domingo, 17 de marzo de 2019

El alarmante incremento de crímenes con cuchillos en Inglaterra


El alarmante incremento de crímenes con cuchillos en Inglaterra
Por Adán Salgado Andrade

Hace años, Inglaterra se jactaba de la gran seguridad que había en sus ciudades, sobre todo, en la emblemática Londres, en donde sus policías hasta iban desarmados, pues los índices de criminalidad eran bajos.
Sin embargo, desde que los sucesivos gobernantes han ido empobreciendo al país con medidas de “austeridad” y otras recetas “neoliberales”, o sea, del capitalismo salvaje, la miseria, la precariedad y los problemas que conlleva el que un “gobierno” – es decir, la mafia en el poder – recorte el gasto social por “medidas de austeridad”, han aumentado (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2018/09/riqueza-y-pobreza-en-inglaterra.html).
Eso conduce a una degradación del tejido social, que se incrementa al aumentar los índices de pobreza. Si la gente no tiene, por la pobreza, cubiertas sus necesidades básicas y ni siquiera un lugar seguro para vivir, el resentimiento social se convertirá en violencia creciente.
Aúnese a eso, que hasta en la seguridad policiaca se han recortado fondos y la criminalidad, desatendida, ha llegado a niveles alarmantes, sobre todo los asesinatos con armas blancas, cuchillos, principalmente. El veraz diario inglés The Guardian publicó recientemente un artículo en donde varios legisladores culpan a Theresa May por los recortes policiales, como los causantes de que los asesinatos con armas blancas estén creciendo alarmantemente, a lo que May dijo que “no hay correlación directa entre ciertos crímenes y el número de policías (ver: https://www.theguardian.com/uk-news/2019/mar/04/knife-boosted-by-toxic-mix-of-cuts-to-police-and-youth-services).
Es importante resaltar que la degradación del tejido social se está dando en todo el mundo, por la pérdida de valores que eso atrae, pues el capitalismo salvaje sólo busca crear autómatas-consumidores que lo reproduzcan, sin protesta alguna y que, sin que les cueste mucho trabajo, puedan cometer un delito, como un robo o un asesinato, que se unan a bandas criminales para robar asesinar, secuestrar y que obtengan, a cambio, fácilmente, el dinero que gastarán, no sólo en sus necesidades inmediatas, sino en las superfluas, adquiriendo ropa fina, autos lujosos, costosas casas… justo lo que el sistema impone para ser “alguien en la vida”. Por eso insisto en el hecho de ya que se den problemas como el mencionado en Inglaterra, antes un “seguro país”, es indicativo de daño que el capitalismo salvaje está ocasionando en todo el mundo con su mezquino, egoísta, individualista modo de reproducirse, que no sólo destruye a la sociedad, sino depreda el planeta y lo contamina (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/03/la-perdida-de-biodiversidad-la-perdida.html).
Por eso indignó a los legisladores ingleses la respuesta de May, de que la disminución policiaca no tiene que ver con asesinatos. Y es que, cuando ya se ven las consecuencias de la degradación social por la pobreza y los mencionados problemas, mientras se solucione o no, se requieren medidas preventivas, que disminuyan la criminalidad y si hay menos vigilancia policiaca, los delitos aumentan. El Partido Laborista calificó la creciente ola de muertes por cuchilladas como “una tragedia nacional”. Mark Burns-Williamson, jefe de la Asociación de Comisionados de Policía y Crimen, afirmó que “los recortes al número de policías y los recortes a los servicios asistenciales para jóvenes, han creado una tóxica mezcla”. Claro, pues si han disminuido también los lugares en donde se pueda reorientar a los jóvenes, que son los más propensos a unirse a criminales, el problema empeora,
Un nuevo informe policial indica que han subido en 53%, entre el 2016 y el 2018, el número de robos, asesinatos, violaciones o asaltos sexuales, cometidos por jóvenes menores a veinte años, empleando cuchillos. El número de niños menores a 16 años tratados por heridas ocasionadas con armas blancas, se ha duplicado en los últimos cinco años, señala el NHS (el servicio nacional de salud de Inglaterra).
