La pandemia incrementará el grave problema de
los desperdicios plásticos
Por Adán Salgado Andrade
La presente emergencia
mundial de salud, está ocasionando efectos colaterales, algunos muy positivos,
como la acentuada reducción de contaminantes en todo el mundo (ver: https://www.wired.com/story/the-pandemic-has-led-to-a-huge-global-drop-in-air-pollution/).
Gracias a la reducción,
por el encierro, de la producción industrial y de muchas otras actividades, se
ha limpiado bastante la atmósfera (lo que nos hace pensar en que pudo haber
sido esto una reacción planetaria para combatir al depredador virus humano).
Al haber menos vuelos,
también se redujo la polución que sus contaminantes máquinas y estelas, atrapadoras
de calor, provocan (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/04/las-muy-daninas-estelas-de-aviones.html).
Igualmente, al estar
varados los cruceros, por las decenas de contagiados por el Covid-19 que
transportan, se redujo el impacto que dejan. Por ejemplo los 47 “cruceros de
lujo” que opera la empresa Carnival, produjeron en el 2017, diez veces más
polución que todos los 260 millones de autos que hay en la Unión Europea. Cada uno,
por año, contamina el equivalente a un millón de autos (ver: https://www.transportenvironment.org/press/luxury-cruise-giant-emits-10-times-more-air-pollution-sox-all-europe%E2%80%99s-cars-%E2%80%93-study).
Absurdo que ese muy
dañino privilegio, de cruzar los mares a “todo lujo”, que muy pocos pueden
gozar, se mantenga. Sin embargo, como señalé, en medio de la pandemia todos
esos “cruceros de lujo” son como naves de apestados, quienes están guardando la
debida cuarentena. Sus suntuarios servicios, de momento, no se requieren.
En fin, hay muchos
puntos positivos que está dejando la pandemia. Pero hay uno que, en particular,
agudiza un problema que ya, de por sí, era grave. Y ese problema es la
abundante basura plástica.
De acuerdo con el
Worldwatch Institute se producen cerca de 300 millones de toneladas de
plásticos cada año y tiende a incrementarse tal cantidad en 4% (se calcula que
se han producido 83000 millones de toneladas de plástico desde los 1950’s).
Alrededor del 4% del petróleo producido mundialmente es para hacer plástico y
otro 4% de tal petróleo, es empleado como energía para la manufactura plástica
El consumo promedio por persona en Europa o en Estados Unidos (EU), que son las
regiones en donde más se consume plástico – por la cultura de lo desechable y
obsolescente –, es de cien kilogramos, aunque baja en países pobres o con menor
desarrollo, a unos 20 kilogramos. Pero como tal producción no va a la par con
el reciclaje, muchos de los plásticos desechados van a dar a basureros o, peor,
a los océanos (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2018/03/la-muy-grave-contaminacion-por-plasticos.html).
Señala el Programa
Ambiental de la ONU, que entre el 22 y 43% de los plásticos producidos
anualmente son tirados en basureros o en el mar. Alrededor de 10 a 20 millones
de toneladas de plásticos terminan en los océanos, en donde van a dar a los
fondos, son tragados por fauna marina o, simplemente, flotan. Un estudio,
conservadoramente, estimó que 5.25 billones de partículas plásticas (5.25
millones de millones), las cuales pesan unas 268940 toneladas, flotan por todos
los océanos. Y toda esa basura tiene, incluso, un costo, pues se pierden unos
$13,000 millones de dólares anuales por daños a los ecosistemas, al turismo y
por el costo de limpiar tales acumulaciones (ver: http://www.worldwatch.org/global-plastic-production-rises-recycling-lags-0).
Así que, como dije, la
basura dejada por tanto plástico desechado, es ya un grave problema, que se
agravará por la emergencia sanitaria mundial, pues pretextando, muy oportunamente,
que se use equipo de higiene y médico que sea desechable, el plástico será la
“solución” para evitar, lo más posible, contagios.
El artículo “Todavía
otra consecuencia de la pandemia: más basura plástica”, publicado por Wired, firmado por Matt Simon, expone cómo
se incrementará todavía más el empleo de los plásticos, con la consecuencia de
que incrementará la basura. Al ser el reciclaje tan poco, seguiremos llenando
basureros y el mar de millones de toneladas anuales de ese, no biodegradable,
material (ver: https://www.wired.com/story/coronavirus-pandemic-recycling-crisis/).
