martes, 24 de septiembre de 2024

Los milenials ingleses están regresando a vivir con sus padres

 

Los milenials ingleses están regresando a vivir con sus padres

Por Adán Salgado Andrade

 

Los países occidentales – Estados Unidos, los europeos, Australia, Canadá – se habían distinguido, hasta hace algunos años, por tener altos ingresos la mayoría de sus poblaciones. Eso hacía posible a los hijos independizarse más rápido de sus padres, pues podían conseguir un trabajo con un salario que les permitía rentar un departamento y vivir bien o aceptablemente. En Estados Unidos, por ejemplo, en los 1980’s, surgieron los llamados yuppies (Young Urban Professional), que comenzaron a tener tanto poder de compra, que hasta las empresas tuvieron que desarrollar publicidad enfocada específicamente para tal sector poblacional (ver: https://us5.campaign-archive.com/?e=fa90d7d342&u=6557fc90400ccd10e100a13f4&id=8f14a93320).

Pero como el capitalismo salvaje, en su dinámica de ir centralizando toda la riqueza y de ir bajando salarios y subiendo la explotación laboral, con tal de que se incremente la decreciente tasa de ganancia, ha ido disminuyendo el nivel de vida, sobre todo, el de las clases medias, que se distinguían por ser el colchón, en cuanto al consumo entre las clases altas y las pobres, ese alto nivel, ha ido esfumándose.

Y eso ha llevado a que en muchos países “desarrollados”, la generación de milenials – los nacidos entre 1981 y 1996 – vean cada vez más difícil independizarse de sus padres.

Es el caso de Inglaterra, como expone el podcast de The Guardian, titulado “Los milenials están viviendo con sus padres”, comentado por Elle Hunt, quien explica que esa situación está al alza. “Una familia de Londres describe cómo es que de nuevo vivan juntos” (ver: https://www.theguardian.com/news/audio/2024/sep/03/the-millennials-living-with-parents-podcast).

Hunt visitó a una familia de Londres, en donde entrevistó a Cissy, una milenial de unos 33 años, que regresó con sus padres, Steve y Linda, en marzo del 2023. “La verdad es que me quedé sin opciones. Estaba bien, viviendo con mi pareja, pero dejamos de entendernos y rompimos. El departamento en el que estábamos viviendo era lindo, sí. Pagábamos 1,600 libras mensuales, entre los dos, pero cuando nos separamos, ya no me fue posible. Ahora, es chistoso, porque pues ya no soy, digamos, independiente, ¿no?, debo de avisarles a mis papás en donde ando y está bien, pues es por mi seguridad, pero sí es curioso”, señala Cissy, quien enfatiza que, sobre todo, las finanzas precarias, fueron la causa de su regreso a la casa de sus padres.

La casa en donde viven sus padres, era, a su vez, de los abuelos “y parece un museo, porque hay muebles antiguos que siguen allí”. Eso muestra que sus padres, tampoco tuvieron demasiado dinero como para comprar una casa por ellos mismos.

Steve dice que le dio gusto saber que Cissy se iba a regresar. “No me dio gusto por ella, pues cortó con la vida que tenía, pero me dio gusto por nosotros, pues íbamos a estar de nuevo juntos. Es nuestra única hija y siempre la hemos querido mucho”. Hablan de que las opciones que Cissy buscó de otros departamentos “eran pésimas, horrendas,  indignas. No sé cómo les pueden llamar a eso viviendas”, dice Steve.

Linda agrega que son los milenials prisioneros del sistema, “por la falta de casas, de empleos… sus vidas se han vuelto bastante mínimas, comparadas con lo que nosotros vivimos”.

Ciertamente, pues en mi propia experiencia, mi vida pasada, por ejemplo, mi primer empleo, en el ya lejano 1979, me permitió, si no independizarme, darme lujos, además de cumplir con el gasto que daba en mi casa. Tenía auto, novia (con la que salía frecuentemente al cine, a comer, a pasear…) y muchas otras cosas, a pesar de que, descontado el gasto que, como dije, daba en mi casa, sólo me quedaba con la mitad.

Pero ya no es lo mismo, pues los puestos de trabajo de la actualidad para egresados, son bajísimos (un egresado de ingeniería, por ejemplo, recibe once mil pesos, cuando mucho y en algunos casos ocho mil pesos mensuales, y si tuviera una familia no le sería posible mantenerla, mucho menos adquirir una casa). Tan sólo en la ciudad de México, adquirir una vivienda cuesta un mínimo de 4 millones de pesos, la que puede pagar sólo un 3 por ciento de la población y, para hacerlo, deben de percibir, al menos unos sesenta mil pesos mensuales, pues una hipoteca está entre 25 y 30 mil pesos. Como señalé, percibiendo once mil pesos, no es posible (ver: https://www.jornada.com.mx/noticia/2024/04/28/capital/expulsa-cdmx-a-100-mil-personas-al-ano-por-falta-de-vivienda-5753).

