martes, 23 de noviembre de 2021

Mailuu-Suu, pueblo ex soviético, basurero de peligrosos residuos radioactivos

 

Mailuu-Suu, pueblo ex soviético, basurero de peligrosos residuos radioactivos

Por Adán Salgado Andrade

 

La desaparecida Unión Soviética (1921-1990), como todos los países que abrazaron la energía nuclear, tanto para construir letales armas nucleares, así como para “fines pacíficos”, fabricando reactores nucleares, latentemente peligrosos – como el de Chernóbil, que estalló en 1986 –, dejó un peligroso, radioactivo legado que todavía está presente y que, en cualquier momento, podría desencadenar “accidentes” que provocarían irreversibles daños ambientales.

Un sitio en donde la URSS minó y procesó uranio, es Mailuu-Suu, ubicado en Kirguistán, que alguna vez fuera una república soviética, hasta que ganó su independencia, cuando la URSS dejó de existir en 1990 (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Kyrgyzstan).

Precisamente como Mailuu-Suu rebosaba, y rebosa, de yacimientos de uranio, fue que allí, como señalo, se explotaba y procesaba ese peligroso material radioactivo, para ser usado en armas y reactores nucleares.

Sin embargo, el daño ambiental fue mayúsculo, tanto que todavía persistirá por decenas y hasta cientos de años, como expone el artículo del portal digital Gizmodo, titulado “Un pueblito fue la fuente de uranio de la Unión Soviética. Ahora, se apresura para evitar el desastre”, firmado por Diana Kruzman. Abre el artículo una foto de una presa de jales, que contiene un líquido verdoso, de las que hay varias en ese sitio y que, explica Kruzman, han servido como frágiles depósitos de toda la basura radioactiva que se generó al minar y procesar el uranio. “Por su cercanía a ríos y lagos, esos peligrosos depósitos, de llegar a colapsarse, contaminarían irreversiblemente cuerpos de agua, no sólo del pueblo, sino de países que bordean a Kirguistán” (ver: https://gizmodo.com/a-tiny-town-was-the-soviet-union-s-uranium-hub-now-it-1848082612).

Señala Kruzman que “entre 1946 y 1968, en el pueblo se procesaron 10,000 toneladas métricas de mineral de uranio radioactivo, alguno del cual, se rumora, sirvió para procesar la primera arma nuclear soviética. Incluso, cuando se movió a otra parte la extracción de uranio, toda la basura radioactiva desechada durante dos décadas, permanece esparcida por todo el pueblo. Hoy, se encuentra enterrada entre concreto y grava que se están desintegrando”.

Ya, en 1956, más de 14 millones de pies cúbicos (396,436 metros cúbicos) de desechos radioactivos, fueron regados en el río que cruzaba el pueblo, debido a una fuerte tormenta, combinada con la frecuente actividad sísmica que afecta al lugar. “Las aguas del río, se tornaron negras y todo mundo echó a correr”.

Anna Travkina, habitante del lugar, que entonces tenía 6 años, recuerda muy bien la tragedia. Ahora, trabaja como administradora en un colegio de medicina. “Pero, en ese entonces, no se hablaba de estos accidentes, no se reportaba a la gente que moría, pero la gente moría. Los sepultábamos y todavía recordamos esos funerales”, le comenta a Kruzman.

En efecto, la URSS, era muy hermética en cuanto a ese tipo de “accidentes”, como trató de hacerlo con Chernóbil, pero como ya era la era de Mikhail Gorbachov (1931), debido a la supuesta apertura que éste impulsó, fue imposible ocultarlo, además de que si no se hubiera contenido, habría significado un desastre ambiental irreversible, no sólo para la URSS, sino para otros países de Europa (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/05/chernobil-un-evitable-desastre.html).

Pero ahora, por el cambio climático, los riesgos de que las presas de jales se deslaven son mayores, ya que la mayor precipitación pluvial, está reblandeciendo sus frágiles paredes, hechas, simplemente, de tierra aglomerada en pendientes. “Y cómo los glaciares de las montañas que rodean al pueblo se están derritiendo, los ríos locales, incrementarán sus corrientes, las que ablandarán más las tierras que los circundan, incluyendo a las que contienen a los peligrosos residuos”.

Ya ha habido varios “accidentes”, en otros países, de presas de jales que se han colapsado. Aquí mismo, en México, ese tipo de poco convenientes sitios que se hacen para contener materiales de desechos producidos por la extracción megaminera, se han colapsado, derramando en ríos cercanos su peligroso, contaminante contenido (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2013/05/los-destructivos-irreversibles-efectos.html).

Así que el temor de Travkina y de todos los habitantes de Mailuu-Suu, es que se reblandezcan tanto los taludes de las presas de jales, que se colapsen y contaminen irreversiblemente ríos y lagos.

