miércoles, 30 de noviembre de 2022

Desde hace siglos los piojos invaden las cabezas

 

Desde hace siglos los piojos invaden las cabezas

Por Adán salgado Andrade

 

Hay plagas que son milenarias. Enfermedades como el cólera, la tuberculosis o la viruela, entre muchas otras, existen desde tiempo atrás. Y a pesar de tantos “adelantos” científicos – muchos, muy cuestionables, como los “avances” para inventar armas –, esas enfermedades, así como parásitos, siguen muy presentes.

Uno de tales parásitos son los molestos piojos (Pediculus humanus capitis), un hematófago que invade las cabezas de la gente, “siendo los humanos los únicos huéspedes de esos parásitos” (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Head_louse).

Para combatirlos, se usan champús especiales, además de peines de cerrados dientes para deshacerse de liendres (los huevecillos), así como de los piojos muertos.

Pero antes, no había champús ni nada de eso, excepto los peines. 

Hace poco, tuvo lugar un hallazgo arqueológico de un pueblo de la edad de bronce, los canaanitas, que habitaban la región de Canaán, región que “actualmente comprende a Israel, Palestina, parte de Jordania y Siria” (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Canaan).

Los arqueólogos encontraron nada menos que un peine para quitar los piojos de hace unos 3,800 años, como expone el artículo de The Guardian titulado “La oración escrita conocida más vieja, hecha con el primer alfabeto, que fue descubierta en un peine para quitar piojos”, firmado por Ian Sample, quien agrega que “se trata de un ejemplo de antigua higiene, grabado en un peine de la era del Bronce” (ver: https://www.theguardian.com/science/2022/nov/09/oldest-known-written-sentence-discovered-on-a-head-lice-comb).

Una foto, muestra el peine, hecho de marfil, al que le faltan algunos dientes, obvio, por tantos miles de años de haber estado enterrado.

Tiene una inscripción, que dice “Ojalá estos dientes, saquen de raíz a los piojos de cabello y barba”. Fue hallado en Lachish, “una ciudad canaanita del segundo mileno, antes de Cristo, que era la segunda en importancia del reino de Judá. El profesor Yosef Garfinkel, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, dice que “la inscripción, es muy humana. Usted tiene un peine y en dicho peine, usted inscribe un deseo para destruir piojos de barba y cabello. Hoy día, tenemos todos estos aerosoles, medicinas y venenos. En el pasado, nada de eso existía”.

En efecto, se ve que ya había algunas culturas sensibles en ese entonces y que no toleraban el desaseo y a los parásitos, que debieron de ser muy comunes en aquellos tiempos.

El peine, que mide 3.5 por 2.5 centímetros, se descubrió en el 2017, y la inscripción, se notó y descifró en diciembre del 2021, que está hecha, como dije, en alfabeto canaanita. Se muestran los símbolos que correspondieron al texto, mezcla de dibujos y rayas, con los que se representaban las cosas. Todavía se ven muy primitivos, como que apenas estaban evolucionando.

Dice Sample que no se pudo datar con el método del carbono 14, pero que, por sus características, los investigadores estiman que es aproximadamente del año 1700 antes de Cristo.

“El peine está desgastado, y ha perdido dientes, pero de lo que queda de ellos, se ve que tuvo unos seis bien espaciados , para deshacer nudos de cabellos, en un lado, y catorce, muy juntos, en el otro, para remover liendres y piojos”.

Al analizarlo al microscopio, “se pudieron identificar las membranas duras de liendres, de medio milímetro, que apenas comenzaban a desarrollarse”.

Dice Sample que los antiguos peines eran hechos de madera, hueso o marfil, “pero éstos, eran los más caros, pues no había elefantes allí”.

Abunda Sample sobre los primeros alfabetos, que surgieron hace unos 3200 años antes de Cristo, en Mesopotamia y Egipto, pero que no eran con letras, sino que “consistían en cientos de signos distintos para representar palabras, sílabas y, por lo mismo, requerían de años para dominarse, como afirma el profesor Christopher Rollston, de Lenguas Semíticas, de la universidad George Washington, de Estados Unidos”.

De hecho, en efecto, alfabetos como el japonés o el chino, consisten de cientos de ideogramas para escribir las cosas. Son sistemas de escritura que no avanzaron tanto como los hechos con letras, como el arábigo, el que usamos. Por eso, son más difíciles de aprender.

De hecho, fue el canaanita el primer alfabeto considerado formalmente como tal y fue usado por varios siglos “por los fenicios y en el antiguo Líbano”.

Dice el mencionado Rollston que es “fascinante que la frase se refiera a la vida cotidiana y que incluso los ricos y famosos de entonces, sufrían de esos parásitos”.

Sí, y también es “fascinante”, agregaría, que por más adelantos de todo tipo que se han hecho a lo largo de siglos de “civilización”, parásitos como los piojos sigan entre nosotros.

No parece afectarlos el calentamiento global. Y quizá hasta sobrevivan un conflicto nuclear.

Probablemente en cientos de años, si, en efecto, nos acaba un conflicto nuclear, los arqueólogos de otros planetas, hallen a piojos radiados, pero saludables, alimentándose de lo que quede en ese entonces que contenga sangre.

 

Contacto: studillac@hotmail.com