sábado, 13 de abril de 2024

Marzo del 2024, el más caliente de todos los marzos pasados

 

Marzo del 2024, el más caliente de todos los marzos pasados

Por Adán Salgado Andrade

 

El planeta se está calentando más y más cada año, debido a que sigue creciente la producción de CO2, a pesar de tantos acuerdos y tratados por limitarlo (las COP’s, por ejemplo, Conference of the Parties, para limitar las emisiones contaminantes) y que no rebase el calentamiento los 1.5º C, pero las evidencias indican que ya pudo haberse rebasado ese límite, al menos temporalmente, y que ya no puede ser una meta, que quizá nos enfilemos a 2º C o más.

El artículo de The Guardian titulado “El décimo récord mensual de altas temperaturas, alarma y confunde a los científicos climáticos”, firmado por Jonathan Watts, expone esa situación, agregando además que “si la anomalía no se estabiliza en agosto, ‘el mundo estará entrando en territorio desconocido’, dice un experto climático” (ver: https://www.theguardian.com/global/2024/apr/09/tenth-consecutive-monthly-heat-record-alarms-confounds-climate-scientists).

Una foto de un hombre paseando con su perro sobre lo que fuera un río, que actualmente luce seco, abre el artículo. Ahora, sólo se ve tierra agrietada que ha estado así por meses o años, seguramente, de no haber llovido. No sólo se secó el río, sino que la sequía extrema, convirtió su lecho en suelo extremadamente deshidratado.

Y es que ya se están dando temperaturas altísimas en sitios en donde no debería de ocurrir. Por ejemplo, la Antártida, se está calentando ¡dos veces más rápidamente que el resto del planeta!, rebasada por el Ártico, que lo hace ¡cuatro veces más rápido! Se han dado temperaturas que han dejado estupefactos a los investigadores climáticos de más de 38º C en la Antártica, en donde siempre habían sido bajo cero. Por esa situación, murieron miles de crías de pingüinos Emperador, pues éstas, no alcanzaron a desarrollar plumas a prueba de agua, que las hicieran flotar. Al respecto, un científico expresó que “es algo que nos ha dejado sin palabras” (ver: https://www.theguardian.com/environment/2024/apr/06/simply-mind-boggling-world-record-temperature-jump-in-antarctic-raises-fears-of-catastrophe).

Dice Watts que “otro mes, otro récord global de alta temperatura, ha dejado a los científicos climáticos confundidos, esperando que sea un rezago dejado por El Niño, en lugar de un síntoma de algo peor de lo esperado en el clima mundial. Las temperaturas mundiales en marzo (del 2024) fueron 0.1º C mayores que el récord previo de marzo del 2016, y 1.68º C mayores que el promedio preindustrial, de acuerdo con información compartida por el Servicio sobre el Cambio Climático Copérnico”.

Los pasados doce meses, las temperaturas han estado por encima de los 1.58º C, es decir, ya se rebasó el límite que se había establecido como máximo de calentamiento global, “que no se consideraría roto, si es que continúa esa tendencia en una escala de una década”.

Aunque muchos investigadores dicen que el calentamiento extraordinario actual, todavía está dentro de los modelos computarizados, otros piensan que podría ser una aceleración de dicho calentamiento. Es lo que señala la investigadora Diana Ürge-Vorsatz, del IPCC (Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, por sus siglas en inglés), citada por Watts, quien indica que el planeta se ha estado calentando 0.3º C por década durante los pasados 15 años, casi el doble de la tendencia de 0.18º C que se dio en los 1970’s. “Me consterna pensar si esto está dentro del rango de la variación climática o es un signo de calentamiento acelerado. Y si esperamos a ver si sí o no, puede ser demasiado tarde”.

Se muestra una gráfica en donde, en efecto, marzo del 2024 ha mostrado una temperatura de 1.68º C, muy alta, en relación con junio del 2023, que se mantuvo en 1.23º C. Y todo con respecto a los años de 1940 hasta el presente. En mi opinión personal, ya es inevitable rebasar el límite de 1.5º C establecido.

Los efectos que esto está teniendo son devastadores. Por ejemplo, Canadá, que en el 2023 perdió millones de hectáreas por megaincendios forestales, los enfrentará con la misma intensidad en el 2024, por la persistente sequía y las citadas altas temperaturas (ver: https://www.theguardian.com/world/2024/apr/10/canada-catastrophic-wildfire-season).

No sólo no se adoptan medidas para paliar los daños ocasionados, sino que se siguen haciendo obras que continúan con el daño global a los recursos. Como la red de “caminos fantasmas”, casi siempre de terracería, que se abren en medio de selvas, lo que permite a compañías mineras, talamontes, ganaderos (los que queman árboles para que queden pastizales para sus reses), agricultores y otros depredadores ir devastando las selvas (ver: https://www.theguardian.com/environment/2024/apr/13/ghost-roads-pave-way-for-deforestation-rainforest-asia-pacific-aoe).

Eso da lugar a que las selvas sean depredadas de una forma alarmante. Se calcula que en el 2023, fueron devastadas cada minuto, en el equivalente a ¡diez canchas de fútbol!, equivalentes a 102.81 km2, es decir, a un cuadrado de 10.13 km de lado ¡diariamente! Es un área equivalente a la de Suiza, 37,000 km2. Estamos acabando con las condiciones planetarias que nos dan cobijo (ver: https://www.theguardian.com/environment/2024/apr/04/global-deforestation-rainforest-climate-goals-brazil-colombia-agriculture).

