sábado, 28 de septiembre de 2024

Ahora, los genocidas judíos van contra Líbano

 

Ahora, los genocidas judíos van contra Líbano

Por Adán Salgado Andrade

 

Líbano es un país que ha sido golpeado por crisis económicas, corrupción, guerras civiles y foráneas y creciente empobrecimiento. Con un área de apenas 10,400 km2 y una población de 5,364,482 personas (lo que da una alta densidad de casi 516 por km2), tiene un PIB de $65,818 millones de dólares (2023), y un ingreso per cápita de $12,300 dólares, aparentemente alto, pero porque grupos muy fuertes económicamente, dominan al país.

El desempleo juvenil se ubica en casi el 24 por ciento y el general, en casi 12 por ciento (ver: https://www.cia.gov/the-world-factbook/countries/lebanon/).

Pero la pobreza, como dije, es creciente. Hasta por la basura que recolecta la gente hay peleas, a veces, hasta mortales (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/01/en-libano-la-gente-hasta-puede-matar.html).

Como la moneda nacional, la libra libanesa (cotizada actualmente en 89,600 libras por un dólar, devaluadísima), muchos han preferido minar criptomonedas, aprovechando que hay algunas plantas de electricidad cercanas de donde la pueden robar o comprar legalmente, como hacen algunos. Pero es más seguro que tener, por ejemplo, dólares en el banco, pues los bancos están quebrados por tanta corrupción y entregan devaluadas libras a sus tenedores, pues las distintas mafias en el poder que han dominado a Líbano, los han usado, a los bancos, como sus cajas de ahorros, haciendo lo que han querido con esos fondos (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/11/en-el-quebrado-libano-usan.html).

Por si eso no bastara, hasta hubo el 4 de agosto del 2020, un poderoso estallido de casi 3,000 toneladas de fertilizantes guardados en una bodega (junto con cohetes, llantas y cinco rollos de cuerdas para explosivos), en Beirut, capital de Líbano, que dejó 200 fallecidos y 6,500 heridos, asestando otro duro golpe a la precariedad económica de ese país. tuvo mucho que ver la negligencia y la corrupción imperantes (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/11/estudio-forensico-demostro-que-la.html).

Y para complicar todavía más las cosas, ya Hezbollah provocó una nueva guerra con Israel. Como desde el pasado octubre del 2023, ese grupo guerrillero (considerado terrorista por Israel, Estados Unidos y otros países), que está apoyado por Irán, comenzó a lanzar cohetes contra Israel, en apoyo a Hamas y a Gaza, víctima ésta de un brutal genocidio –  que a la fecha ha dejado más de 41 mil fallecidos, más de cien mil heridos, y más del 70 por ciento de la ciudad y la infraestructura urbana destruida –, de repente, la respuesta de los judíos ha sido tremenda con sus bombardeos. En sólo una semana, ha dejado más de 600 asesinados, 2,000 heridos y varias construcciones derribadas totalmente. Antes, alevosamente, hizo estallar bíperes y walkie-talkies que dejaron también varios muertos y cientos de heridos, en un acto condenado por la comunidad internacional (ver: https://www.theguardian.com/world/2024/sep/19/hezbollah-chief-vows-punishment-of-israel-after-explosive-device-attacks).

Y esos ataques, ya están dejando secuelas psicológicas en Líbano, además de los fallecidos, heridos y construcciones. La gente teme más ataques y por sus vidas, a pesar de que ya están acostumbrados generacionalmente, a distintas guerras, abuelos, hijos, nietos, de una u otra forma saben lo que es una guerra. Es lo que ilustra el podcast de The Guardian, titulado “La semana más mortífera en Líbano en décadas”, grabado por Michael Safi, quien comenta sobre las entrevistas que hizo a William Christou, corresponsal de The Guardian en Beirut y a tres ciudadanos de ese país, azotado por continuas desgracias (ver: https://www.theguardian.com/news/audio/2024/sep/27/deadliest-week-in-lebanon-for-decades-podcast).

La última guerra que tuvo Líbano contra Israel fue en el 2006, la que duró 34 días. Fue muy destructiva para Líbano, dejando más de media ciudad en ruinas, pero al final, un alto al fuego, promovido por la ONU, se estableció (que no parece actuar mucho en la actualidad, siendo una simple marioneta de Estados Unidos. Ver: https://www.youtube.com/shorts/emonJ_doR64).

Los ataques se anunciaron con textos a todos los celulares de los civiles viviendo en el área que se iba a bombardear, diciéndoles que debían desalojar, pues iban a bombardear “objetivos de Hezbollah”, que estaban allí.

Obviamente que la mayoría de los fallecidos que quedaron tras los ataques, no eran combatientes de Hezbollah. Sólo les dieron dos horas para desplazarse, así que probablemente muchos no pudieron evacuar las zonas que iban a bombardearse. O, como sucede con muchos, que, muy dignos y orgullosos, prefieren perecer en sus casas, a acatar esas miserables órdenes de genocidas que no tienen escrúpulos en matar a quien sea, hombres y mujeres, de distintas edades y condiciones. Una polémica decisión, pero quizá entendible para esa cultura, muy orgullosa.

Una mujer, Dalia Farran, quien tiene un club de playa en Tyre, al sur de Líbano, le dijo a Safi que comenzó a escuchar los bombazos y que salió de su tienda de campaña que tenía justo en la playa, pensando que eso era “irreal, surrealista, el fuego, los estallidos y empiezas a temer por tu vida”.

También habló Safi con Sarah Jaroush, investigadora, que dice que teme, pues se escuchan cada vez más cerca los bombardeos, como a 2 kilómetros de distancia. “No puedo dormir, no puedo ir a trabajar, pues quiero estar con mi familia, si algo pasa”.