Un grave problema es lo
poco que se recicla el plástico. Hablando de EU, por ejemplo, solía enviar la
mayoría de su basura plástica a China, hasta que ésta, en el 2018, dejó de
recibir tanto desperdicio. Así que EU, en realidad, siempre recicló poco
plástico, confiado en que China sería siempre su tiradero. La “solución” no ha
sido que ese país iniciara su propio reciclaje, sino que, simplemente, el
plástico desechado se irá a basureros o, peor, se incinerará.
El otro problema por el
cual es poco el reciclaje de plástico – un 7% en EU –, es que al ir bajando
desde hace años mucho el petróleo, es más barato producir plástico nuevo, que
reciclarlo.
Una situación más,
señala Simon, es que la llamada “calidad del desperdicio”, ha ido bajando. Como
le comenta Tom Szaky, director de la empresa de reciclaje TerraCycle, que el
llamado “aligeramiento”, que ya sucedía antes de la pandemia, consiste en que
cada vez se hacen botellas – lo más reciclado del plástico – más delgadas, así
que son mucho más baratas, por lo que “cada vez es menos lucrativo para una
empresa recolectora de basura el reciclaje”.
Tiene razón, pues si
ponen ustedes atención en muchas botellas, sobre todo de agua, son
delgadísimas, con tal de que salgan muy
baratas.
Y ese es el meollo del
capitalismo salvaje, que sólo se dedicará a una actividad, lo que sea, si hay
una ganancia. Si el reciclaje la deja, perfecto, con los beneficios ambientales
y sociales consecuentes. Pero, como dice Szaky, si no hay ganancia, aunque haya
beneficios ambientales y sociales, quedará proscrita tal actividad.
Con esas precarias
condiciones para la industria del reciclaje, se presenta ahora la pandemia. Y
lo que expresa Simon para EU, sucederá en el resto del mundo.
“Ahora, los plásticos
de un solo uso – como jeringas desechables, sondas con bolsas, guantes, trastes,
cubiertos…–, son más populares que nunca, pues la gente, por el pánico, compra
cosas como botellas de agua y otros productos envasados en plástico, como el
gel antibacterial, pañuelos desechables y comida. Entonces, claro, la gente
limpia todo esto con paños desinfectantes, los que, a su vez, están envueltos
en plástico”.
Da los datos para EU,
de cómo han subido tanto las ventas de productos higiénicos. “Las ventas de
papel de baño subieron 112 % en marzo de este año, comparadas con el 2019 – y
pudieron ser mayores, de no ser por desabasto –, en tanto que para los
desinfectantes en aerosol, subieron 343%. En la última semana de febrero, las
ventas de geles antibacteriales subieron 313 %, comparada con la misma semana
del 2019. Amazon ha contratado 100,000 trabajadores extras para satisfacer el
incremento de sus ventas, empacando artículos envueltos en plástico y
metiéndolos a cajas, para llevarlas directo a su puerta”.
Por cierto, que Amazon
no está teniendo el cuidado adecuado con sus trabajadores, varios de los cuales
se han contagiado en sus instalaciones, por no haber impuesto protocolos
sanitarios adecuados, desde antes de que comenzara la pandemia. Abundan
testimonios de aquéllos, en ese sentido (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/04/negligencia-de-amazon-con-sus.html).
También, para evitar
contagios en restaurantes, se usan cubiertos y trastes desechables. Y en cuanto
a las bolsas reusables, que antes de la pandemia se había acordado usar, con
tal de reducir tantos millones de bolsas que se producen y tiran, en muchas
tiendas de EU, está prohibido que las lleven los clientes, para evitar
contagios.
Los rellenos que promovía
Starbucks para las tasas reusables, los dejó de hacer, antes de que, en el extremo,
cerrara todas sus tiendas. “Así que lo desechable ha crecido demencialmente. Y
eso, desalienta más el reciclaje”, dice Szaky.