Terrible que sean justamente jóvenes y adolescentes, quienes están en una edad tan creativa, en la que pueden estudiar y aprender muchas cosas para un promisorio futuro los más inclinados a la violencia, tanto a ejercerla, como a ser víctimas de ella (y es algo que se da en todo el mundo, por desgracia).
El más reciente asesinato con cuchillo es el de Yousef Makki, estudiante de 17 años, con muy buen promedio. El sábado 3 de marzo, fue acuchillado en un pueblo cerca de Altrincham. Dos adolescentes, también de 17 años, están en custodia, como sospechosos del infame asesinato.
El anterior homicidio, que también ha conmocionado a todo el país, fue de la chica Jodie Chesney, de 17 años, el viernes 2 de marzo. Fue asesinada por las espalda, en un parque, mientras escuchaba música con amigos. El sospechoso del crimen, Manuel Petrovic, de 20 años, aun no confiesa la causa por la cual asesinó, junto con otro joven, a Chesney. Los familiares de la chica quieren que se vuelva ley una propuesta para sentenciar a 10 años de cárcel a quien tenga un cuchillo. El problema con estas leyes es que sería culpable cualquier persona, tan sólo por portar un cuchillo, aunque fuera parte, por ejemplo, de su equipo de trabajo. Pero, a como están las cosas en Inglaterra, pudiera ayudar en algo (ver: https://www.theguardian.com/uk-news/2019/mar/06/jodie-chesney-man-held-in-leicester-over-stabbing-of-girl-17).
Y es alta la criminalidad de todo tipo, pues en Londres, tan sólo en el 2017, hubo 774,737 delitos de todo tipo, 4.5% más que el año previo, de los cuales sólo se resolvieron 16.72%, menos que en el año anterior, en los que 18.8% logró aclararse. Y desde entonces, los crímenes cometidos con cuchillos han ido a la alza (ver: https://www.theguardian.com/uk-news/2017/apr/12/met-police-warns-of-sharp-rise-in-london-gun-and-knife-crime-budget-cuts).
En diez días, muy trágicos, reportó Scotland Yard, en Londres hubo dos casos de heridas con cuchillo, en el West End, asesinatos en Hendon y un intento de homicidio en Enfield. El comisionado policiaco metropolitano Graham McNulty, dice que los horarios de los policías se han alargado lo más posible para contrarrestar los asesinatos con cuchillos, pero advirtió que “No puedo hacer más oficiales de la nada y con los que contamos, están trabajando muy duro, en circunstancias cada vez más difíciles”, con lo que se refirió claramente a la falta de suficiente personal.
Y en los suburbios, la criminalidad con cuchillos está peor, pues el más reciente informe indica que desde el 2010, en sitios como Kent subió 152%, en Hertfordshire, 89%, en Staffordshire, 88%, en Essex, 43%, en Thames Valley, 23%. Comparados esos incrementos con el de Londres, 11%, son escandalosamente altos. Se achacan a que el tráfico de drogas por parte de bandas criminales se ha ido desplazando a los suburbios y los crímenes son resultado de conflictos entre tales bandas por disputas territoriales (ver: https://www.theguardian.com/uk-news/2019/mar/10/steep-rise-in-knife-outside-london-police-figures-show). 
Vaya, cualquier parecido con lo que sucede en México, no es coincidencia, pues es obra, como ya dije, de que globalmente se está destruyendo aceleradamente el tejido social y los valores que una sociedad unida conlleva, y dan paso al materialismo, al egoísmo, al individualismo y a hacer lo que sea, con tal de poseer mucho dinero y los lujos que eso proporciona.
La violencia y la criminalidad en todo el mundo, se están incrementando, porque el problema con todos los mafiosos políticos del mundo, es que no tienen que vivir las trágicas, diarias circunstancias que padecemos los ciudadanos comunes, pues cuentan con su transporte personal, sus guardaespaldas y todos los privilegios que la clase política disfruta desde su cómodo palco en el poder. Por eso, May dice que no hay relación entre crímenes con cuchillos y la falta de policías.
Burns-Williamson agregó “Si tuviéramos más oficiales y recursos que nos han recortado en los últimos ocho años, estaríamos mejor. No lo achacaría tanto al número de policías, pero las fuerzas policiacas en todo el país están haciendo grandes esfuerzos para tratar de controlar esta clase de violento crimen”. El hecho de que ahora haya menos vigilancia en vecindarios significa que “hay menos involucramiento de policías con jóvenes, así que la austeridad sí ha jugado totalmente su papel en esto. Necesitamos más para asegurar que se apoye a la policía, a los servicios a jóvenes y a campañas para prevenir el delito”, agregó.
