casi equivalentes a las emisiones de todo un año de Bélgica”. Cita a Kees Baldé, de la Universidad UN, de Bonn, uno de los autores del reporte, quien dice que “La basura electrónica es un gran problema, pues se incrementa cada vez más, cada año, y el nivel de reciclaje está muy por detrás. Es importante que se apliquen impuestos a la polución, pues, por el momento, contaminar es gratis”. Podría ser una buena medida, pero los intentos que se han tratado de hacer, en Estados Unidos, por ejemplo, han fracasado, pues los cabilderos de las industrias más contaminantes, como las petroleras o mineras, logran que se echen abajo. Nada que perjudique sus monetarios, mezquinos intereses.
Las empresas, de todo tipo, producen y producen, sin que les importe un bledo qué se hará con sus millones de productos, una vez que, muy rápidamente, lleguen al final de su vida útil y sean, simplemente, tirados.
Como dije, reciclar el 100% de la basura electrónica, mediante métodos adecuados, no contaminantes, podría ser un buen negocio, como lo comprueban las empresas que reciclan basura, tal como la del papel, que ya ha logrado obtener un muy buen mercado, reciclando cada vez más y más papel desechado (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/01/el-papel-mas-ecologico-y-reciclable-que.html).
“No reciclar adecuadamente, es un creciente problema, que está afectando nuestra salud y la de futuras generaciones. Una, de cada cuatro muertes de niños en el mundo, se debe a la contaminación”, señala María Neira, de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En el 2018, la ONU, a través de su Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU), propuso que el reciclaje de basura electrónica se incrementara de 17% al 30% para el 2023, pero, señala Mijke Hertoghs, empleado de ITU que, a como van las cosas “es irreal que se logre ese objetivo”. De hecho, sólo 78 países, de los 193 pertenecientes a la ONU, tienen leyes para disponer adecuadamente de la basura electrónica.
Claro, el capitalismo salvaje dicta lo que debe de hacerse, y eso es seguir sobreproduciendo más y más, nada de reciclar y, mucho menos, hacer productos realmente más durables, que no se descompongan, que sean confiables. Cita Carrington a Libby Peake, del centro de pensamiento Green Alliance, quien comenta que “El creciente volumen de basura electrónica, documentado en el reporte, es un escándalo global que puede prevenirse. No tiene que ser de este modo. Los productos deberían de hacerse para durar, que se puedan reparar y, algo crucial, que puedan actualizarse. Asegurando que los dispositivos electrónicos sigan en circulación, podrían crearse cientos de miles de empleos. No hay excusa para dejar que este escándalo crezca”.
Da Peake en el punto de lo que cito arriba, que si todo lo que compramos, pudiera repararse, como se hacía antes con muchas cosas, se crearían muchos empleos, por toda la gente que se dedicaría a eso.
Y es algo que mucha gente busca, el derecho a reparar sus cosas, sea un auto, un celular, un tractor, pues, en el caso de que sean reparables, las mezquinas empresas, se reservan ese derecho. Pero es un movimiento que va ganando miles de simpatizantes y hasta proyectos de leyes en varios países, justo como en Estados Unidos, en donde, muy pocas personas, se dedican a la reparación de objetos, como un celular de Apple, por ejemplo, por las trabas de las mezquinas empresas, las que dicen que hasta es “delito” (ver: https://www.bbc.com/worklife/article/20190719-right-to-repair-movement).
Pero, como dije, mayor duración, reparar, reciclar, no funciona para las corporaciones, no. Imponen que se siga comprando todo lo que sobreproducen, que no sea reparable y que se tire.
Y no les interesa que, al paso que vamos, todo el planeta se convierta en un gran, inerme tiradero.
¿Tan deleznablemente mezquinas son?
Contacto: studillac@hotmail.com