domingo, 6 de octubre de 2024

Cada año, unos mil contenedores caen de barcos cargueros al mar

 

Cada año, unos mil contenedores caen de barcos cargueros al mar

Por Adán Salgado Andrade

 

La explosiva sobreproducción de todo, sean autos, ropa, electrónicos, electrodomésticos, alimentos, materias primas, máquinas, equipos de fabricación, medicamentos, zapatos, envases… ha dado lugar a problemas que antes no existían, como el que se requieran cargueros cada vez más largos y gigantescos para transportar cuantas mercancías deban, desde distintos puertos en distintos países y continentes.

Esos cargueros han ido de medir entre 137 y 200 metros de longitud en 1956, cuando se usaron por primera vez los contenedores (que son las cajas metálicas que miden 6 metros de largo), que apenas cargaban entre 500 y 600, hasta los actuales, los denominados MGX-24, de 400 metros de largo (la longitud de cuatro calles), monstruos que cargan hasta 25,000 contenedores. Todo por ahorrar en costos, tratar de cargar más con menos (ver: https://www.routledge.com/The-Geography-of-Transport-Systems/Rodrigue/p/book/9781032380407?srsltid=AfmBOoo8dbWiZweiMolbuHXwKBIBhl8x2DiFNvjC2zhGeDFoH6I1uFTT).

Esa siempre ha sido la, digamos, prioridad capitalista, ahorrar cuanto se pueda en costos para ganar más. Pero tiene sus desventajas. Por ejemplo, el 24 de marzo del 2021, una de esas moles, el Ever Given, encalló en una de las orillas del Canal de Suez, debido a fuertes vientos que lo hicieron incontrolable. Ya antes, en el 2019, se había ido contra un ferry, en un muelle alemán, también por la falta de maniobrabilidad. Tardaron varios días en desencallarlo en el Canal de Suez y tuvo que pagar una gran multa (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/04/los-sobrecargados-barcos-mercantes.html).

Y esos son los menores de sus problemas. Cuando naufragan, se van al fondo, con todo y carga, lo que contamina muchísimo al fondo marino y al agua que lo rodea, contaminación que eventualmente, se extiende a todo el mar. Y eso, lamentablemente, suma más basura, de todo tipo, a los mares, de por sí muy afectados por el calentamiento global (por eso se han incrementado los potentes huracanes), además de derrames petroleros, radioactivos (el derrame de “agua tratada” de la destruida planta nuclear de Fukushima), enfermedades de animales terrestres, que resultan del escurrimiento de las aguas en la superficie, resultantes de huracanes y tormentas, pues son arrastradas por éstas al mar y otros severos daños que ha ocasionado el sistema depredador y contaminador que nos domina (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/12/naufragios-de-barcos-cargueros-mas.html).

Por si no bastara con tanta basura, los enormes cargueros a los que me referí antes, son presas muchas veces de tormentas que los agitan demasiado y varios de sus contenedores caen al mar. Se calcula que unos mil anualmente, contaminándolo más. Es lo que expone el artículo de Associated Press, titulado “Miles de contenedores se han perdido en el mar. ¿Qué sucede cuando se abren?”, firmado por Christina Larson, Helen Wieffering y Manuel Valdes (ver: https://apnews.com/article/lost-shipping-containers-dali-baltimore-xpress-pearl-68620037992758a714b010345e1937fa).

Abre el artículo un video de un contenedor que cayó desde el 2004, del carguero Med Taipei durante una tormenta y que por casualidad, investigadores encontraron a una profundidad de 1,200 metros, con un submarino de control remoto, cerca de la bahía de Monterey, California, en un sitio que es considerado santuario marino. Los investigadores están estudiando los efectos de ese contenedor y lo que acarreaba en la fauna marina. Está apoyado sólo en uno de sus lados, la mayor parte de su volumen, flotando. Peces y moluscos marinos se pasean alrededor, tomándolo como si ya fuera parte de su medio ambiente. Pero no lo es, es fortuito.

Dicen los investigadores que cuando esos contenedores caen y se desplazan hasta el fondo, irrumpen, matando todo lo que se encuentre debajo de ellos.

Russ Lewis, un ecologista retirado que ahora es voluntario para limpiar las playas de basura, citado por los reporteros, muestra, en un video, todo lo que ha hallado, desde patos de plástico para que los cazadores entrenen (los estadounidenses practican la deleznable actividad de la caza como “deporte”), pelotas de tenis, cascos para bicicletas, pistolas de agua, pantuflas… y todo de indestructible plástico. Han hallado otros investigadores a animales, como tortugas o ballenas, que han muerto por haber ingerido toda esa basura.