Sí, como señalo antes, no sólo es que haya más policías, sino que los servicios asistenciales a jóvenes aumenten y las campañas de prevención (algo que aquí, AMLO ha querido hacer al asegurar una beca para jóvenes que ni estudian, ni trabajan, pues sería una forma de reencauzar a los que estuvieran más vulnerables y propensos a integrarse a actividades delictivas).
El problema mayor es que se “normalice” la violencia y el empleo de cuchillos, indican las autoridades. Como señala Raymond Douglas, trabajador que atiende a jóvenes y es fundador de la iniciativa Gangology (para atender y estudiar a las pandillas), el problema se ha extendido ya a sitios en donde, hace años, ni por asomo se darían crímenes tan violentos. La violencia es un tema que se da en la cultura de los jóvenes, como la música que la fomenta, explícitos videojuegos y lenguaje rudo. Y el hecho de que se hayan reducido los recursos a escuelas para formar clubes, también es parte del problema. Y no se trata de reaccionar sólo cuando se den crímenes de chicos de clases medias o altas. “Sean de un suburbio pobre o de una zona residencial, todos son nuestros  niños y debemos tratarlos a todos por igual”, enfatiza Douglas.
Tiene razón, pues en muchos casos, los asesinados son chicos pobres, inmigrantes, discriminados, y muchos nativos ingleses, muy probablemente, hasta lo celebren. De hecho, el que Inglaterra haya iniciado su salida de la Unión Europea, el llamado Brexit, tuvo como principal justificación que estaban entrando muchos inmigrantes a su territorio. Un absurdo, pues ya, desde hace años, cientos de miles de migrantes se establecieron en el país y el crecimiento de ellos no ha sido tanto por nuevas oleadas de extranjeros, sino por los hijos de los que ya viven y hasta son ciudadanos ingleses.
Dame Louise Casey, ex directora de la unidad familiar durante el gobierno de Cameron, señala que “por supuesto que al haber menos policías, se incrementa ese problema. Pero, además, pobreza y limitaciones económicas tienen mucho que ver. Es algo que le sucede mayoritariamente a gente pobre, pues si les cerramos los centros de atención para niños, en donde se les cuide, se les oriente, se les ayude económicamente, no tienen alternativas. En muchas áreas pobres hay muy pocos recursos para prevenir el delito”.
Como dije antes, se trata también de reconstruir el tejido social, no sólo con dinero, sino con cultura, la enseñanza de las bellas artes, música, pintura, escultura… que contribuyan a crear o reforzar la sensibilidad de la gente, sobre todo, niños y adolescentes, edad crucial para hacerlo (ver: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1815-58982012000300003).
Y está tan extendido el empleo de armas blancas entre jóvenes y adolescentes que ya hasta en las escuelas se han incautado. Por ejemplo, en 18 meses, 2,579 fueron halladas en estudiantes. Muchos de ellos eran niños menores de 10 años, de los cuales, tres eran de cinco años. Increíble que ya a edad tan temprana usen cuchillos, en lugar de juguetes. Se han dado incluso crímenes dentro de las escuelas, como el de la profesora de español Ann Maguire, de 61 años, quien fue asesinada a puñaladas en el 2014, con un cuchillo de 21 centímetros por su alumno Will Cornick, de quince años en ese entonces, en el “colegio católico” Corpus Christi – increíble que haya sido en una escuela católica. Cornick, actualmente de 20 años, sirve una condena perpetua en prisión: No podía ser menor el castigo. En el 2015, otro profesor, Vincent Uzomah, fue seriamente herido en la academia Dixons Kings, por un alumno racista, de 15 años, que ya tenía antecedentes penales, muy mediocre, que empleaba mariguana. El dato más reciente de agresiones de alumnos a maestros, es que entre el 2014-15 se dieron 132,000 ocasiones en que alumnos de primaria y secundaria insultaron y amenazaron a profesores. Muy peligroso, también, ser profesor en ese país de supuesto “primer mundo” (ver: https://www.theguardian.com/uk-news/2017/may/12/hundreds-of-knives-seized-in-18-months-at-uk-schools-figures-reveal-show-police-england-wales-weapons).
