sábado, 5 de octubre de 2024

El huracán Helene afectó la producción de cuarzo ultrapuro, usado en chips avanzados

 

El huracán Helene afectó la producción de cuarzo ultrapuro, usado en chips avanzados

Por Adán Salgado Andrade

 

El capitalismo salvaje, con tal de ahorrar en costos, ha realizado una división internacional del trabajo en donde en algunos lugares se realiza la extracción o producción de las materias primas necesarias (los metales o minerales, por ejemplo, para los autos o las baterías de los eléctricos), en otros, se manufacturan partes del proceso (por ejemplo, las distintas partes que forman un auto o un avión), en otros más, se ensamblan (en donde se arma el auto o el avión) y así, con tal de abaratar la fabricación.

Todos esos procesos se enlazan entre sí mediante lo que se llama logística, que se encarga de surtir a tiempo las partes que requiere un auto, una máquina, un avión o lo que sea. Durante la pandemia se vieron interrumpidos varios procesos, así que muchos productos tuvieron que suspender su fabricación, justo como autos, pues los chips necesarios no estaban disponibles. El proceso de recuperación fue lento y en muchos casos, aún se sienten sus efectos (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/06/la-logistica-capitalista-se-afecto.html).

Ahora, el huracán Helene, está afectando de nuevo la logística mundial, pues interrumpió las operaciones de Spruce Pine, localizada en Carolina del Norte – estado que resultó seriamente afectado –, una mina operada por Quartz Corp y Unimim, ésta, subsidiaria de SCR-Sibelco, de Bélgica. En ese sitio se extrae cuarzo ultrapuro (HPQ por sus siglas en inglés), que es el que se emplea en casi toda la industria electrónica, desde celulares hasta chips muy avanzados, los de grado militar. Es tan puro, que no requiere mayor procesamiento. El artículo del portal Wired, titulado “El huracán Helene afectará seriamente a la industria de los semiconductores”, firmado por Tommy Greene, expone esa situación, puntualizando que “fuertes inundaciones en Spruce Pine, en Carolina del Norte, han bloqueado el mayor depósito de cuarzo ultrapuro, dejando a las empresas tecnológicas de todo el planeta sin un ingrediente vital para fabricar microchips” (ver: https://www.wired.com/story/hurricane-helene-shockwaves-semiconductor-industry-microchips-spruce-pine-north-carolina-sand-high-quality-quartz/).

El problema, señala Greene, es que puede alterarse la cadena logística, pues surte el 70% del que requiere la industria mundial. Proporciona el HPQ a la industria de los chips, que vale 500 mil millones de dólares, para el sector tecnológico mundial, valuado éste, en $3 billones de dólares anuales ($3,000,000,000,000). Los otros productores de HPQ son Brasil e India.

Pero señala Greene que independientemente del daño que haya hecho Helene a la mina, de todos modos, Quartz Corp ha ocasionado antes muchos otros desastres. Entre 1981 y 2018, se dieron seis casos de daños por contaminación, incluyendo fugas químicas. En el 2018, la empresa derramó cientos de galones de ácido fluorhídrico en un río cercano. La descarga ocasionó la muerte de cientos de peces y ha sido una de tantas cometidas durante la pasada década.

Jonnie Penn, profesor de ética de la Inteligencia Artificial, IA, y de la sociedad, de la Universidad de Cambridge, citado por Greene, dice que puede obtenerse cuarzo menos puro de otras fuentes, pero requiere energía intensiva para “limpiarlo”, lo que afecta con creces al medio ambiente, y que es irónico que la catástrofe climática haya provocado daños a la mina que produce HPQ para la industria de la IA. Y, aunque sea muy puro, de todos modos, se producen “accidentes” que también contaminan.

De por sí, la IA está incrementando brutalmente los consumos de electricidad, pues cada consulta, cuyos resultados se dan en segundos (como con el ChatGPT), requiere de cientos de watts. Como no alcanzarán las energías “verdes” para producir tanta electricidad requerida por la glotonería energética a la que hemos dado lugar con el desperdiciador sistema de sobreproducción impuesto por el capitalismo salvaje, Estados Unidos, por ejemplo, sigue dependiendo en un 82 por ciento de los combustibles fósiles, como el petróleo, el carbón o el gas natural. Las energías solar y eólica sólo constituyen el 1 por ciento cada una de su consumo. Constituyendo sólo el 4 por ciento de la población mundial, gasta el 16 por ciento de la energía global. Un grave problema es el desperdicio de tal electricidad, pues se pierde ¡el 59 por ciento por distribuirla a comercios, casas y fábricas! Absurdo (ver: https://usafacts.org/just-the-facts/energy/).

Por eso, se está justificando el regreso de la peligrosa energía nuclear, que deja residuos mortales que pueden durar cientos de años y que no hay forma de eliminar (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2024/09/la-glotoneria-energetica-esta.html).

Por ese alto consumo energético y mayoritariamente todavía de energías fósiles, es que Estados Unidos quiere imponer un gobierno títere en Venezuela, para que le asegure el control de sus reservas petroleras, las primeras del mundo.

Señala Penn que “una lección que puede aprenderse de esta paralización de Spruce Pine, es que puede no haber IA en el futuro, pues está incrementando el daño ambiental su empleo. Si se quiere usar para disminuir los problemas ambientales, al contrario, los está aumentando”. Agrega que “las inversiones en IA y la catástrofe ambiental están por colisionar, pues son antagónicas, porque entre más se desarrolle la IA, mayor será la contaminación que genere”.

En efecto, pues entre más se invierta para seguir haciendo procesadores, chips, centros de datos (y lo que ello implica, como que todo ya esté operado por chips, como autos, celulares, pantallas, electrodomésticos, aparatos médicos, robots industriales, aviones, naves espaciales, el Internet, ¡armas “inteligentes”!), más se estará contaminando y hasta se dañarán esas inversiones, porque huracanes como Helene serán más frecuentes y destructivos.

En estos momentos, además, hay otros factores que pueden afectar la cadena logística que tanto cuida el capitalismo salvaje para seguir sobreproduciendo. Por ejemplo, la guerra que está escalando en el Medio Oriente (Israel ya está destruyendo también a Líbano y es inminente que también se enfrente a Irán, además de los frecuentes ataques de los Houthis a cargueros en el Mar Rojo) o que los barcos mercantes, por ser tan masivos, se accidentan más frecuentemente o pierden contenedores o la huelga de trabajadores aeroportuarios estadounidenses (que ya concluyó) o los enfrentamientos entre Estados Unidos y China, que podrían obstruir las importaciones de artículos necesarios para líneas de ensamblaje (muchos componentes que requiere, por ejemplo, la fabricación de autos estadounidenses, provienen de China), entre otros (ver: https://www.theguardian.com/business/2024/oct/02/global-supply-chains-are-under-pressure-again-will-inflation-start-rising).

Además, los precios incrementarán, pues el inicio de operaciones habrá requerido de cuantiosos gastos extras, señala Greene.

Así que véase cómo es tan vulnerable la logística mundial.

El capitalismo salvaje, en su necesidad de acelerar la fabricación y distribución de mercancías, por la depredación y destrucción que está ocasionando con la nefasta sobreproducción, las está alentando.

Muy mal negocio.

 

Contacto: studillac@hotmail.com