jueves, 20 de enero de 2022

En Líbano, la gente hasta puede matar por basura

 

En Líbano, la gente hasta puede matar por basura

Por Adán Salgado Andrade

 

Líbano es un país árabe que en los últimos años, debido a corrupción de los mafiosos en el poder que lo controlan, ha ido deteriorándose en su actividad económica.

Ya estaba mal cuando, en el 2020, el 4 de agosto, tuvo lugar en Beirut una tremenda explosión en un almacén portuario, que almacenaba 2,750 toneladas de nitrato de amonio, equivalente a unas 1,500 toneladas de TNT. Causó graves destrozos, muertos y decenas de heridos, contribuyendo a precarizar más la situación en ese conflictivo país.

Líbano tiene un área de 10,230 kilómetros cuadrados y cuenta con una población de 5,261,372 habitantes, mayoritariamente musulmanes (67.8%). De acuerdo con el World CIA Facts Book, sufre problemas de deterioro del suelo, deforestación, polución del aire por autos e industrias y de costas, por drenaje y fugas de petróleo. La economía se sostiene principalmente de servicios y del turismo, ascendiendo el sector al 83%. El resto de sector económico, se sostiene de la industria, la que asciende a 13.1% y la agricultura, apenas un 3.9%. Entre sus “industrias”, están los bancos, turismo, bienes raíces y construcción, comida procesada, vino, joyería, cemento, textiles, productos químicos y minerales, madera y muebles, refinación petrolera y metalurgia. Y de sus productos agrícolas, produce papas, leche, jitomates, naranjas, olivos, trigo, pepinos, pollos y limones (ver: https://www.cia.gov/the-world-factbook/countries/lebanon/).

Por la guerra civil, que duró de 1975 a 1990, mucha de su infraestructura fue dañada, así que tuvo que ser reconstruida. Eso se hizo con endeudamiento, que ha sido acarreado desde entonces, y que la reinante corrupción de los grupos en el poder, en lugar de irla amortizando, al contrario, la han ido incrementando, al grado tal que, actualmente, la deuda asciende a 146.8% del Producto Interno Bruto, es decir, tendrían que usarse los recursos de un año y medio, totalmente, para pagar lo que se debe.

Por lo mismo, la precarización ha llegado a niveles alarmantes. Actualmente, más de la mitad de la población está en la pobreza o pobreza extrema. Y cientos están buscando en los basureros cosas para vender, como única alternativa para sobrevivir, como expone el artículo de Associated Press, titulado “Los pobres de Líbano rumian entre la basura para sobrevivir”, firmado por Lujain Jo, en el que da muy bien cuenta de los trabajos que cientos de personas deben de asumir, con tal de obtener algo de dinero, muy poco, para seguir sobreviviendo en su azolado país (ver: https://apnews.com/article/business-lebanon-middle-east-beirut-c58cb5347662b624404ebc39ffe50a4b).

En las fotos que lo acompañan, se muestra a Hoda, una mujer de 57 años, que busca botellas plásticas, latas o hasta alimentos en un contenedor, al lado de una zona de altos edificios, en el barrio de Hamra, de los pocos con cierto desahogo económico, tratándose de personas que tienen trabajo, las que viven allí.

Hoda vive en un cuartucho, sin luz, ni ventanas, ni agua, que en la foto, más bien, parece un basurero. Lo comparte con sus seis hijas, que van de los 9 a los 22 años, un hijo y dos nietos. Va juntando allí las cosas que recoge para vender. “Hay muchas personas como yo, pero la gente no lo sabe. Sólo saben lo que ven, pero no lo que está escondido”, dice, llorosa, a la reportera.

Así que Hoda sería una especie de pepenadora, como los pepenadores que también aquí hay, buscando botellas de PET o latas en los montones de basura que abundan por la ciudad. La diferencia es que antes, Hoda no se dedicaba a eso. “Vendía legumbres, pero los policías me confiscaron seis veces mi carro con mis cosas. Mejor dejé de hacerlo, pues sólo perdí mi dinero invertido. Luego, me puse a vender pañuelos desechables, pero como la moneda (la libra libanesa) está muy devaluada, ya no pude hacerlo. Por eso me dediqué a esto”. Qué irritante que con tanta pobreza, todavía las “autoridades” pongan obstáculos a los esfuerzos de la gente por sobrevivir, no permitiendo a Hoda que vendiera sus verduras. ¡Indignante!