También la escalada de violencia la achacan a la facilidad con que las llamadas “redes sociales” llevan a “resolver” diferencias entre personas, como de bandas rivales. Quizá sea un factor, pues en Estados Unidos, la violencia se ha incrementado mucho en ciudades como Chicago, en donde existen unas 850 bandas de jóvenes, que agrupan a unos 70 mil, quienes usan las redes para retarse y enfrentarse en las calles a balazos (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2014/01/armas-y-violencia-on-line.html).
Luego de que en marzo del 2018, fueron asesinados 13 londinenses en tan sólo dos semanas, la funcionaria policial Cressida Dick, culpó a sitios como YouTube, Snapchat e Instagram por la escalada de violencia. “Disputas triviales pueden escalar en violencia en cuestión de minutos, cuando rivales se retan por internet. Definitivamente tienen que ver las redes sociales en cuanto a que una persona se enoje algo con otra y que se enfrenten muy rápidamente. Los insultos en línea retroalimentan la violencia y es más difícil que la gente se calme”, afirmó Dick (ver: https://www.theguardian.com/uk-news/2018/mar/31/met-commissioner-says-social-media-is-behind-soaring-rate-of-knife).
Por eso es que las redes “sociales” lo que menos fomentan es la unión y han servido para todo, menos para haber conseguido una sociedad más cohesionada en donde los verdaderos valores humanos prevalezcan (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2010/11/las-banales-adictivas-y-riesgosas-redes.html).
El creciente tráfico y empleo de drogas, sobre todo en áreas muy afectadas por el desempleo, como en pueblos costeros como Barrow – que se ha ido desindustrializando a medida que fábricas y comercios han ido cerrando –, también incrementan los crímenes, pues las bandas rivales se pelean por “sus territorios”. Vaya, parecería que nos referimos a lugares en México, como Ciudad Juárez o a Culiacán, pero no, es Inglaterra (ver: https://www.theguardian.com/uk-news/2018/apr/28/barrow-in-furness-drug-deaths-heroin-coastal-towns-blackpool).
Como señalé antes, los hospitales ahora atienden a muchas más personas que llegan allí por heridas de cuchillos, las que son mucho peores, hechas con mucha saña. “Previamente veíamos una o dos cuchilladas por víctima. Ahora, vemos múltiples heridas, cinco o más en un solo paciente”, indica el doctor Ross Davenport, del hospital Real de Londres, en Whitechapel, Londres. De acuerdo con cifras del NHS, en once centros regionales de hospitales de traumatismos, fueron tratados entre el 2015-16, 1697 víctimas, pero entre el 2017-18, ascendieron a 2278 casos, 34.2% más. De las víctimas adultas, subieron 37%, en tanto que de menores de 18 años, 24.4%, por eso se consideran ya una “emergencia nacional” los crímenes hechos con cuchillos. Señala el doctor Taj Hassan, del Colegio Real de Medicina de Emergencias que “El crecimiento del crimen con cuchillos en Inglaterra es una situación que se debe tomar muy seriamente, tanto para la sociedad en que vivimos, así como para los que debemos de ayudar a los heridos y sus familiares, pues una vida, muchas veces la de gente muy joven, se pierde tan trágicamente”. Para los doctores, la pronta atención es vital, localizando los daños a órganos internos, parando las hemorragias, realizando transfusiones e inmediatas y largas operaciones. Aunque varias veces, a pesar de todo el esfuerzo, muchas víctimas mueren (ver: https://www.theguardian.com/uk-news/2018/oct/21/trauma-doctors-knife-crime-epidemic-nhs-hospitals).