Pero también esos contenedores riegan peligrosos químicos que pueden provocar más daños que los objetos plásticos.

Un mapa muestra cómo se desparraman por todos lados los objetos de los contenedores que caen. Un carguero, el One Apus, salió del puerto de Yantian, China, en noviembre del 2020, con rumbo a los estados Unidos, pero el 20 de ese mes, una fuerte tormenta, a la mitad de la ruta, provocó que cayeran 1,800 contenedores. Las cargas que llevaban, se han ido esparciendo desde entonces, pasando por Hawái, el atolón de Midway, la Isla Laysan… hasta llegar a las costas de California, como Long Beach y otras. Estamos interconectados y toda esa basura, al final, se desparrama por todos lados. Cosas como bicicletas, electrodomésticos, juguetes, cascos y demás, llegaron a las playas. Lewis dice que cuando se ve una pantufla, “puedes pensar que a alguien se le perdió, pero cuando ves dos, cuatro, diez… sabes que son producto de un naufragio. Y es muy lamentable, pues no sabemos que efectos vayan a tener en la ecología marina”.

Pero, como señalé, por la necesidad de transportar tantas mercancías debidas a la sobreproducción, un total de 250 millones de contenedores cruzan los mares cada año, “pero más de 20,000 contenedores se han caído de los cargueros cada año en los últimos quince años, un promedio de unos mil por año, aunque algunos expertos dicen que podrían ser más, pues no se llevan registros exactos por la asociaciones de cargueros o las aseguradoras, que aunque tienen cifras exactas, no las proporcionan”.

Como dije, llevan químicos peligrosos, como etanol. “Esos objetos, invaden santuarios de pájaros e islas vírgenes, contaminándolo todo y hasta ocasionando la muerte de especies como aves o mamíferos marinos”, señalan los reporteros.

Lo peor es que son “cápsulas del tiempo que estarán allí por cientos de años”, como señala el biólogo marino Andrew DeVogelaere, citado por aquéllos.

También han soltado las cuentas plásticas que se usan para la fabricación de objetos plásticos, “del tamaño de una lenteja, que son ingeridas por fauna marina, pensando que son alimentos y que los pueden matar. Igualmente han regado ácido nítrico, metanol e hidróxido de sodio y otros químicos de los que no se sabe nada”.

Han hallado tortugas, delfines y ballenas muertos, cuyas bocas estaban llenas de esas cuentas plásticas. “Y sólo son los que hemos encontrado, pero debe de haber cientos de otros animales muertos”, dice DeVogelaere.

Las playas, muchas veces, huelen a los químicos regados, que llegan hasta allí. En Sri Lanka han contaminado tanto el mar, que hasta se han puesto vedas para que no se pesque, pues los peces están muy contaminados.

Además, muchos contenedores flotan varios días y son un peligro para la navegación, pues muchos yates y otras embarcaciones han chocado contra ellos y hasta se han hundido.

Y de todos modos, la mayoría de contenedores no se recupera “y lo que vayan a ocasionar, no se conoce”.

Otro video muestra lo que quedó de un barco, semihundido, todavía con varios contenedores en su cubierta, que ya no se recuperarán, pues saldría más caro a las compañías, pero deberían de hacerlo. Toda esa carga, claro, está asegurada, pero por eso se han incrementado tanto los seguros. Que también, a las aseguradoras les conviene, pues así incrementan bastante el costo de sus, de por sí, caros seguros.

Y las empresas transportadoras, a su vez, incrementarán sus tarifas, que trasladarán a los distribuidores, quienes, a su vez, lo trasladarán a los consumidores finales.

Es decir, de todos modos, no pierden.

Pero quien pierde es el ecosistema marino, cada vez más contaminado.

Así que cada vez será menos saludable alimentarse de pescados o camarones u oros crustáceos, pues ya deben de llevar todo tipo de contaminantes en sus organismos, desde microplásticos, bacterias, químicos…

Lewis dice que “sí, vemos sólo lo que flota y llega a la superficie. Pero no vemos lo que sucede en el fondo marino. Ese será el verdadero problema”.

Pero no importa al capitalismo salvaje.

Sólo importa transportar lo más que se pueda de la depredadora, contaminante, nefasta sobreproducción.

El mar y otros ecosistemas, son lo de menos.

 

Contacto: studillac@hotmail.com