Dice que fue por su hijo Mohammed que comenzó a buscar cosas vendibles entre la basura. Como ya es tan, digamos, valiosa la basura, “la gente marca los contenedores, para evitar que otros los invadan. Mohammed quiso que su madre se uniera, con la esperanza de evitar que le hicieran algo si él iba con ella, por ser una mujer mayor”.

Pues vaya que es grave que hasta se marquen los contenedores, como si fueran una “propiedad”.

Y es que vendiendo plásticos o latas, se obtienen dólares, mucho más preciados que la libra. “En una semana, Mohammed lleva todo lo que recoge con su madre a gente especializada en ese comercio. Un kilogramo de bolsas plásticas sed paga a 20 centavos de dólar (unos cuatro pesos), otros plásticos, a 30 centavos (unos seis pesos), en tanto que un kilogramo de aluminio, se vende en un dólar (poco más de veinte pesos). Y aunque eso no pareciera mucho, el colapso de la libra libanesa implica que un dólar es muy valioso”. Claro, supongamos que puedan vender unos seis kilogramos de plásticos y unos dos kilogramos de latas, ya obtendrían poco más de tres dólares. Muy buenos, supongo.

Un muy duro trabajo, pues para obtener un kilogramo de bolsas o botellas o latas, se requiere estar buscando en varios basureros. Si se han fijado en las personas que recogen esos desperdicios en los montones de basura de la ciudad, llevan costales o bolsas grandes de plástico para reunir varias botellas o latas, que apenas si pesarán uno o dos kilos, cuando mucho. Una pesada labor, pero en el caso de Hoda y su hijo, necesaria para mantener a la familia.

Pero también, allá, es peligrosa. Aquí, no pasa de que el pepenador que se levante más temprano y se acerque al montón de basura elegido, gane las botellas y las latas. “Como se cobra en dólares, recoger basura es muy peligroso ahora. Mohammed dice que una vez lo golpearon por meterse en el territorio de otro pepenador y haber recogido basura de un contenedor marcado. Al subir el dólar, la gente comenzó a pelearse por los contenedores”, dice la reportera.

“Por eso, le pedí a mi madre que me acompañara, para evitar peleas. Muchos andan en motos y hasta te pueden matar para robarte lo que has recogido. Estamos muy mal, no tenemos esperanza”, dice el chico de 18 años.

La desesperación de Hoda crece cuando su hija de 16 años, que ya tiene un bebé de dos meses, le pide pañales, leche y biberones. “Sólo me encogí de hombros y comencé a llorar”, dice la sufrida mujer, incapaz de atender esa urgente necesidad de su hija y del nieto, que sufre de diarrea y desnutrición.

Mientras tanto, hay en la lista de libaneses millonarios, incluidos en Forbes en el 2021, seis nombres, entre ellos el de Taha Mikati, hermano del actual primer ministro, el corrupto Najib Mikati, al que han responsabilizado del actual estado tan deplorable en que se halla Líbano.

Sus fortunas van de los 1,100 a los 2,500 millones de dólares (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/List_of_Lebanese_by_net_worth).

Esos tipos, no tendrán nunca necesidad de buscar entre la basura para sobrevivir.

Ya es tan valiosa la basura que “conserjes de edificios, meseros y otras personas, buscan lo que haya de valioso, hasta comida, antes de desecharla, con tal de vender algunas cosas, para hacerse de un suministro extra y hasta comer”, señala Jo.

Y en las otras fotos del artículo, se ven a varios chicos, con bolsas de plástico negras, sobre unos contenedores, reuniendo cuanto puedan vender.

“Sueño con tener una casa, en donde pueda vivir como la madre que soy. La gente me ve riendo, bromeando, pero dentro de mí, muero de tristeza, mi corazón está negro. Pero no lo demuestro. Me lo quedo. Los políticos que nos gobiernan, son los causantes de esto, deberían de quemarlos vivos, comen con cucharas de oro, mientras nosotros debemos de buscar un mendrugo de pan duro entre la basura para comer”, dice, llorando, la pobre mujer.

Sí, no sólo a esos corruptos políticos, parte de los millonarios del planeta, el 1%, los deberían de quemar vivos, sino a todos ellos, los causantes de que el planeta, junto con sus recursos y su gente, estén tan empobrecidos.

 

Contacto: studillac@hotmail.com