Y, de hecho, Christou le dijo a Safi que la gente ya no va a trabajar, ni a la escuela, ni en Beirut, alejado de la zona de conflicto, pues no saben qué pasara, porque los judíos han amenazado con que habrá una invasión terrestre.

Nadie esperaba una escalada tan brutal. Pensaban que seguiría Israel deteniendo los cohetes lanzados por Hezbollah, desde que comenzó a hacerlo el año pasado (le dicen tit for tat en inglés). Pero no imaginaron lo del lunes 23 de septiembre del 2024 y los siguientes días, que han dejado, como señalé,  los 600 muertos y dos mil heridos.

Y al parecer, hasta Hezbollah está negociando ya un cese al fuego (se habla de una propuesta de Estados Unidos y Francia de 21 días de cese, que el genocida Netanyahu dice que no ha aceptado), pues no aguantarían.

Dejarían los judíos, con su mortífero arsenal – proporcionado por Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Francia y otros hipócritas países, más interesados en hacer negocios, que en la paz y las vidas de gazatíes y libaneses –, arrasado a Líbano, tal como a Gaza.

Pero esos dos genocidios los apoyan, encantados, los países señalados, porque las ventas de armas siguen constantes y luego vendría la reconstrucción de Gaza y Líbano – si es que pueden reconstruirse, muy difícil, pues se ha estimado que tan sólo para retirar los escombros en Gaza, se requerirían diez años.

También habló Safi con el doctor gazatí Ghassan Abu-Sitta, quien estaba en Gaza y desde hace una semana se encuentra en Líbano. El galeno le dijo que está viendo lo mismo, en el hospital libanés en el que actualmente trabaja: abundan los heridos, los amputados, los desangrados, los muertos…

Dice que como los caminos están bloqueados por tanta gente que quiere huir hacia Beirut, “los heridos no pueden llegar y han muerto en el camino, es doloroso, terrible. Y como el sistema de salud de Líbano es muy frágil, pocos hospitales operan, por la crisis económica que comenzó en el 2019, por corrupción y por la falta de un verdadero gobierno. Todo está muy vulnerable, casi colapsado y con esto, peor. Tenemos una unidad pediátrica intensiva, pero no nos damos abasto”.

Christou le comentó a Safi que lo de la invasión terrestre, puede ser para atemorizar a la gente “y lo han logrado, pues no saben ya qué esperar. No salen a trabajar, ni a estudiar, están paralizados, aterrados, de no saber cuánto van a vivir y cosas así. En Beirut, se han acondicionado los estudios o salas para albergar a los familiares que llegan desde el sur, pensando en que su estadía será larga, pues no se sabe si las casas que se abandonaron fueron o no destruidas”.

De hecho, Sarah le dijo, a pregunta de Safi de qué cree que sucederá, que “pues, francamente, no sé, no sé qué pasará”. Él le dice que “espero que estés segura” y ella responde “gracias, sí, eso esperemos”. Porque, así como van, pues ser desplazada o quizá hasta pueda morir en un bombardeo.

Lo peor es que la gente siempre ha apoyado mucho a Hezbollah, pero ahora, muchos con los que platicó Christou se mostraron molestos porque ese grupo está llevando al deprimido Líbano a una guerra que no provocó el país directamente.

Cabe preguntarse cómo es posible que en esos países, Gaza o Líbano y otros árabes, tengan tanta fuerza esos grupos guerrilleros. Es como si por culpa de los zapatistas o el EPR (Ejército Popular Revolucionario), entráramos con guerra con Estados Unidos, porque aquéllos realizaran ataques contra éste. Obviamente, perderíamos, pero sería por culpa de tales grupos.

Líbano cuenta con un ejército, las Fuerzas Armadas de Líbano (LAF, por sus siglas en inglés), cuya responsabilidad es defender al país de una incursión extranjera y esta es una incursión extranjera, ¿no?, pero como está muy mal armado, con viejos equipos vendidos justamente por Estados Unidos y la extinta URSS, perdería, de todos modos, una confrontación con Israel, perfectamente equipado con moderno armamento proporcionado, como señalé, por sus esbirros Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Alemania…

Y aún así, se deja a Hezbollah actuar a sus anchas, aun a costa de arriesgar a todo el país. Pareciera como si se hubieran creado, tanto Hamas, como Hezbollah, exprofesamente por Israel, como grupos de provocación para justificar esos genocidios. De hecho, se afirma que Hamas es un “engendro” creado por Israel – así como en su momento Estados Unidos creó Al-Qaeda, comandada por Osama bin Laden (1957-2011) –, para perturbar los procesos de paz entre Israel y Palestina.

Mehdi Hasan, un comunicador inglés-estadounidense, sostiene que “no es una teoría conspiracionista”. Dice Hasan que el general judío Yitzhak Segev “buscó el financiamiento de Hamas (acrónimo de Movimiento de Resistencia Islámica, en árabe), viéndolo como un ‘contrapeso’ para el movimiento secular de la Organización para la Liberación de Palestina y el partido Fatah, liderado por Yasser Arafat (1929-2004), quien justamente se refería a Hamas como ‘el engendro de Israel’” (ver: https://www.tbsnews.net/hamas-israel-war/how-israel-went-helping-create-hamas-bombing-it-718378).

Sea como sea, el nuevo conflicto amenaza con dejar miles de asesinados y heridos, y una destrucción casi total, como ya ha hecho en Gaza.

Para las fábricas de armamento, es un excelente negocio.

Deben de estar celebrándolo.

¡Viva la guerra!, han de proclamar.

 

Contacto: studillac@hotmail.com