“En el 2006, Mailuu-Suu fue catalogado como el lugar más contaminado del planeta, pero ya ha habido esfuerzos por terminar con esa mala fama”.

“El gobierno de Kirguistán, ha trasladado los desechos a sitios más alejados de los ríos, pero activistas y gente del pueblo, consideran que van muy lento. Además, no sólo son los desechos radioactivos, sino también los hay que contienen metales pesados y arsénico”, señala Kruzman.

O sea, ese pobre pueblo, fue el tiradero de la URSS de todo tipo de peligrosos desechos, tanto radioactivos, como de otro tipo. Muestra el desdén con que la URSS trataba a esos sitios, importantes para su carrera nuclear contra Estados Unidos, pero desdeñándolos en cuanto al impacto ambiental ocasionado.

Y siempre el pueblo ha sido explotado. En los años 1900’s, era muy preciado por sus mantos petroleros, hasta que se agotaron. Luego, por el uranio. De hecho, “en lengua kirguís, significa agua aceitosa, debido a que la explotación petrolera, también contaminó sus ríos”. Y se describe como una región que en los viejos tiempos era un fértil valle, rodeado de montañas que, ahora, por desgracia, es un peligroso basurero radioactivo, a punto de colapsarse.

“En la actualidad, una fábrica de focos es lo único que queda de su pasado industrial y es la única que da trabajo a sus habitantes”, dice Kruzman, y que también, por eso, se le llama la “Ciudad de la Luz”.

Existen 23 presas de jales, en donde se almacenan todos los desechos dejados por la infame actividad de minar y procesar uranio.

De no hacerse algo pronto, los deslaves de las presas de jales son inminentes. En el 2005, se dio otro, que arrojó 300,000 toneladas métricas de desechos radioactivos en el mencionado río. Así que ya es un río muerto, por el que, de todos modos, sigue corriendo agua y conecta con otros afluentes, como el Syr Darya, que se dirige, a su vez, al valle Fergana, perteneciente a Uzbekistán, otra ex república soviética, “así que el daño sería internacional. Pero desde que se colapsó la Unión Soviética, nadie se quiere hacer cargo de ese potencial desastre”, señala Kruzman.

Por supuesto que vivir entre tanta contaminación, ha tenido efectos directos para los habitantes de Mailuu-Suu, pues “los índices de cáncer son 50% mayores a la media nacional, además de que los doctores locales, han señalado un incremento en los defectos de nacimiento, sistemas inmunes vulnerables, además de vómito y diarreas en niños”.

La ONG Pure Earth (Tierra Pura), de ese país, ha luchado para que se lleven a cabo, lo antes posible, las acciones necesarias para prevenir los potenciales accidentes, pero se enfrenta a burocracias locales e internacionales que no parece que midan el potencial peligro, “a pesar de que ya se han dado varios deslaves. Sí se están haciendo trabajos para alejar los depósitos radioactivos de los ríos, pero no se están dando a la velocidad requerida”.

Y, de todos modos, lo único que se puede hacer es moverlos, pues no hay forma de hacer que tanto desecho se pudiera procesar para volverlo inocuo. Su letal radioactividad puede durar hasta cientos de años.

Y aún así, hay sectores “pronucleares” que insisten en que la energía nuclear es “una alternativa verde” (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/11/la-oportunista-muy-peligrosa-energia.html).

Desgraciadamente, Mailuu-Suu, es una muestra más de lo que la imbecilidad humana ha dejado. Los sueños de dominar nuclearmente, no sólo de la desaparecida URSS, sino de otros países, como Estados Unidos, Inglaterra, Francia, India, Pakistán, Israel, China, Norcorea, poseedores de armas nucleares, han creado ese mortífero legado. Un conflicto nuclear, nadie lo gana. Sería el final del género humano (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/10/el-sovietico-que-salvo-al-mundo-de-uno.html).

Pero los desechos radioactivos que, en este caso, la URSS dejó, por su afán de superar en armas nucleares a Estados Unidos, durante la guerra fría, allí están, y son un potencial peligro, así como los que han producido los países que han construido armas nucleares u operan reactores nucleares, como Japón (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2012/07/el-mortifero-legado-nuclear.html).

Aparte de los potenciales accidentes que pueden sufrir los reactores, justo como el ocurrido en Chernóbil o el de Fukushima, por el terremoto del 2011, el que, por muy poco, habría contaminado por cientos de años una buena parte de Japón, de haberse regado las aguas radioactivas que enfriaban a los reactores y que estaban guardadas en contenedores que casi se colapsan (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2012/01/desechos-radioactivos-flotantes-y.html).

Todos esos desechos – más las armas nucleares y reactores – son un maldito legado que allí estará, por cientos de años, como una maldición, por haberse sentido los humanos dioses que podían dominar nuclearmente al planeta.

 

Contacto: studillac@hotmail.com