Por eso están incrementándose tanto las temperaturas, pues los árboles, además de que ayudan a bajarlas, absorben CO2, uno de los gases que ocasionan el efecto invernadero que está calentando al planeta.

No sólo se está devastando la selva, sino que ni siquiera se cumplen los acuerdos de reducción de energías fósiles, como el empleo del carbón mineral, una de las más contaminantes. China es el país que está incrementando, de nuevo, el empleo del carbón, a pesar de que se ha comprometido en varias ocasiones a reducirlo. Claro, no lo hace porque como está surcando por una crisis económica, quiere vender más y más productos, como autos eléctricos – que no son la panacea para combatir la contaminación, sino que sólo son un hito consumista más –, que está tratando de vender lo más barato que sea posible, con tal de anular a la competencia. Eso implica más fabricación, la que se traduce en más combustión, o sea, más contaminación. Es evidente que para un país como China (y Japón, Grecia, Indonesia, India, Bangladesh, Pakistán, Surcorea, Vietnam y Zimbabue, que también han instalado más carboeléctricas), es más importante su economía que la salud planetaria (ver: https://www.theguardian.com/environment/2024/apr/11/worlds-coal-power-capacity-rises-despite-climate-warnings  

Por eso, ya lo he dicho en otros artículos, para el capitalismo salvaje los negocios son primero.

Gavin Schmidt, director del Instituto Goddard de Estudios Espaciales, de la NASA, citado por Watts, dice que el 2023, es el año que más ha rebasado las predicciones de los climatólogos sobre el incremento de las temperaturas, que puede deberse a “efectos de El Niño, a una reducción de las partículas de bióxido de azufre, por los controles contaminantes (las que, irónicamente, ayudan a bloquear la radiación solar), a la erupción del volcán Hunga Tonga-Hunga Ha’apai en Tonga, Polinesia, del 2022, la que al irse atenuando, también disminuyó el bloqueo solar, además del incremento de actividad en la radiación solar”.  

Dice Schmidt que “si para agosto no se estabiliza el clima y baja la temperatura, entonces estaremos en territorio desconocido, que un planeta que se está calentando, está alterando al clima mucho antes de lo que se había pronosticado”.

Como señalé, todos los estudios concuerdan con que el problema son las crecientes emisiones contaminantes (incluidas las debidas a la creciente fabricación de autos eléctricos y otros productos que, supuestamente, impulsarán a las llamadas “energías verdes”, de lo cual, nada se menciona en esos planes “verdes”), las que terminarán asándonos, si no se hace nada al respecto (que no se ve que interese, realmente).

Ya el científico Michael E Mann, citado por Watts, en 1999, había predicho todo lo que está sucediendo. Actualmente “el mundo se está calentando tan rápido como habíamos pronosticado y eso es bastante malo”.

Y se confirma la falta de voluntad de países petroleros, en donde operan 57 empresas ligadas al 80 por ciento de la contaminación mundial (¡fíjense lo depredadoras y contaminantes que son tan sólo 57 empresas que contaminan con el 80 por ciento de la polución mundial!). En marzo del 2024, el ejecutivo principal de la empresa árabe Saudi Aramco, Amin Nasser, recibió un aplauso en una conferencia petrolera en Houston por declarar que “Ya deberíamos de abandonar la fantasía de hacer a un lado al petróleo y al gas”, a pesar de que cuatro meses antes, su país y otros, en la COP28, acordaron dejar de lado a esos combustibles fósiles (en cuanto a esa declaración, no pretendo ser contradictorio, pero en un planeta en donde todavía se obtiene el 80% de la energía mundial con combustibles fósiles, no será fácil hacer la transición. Para los ricos, como Estados Unidos, sí se podría, pero, de todos modos, no sería inmediato, sino que llevaría décadas al menos. Y para países pobres, incluido México, si no reciben ayuda de los ricos, la transición será casi imposible, pues implicaría mucho dinero, que no se tiene – sólo consideren si se pretendiera obligar a todos los mexicanos que usan auto, a adquirir uno eléctrico, que tampoco es la solución a la contaminación. Así que si no ayudan los “ricos” a la transición, no pueden exigir que se haga, no, al menos, con la misma rapidez. Es un problema que debió revisarse desde hace décadas, no cuando ya estamos viviendo una severa emergencia climática. Las petroleras sabían, desde los años 1970’s, lo que sucedería, que ya estamos viviendo, si seguían empleándose los combustibles fósiles masivamente. Ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/09/las-mafiosas-empresas-petroleras.html).

Y ya también he afirmado que si no se acaba con la sobreproducción capitalista, que nos impone a consumir y consumir compulsivamente, depredación y contaminación seguirán, a pesar de las “energías verdes”.

Así que, más claro, no puede ser, seguiremos convirtiendo en un infierno al planeta y cada año las “buenas intenciones” de hacer algo por salvar las condiciones que lo hacen habitable, quedarán en vanos discursos y promesas.

Y valdría preguntarse ¿los que se hacen millonarios contaminando y depredando al planeta, podrán vivir en el infierno que están ocasionando?

 

Contacto: studillac@hotmail.com