Y suponiendo que
reciclar fuera lucrativo, muchos recicladores han cerrado a consecuencia de la
pandemia. “Se han suspendido programas de reciclaje por docenas de gobiernos
locales y de condados, desde Miami hasta el condado de Los Ángeles, de acuerdo
con la publicación West Dive. Las recicladoras están batallando para ver cómo
protegen a sus trabajadores para evitar que se contagien durante el manejo de
los materiales”, señala Simon.
Es cierto, pues muy
seguramente toda esa basura plástica, debe de ser muy temible para los
trabajadores, sobre todo, tomando en cuenta que en el plástico, el Covid-19
puede durar hasta siete días (ver: https://www.businessinsider.com/coronavirus-lifespan-on-surfaces-graphic-2020-3?r=MX&IR=T).
Por otro lado, en el
caso de TerraCycle, como recolecta su materia prima de tiendas, al estar
cerradas varias de ellas, se reduce mucho tal recolección.
Y como los programas
oficiales para reciclar están suspendidos, mucho del material que iba a dar a
los centros de reciclaje, simplemente, se está tirando.
Para empeorar las
cosas, señala Simon, el material médico desechado de los hospitales, se debe de
empacar y enviarse a centros en donde, simplemente, se incinerará, pues por
ningún motivo, de por sí, se recicla el desecho plástico hospitalario, no sólo
porque vaya a contener Covid-19, sino patógenos de otras enfermedades, mucho
más contagiosas y mortales que tal virus – como hepatitis, tuberculosis, y
otras.
Hay que agregar que la
incineración de plásticos produce también gases y partículas suspendidas muy
tóxicos (ver: http://www.saskwastereduction.ca/assets/upload/pdf/plastics-pdf/effects-of-buring-plastics.pdf).
De todos modos, dice
Simon, aunque todas las recicladoras estuvieran funcionando, la pandemia está
produciendo más plástico, el reciclable, del que podrían procesar. Se acabó ya
el furor de elevar el reciclaje de plásticos y priva ahora el de tirarlos “para
evitar contagios”.
Agrega Simon que, ya
que haya una vacuna efectiva contra el virus, tendría que exigirse también a la
industria de los plásticos que los produzcan más reciclables y biodegradables,
pues no han querido hacerlo nunca y siempre dejan esa tarea a los consumidores.
En efecto, vemos, por ejemplo, que una botella de la nefasta empresa Coca-Cola
pide que reciclemos, como si eso sólo
fuera nuestra tarea.
No se han preocupado
empresas como ésa y muchas otras, de buscar una verdadera solución para empacar
sus productos y siguen optando por lo fácil, producir más y más plásticos.
Coca-Cola dijo en la
reunión ambiental de Davos que “no podemos dejar de hacer botellas, pues
nuestros clientes nos exigen tomarse su bebida en una práctica botella de
plástico”. Vaya justificación tan imbécil.
Igualmente, las
depredadoras petroleras estadounidenses, preparándose por si los autos
eléctricos se masifican y van dejando de lado a los de combustión, dicen que
harán mucho más plástico, “para compensar las pérdidas que la disminución de
las venas de combustibles dejará”. Claro, primero están sus intereses, que los
de las sociedad y el planeta (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/01/las-contaminantes-petroleras-y-coca.html).
Así que muy oportuna y
conveniente está resultando la pandemia para las empresas que producen plástico
(y para muchas otras, como las farmacéuticas, las del comercio electrónico,
como Amazon, las de streaming, como Netflix, y así). Nos ahogarán con tanto
poliuretano, y quizá eso ocasione, al final, más muertos, que la pandemia, como
ya sucede.
Mueren prematuramente por
contaminación y depredación ambiental 4.6 millones de personas cada año (ver: https://www.sciencedaily.com/terms/air_pollution.htm).
Esa contaminación y
depredación ambiental, las provoca el capitalismo salvaje con la absurda
sobreproducción que alienta el compulsivo consumismo que, desde siempre, nos ha
impuesto (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2018/01/depredacion-ambiental-planetaria-accion.html).
Así que la irracional,
destructiva acción de tal capitalismo salvaje, constituye una verdadera, mayor
pandemia.
Contra esa, ni los
plásticos de un solo uso, nos protegerán.
Contacto: studillac@hotmail.com