De todos modos, siempre ha sido más difícil en países de bajos ingresos, como en México, que los jóvenes se independicen. No, lo que hacen, cuando se casan, por ejemplo, es irse a vivir, ya sea a la casa de los padres de la esposa o los del esposo. Y, con lo poco que ganan, van ampliando las casas de sus padres, la mayor parte de las veces anárquicamente (una ventana que antes era parte de un patio, queda ahora encerrada o se sube un piso y otro más, sin revisar, al menos, si la cimentación resiste o se quita un jardín o un estacionamiento para ampliar, entre otras improvisadas cosas).

Pero que eso se dé en países “ricos”, da cuenta del empobrecimiento global que está ocasionando el capitalismo salvaje.

“Me siento muy triste de lo que le sucede a Cissy, pues le quitan la oportunidad de vivir cosas que debiera de vivir a su edad, ser independiente. Pero ya no es posible y eso me llena de lágrimas”, agrega Linda.

Hunt dice que entre el 2011 y el 2021, el número de milenials que regresaron a sus casas, se incrementó en 14 por ciento, “lo que significa que unos 4 millones de familias viven con al menos un milenial, que son gente que tiene entre 30 y 34 años. Y es que si no lo hacen así, todo se les va en pagar renta y no les queda dinero para ahorrar, estudiar otras cosas, viajar o divertirse. Por eso lo hacen, por la cuestión económica, pues es muy difícil para los jóvenes comprarse una casa y es la razón de que la mayoría, renten”.

También dice Hunt que esa inhabilidad de tener una casa propia, está cambiando los patrones culturales, “pues muchos milenials ya ni siquiera piensan en el matrimonio o en tener hijos, si ellos mismos no tienen la estabilidad de tener una casa propia, no rentada. Y también hay una afectación a su salud, pues muchos se frustran tanto porque no pudieron seguir siendo independientes, así como por regresar con sus padres, sobre todo, si no se llevaban bien”.

Cierto, si sólo es por necesidad que regresen, las cosas no funcionarán bien.

Linda dice que lo frustrante es que los padres quieren que sus hijos sean mejores que ellos, “pero eso, no lo estamos viendo ya, al menos, muchas familias, como nosotros, no lo estamos viendo”.

El nuevo gobierno de Keith Starmer, ha prometido que construirá un millón y medio de casas que sean Accesibles para los jóvenes, sobre todo, y que “se harán leyes que protejan más a los inquilinos de casatenientes abusivos, que por cualquier cosa, los echan”. Si, son un problema, tanto los que rentan viviendas de mala muerte, así como los que no tienen tolerancia para los que se atrasan ya no con dos o tres rentas, “sino con una sola” (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2023/09/en-inglaterra-las-rentas-para-pobres.html).

Le pregunta a Cissy qué planes tiene para el futuro. “Bueno, pues hay un amigo que va a rentar un departamento que está lindo. Quizá me mude allí al final del año. También me quiero salir de Londres, pues detesto estar en una ciudad que me ha quitado mucho. Aunque, de todos modos, agradezco el apoyo de mis padres, pues significa que no tengo presiones económicas y me la paso más relajada. Pero, sí, algo tengo que hacer con mi vida”, dice, reflexiva.

Y, claro, la cuestión financiera es lo que siempre interfiere en los planes de la gente.

Pues, finalmente si tenemos existencias precarias, es por la falta de finanzas para costear todo lo que nos gustaría hacer. Y no sólo para nuestras existencias, sino para mejorar al planeta (¡Cuántos proyectos a veces se nos ocurren! Por ejemplo, en Ixtapaluca, que es en donde vive mi chica, hay grandes terrenos baldíos que, hemos pensado, que si tuviéramos suficiente dinero, podríamos comprar y convertirlos en zonas protegidas, reforestadas, en donde habitaran aves y animales de la región, antes de que sean construidas plazas comerciales o hacinados fraccionamientos, que incrementen anárquicamente la mancha urbana).

Pero cada vez nos va reduciendo este desigual, concentrador sistema económico a la mera sobrevivencia.

Que ni para comer bien, tengamos suficiente dinero.

Y eso, no es vivir plenamente.

 

Contacto: studillac@hotmail.com