Como mencioné antes, contribuye a la violencia el mosaico étnico en que muchas ciudades y barrios ingleses se han convertido, que llevan a diferencias irreconciliables entre las distintas nacionalidades que las habitan. Eso sucede en distritos como Page Hill, en donde deben de “convivir” dos grupos de nacionalidades distintas. Uno, es de origen pakistaní y, el otro, eslovaco, junto con checo, polaco, húngaro y rumano. No sólo se dan disputas raciales, sino que entre los migrantes ya establecidos surgen quejas contra los nuevos que llegan, pues se hacinan en sitios muy pobres, con fuertes problemas como alta criminalidad, insalubridad, basura en las calles, violencia. Muchos de los viejos habitantes de esos sitios incluso han querido irse ya, de tantos problemas que atrae demasiada gente, sobre todo extranjeros de países árabes o de Europa oriental, que buscan una mejor vida en Inglaterra, pero que se enfrentan con pobreza y violencia. Muchos de los incidentes se dan entre adolescentes en las escuelas, porque unos se burlan de las costumbres de los otros, como, por ejemplo, que las niñas musulmanas usen velo y cosas por el estilo. Pero las burlas pronto se convierten en riñas, varias veces fatales. Y, como señaló un ex funcionario, David Blunkett, si no se hace algo pronto, para dirimir esas diferencias, “eso se convertirá en una bomba de tiempo que muy pronto estallará” (ver: https://www.theguardian.com/uk-news/2018/nov/03/roma-tire-shouldering-blame-boiling-pot-communities).
Ese odio racial, sobre todo de los “supremacistas blancos”, quienes se sienten superiores al resto de las razas, es muy bien señalado en el documental que The Guardian produjo, titulado Black Sheep, sobre el caso real de Cornelius Walker, un afrolondinense, cuya vida cambió el 27 de noviembre del 2000, cuando un amigo de diez años, la misma edad de Cornelius, fue asesinado. El padre de Cornelius decidió mudarse de Londres y se estableció en un barrio blanco, asolado por estúpidos supremacistas, quienes desde los primeros días comenzaron a hostigar y a golpear a Cornelius. El chico, para sobrevivir, un día, se blanqueó la cara con talco y maquillaje, se puso lentes de contacto azules y, muy humildemente, se les acercó para ver si lo aceptaban. Los estúpidos racistas rieron al principio, pero consideraron su esfuerzo y lo aceptaron. A partir de allí, el noble Cornelius, antes tan tranquilo, se les unió a esos pandilleros blancos en todos sus desmanes delictivos, incluso, cuando atacaron a negros, como Cornelius. Muy triste y emotivo ese documental (ver: https://www.theguardian.com/news/ng-interactive/2018/oct/26/black-sheep-the-black-teenager-who-made-friends-with-racists-video).
Debe aclararse que no es porque los habitantes de países pobres quieran irse, así nomás, a los países ricos, pues éstos – Inglaterra, Francia, Italia, Portugal, Estados Unidos, Holanda, Alemania, entre otros –, con el control colonial que mantuvieron durante siglos sobre aquéllos – en Latinoamérica, África, Asia –, los despojaron durante siglos de sus recursos y ni siquiera les proporcionaron los medios para que se industrializaran adecuadamente, así que ese colonialismo, más el neocolonialismo, ha empobrecido muchísimo a las regiones que antes fueron colonias y ahora son países que ni siquiera tienen lo básico para sobrevivir, envueltos en extrema violencia. Por ello es que buscan a sus antiguos captores, para que les devuelvan lo que por siglos les arrebataron.
Ni la policía se ha salvado de ser acuchillada. En noviembre del 2018, un oficial policiaco fue apuñalado fuera de una estación del Metro londinense, lo que fue calificado por un funcionario policial como un ejemplo más de “absurdos actos de violencia en contra de oficiales” (ver: https://www.theguardian.com/uk-news/2018/nov/24/police-officer-stabbed-outside-railway-station-in-east-london).
Dentro de toda esa violencia, no podían faltar los feminicidios, en los cuales, el 76% de las mujeres asesinadas, fueron cometidos por “un hombre conocido” por ellas. En el 2017 fueron asesinadas 139 mujeres, de acuerdo con el Centro de Feminicidios, de las cuales, 105 conocían a su asesino. Y justamente un arma blanca fue empleada en 66 de las asesinadas. Como se aprecia, el macho, criminal, misógino es un ser despreciable que ronda todo el planeta (ver: https://www.theguardian.com/uk-news/2018/dec/18/femicide-in-uk-76-of-women-killed-by-men-in-2017-knew-their-killer).
El más reciente feminicidio fue el de la cineasta francesa Laureline Garcia-Bertaux, de 34 años, quien fue sofocada por presión en el cuello. La asesinaron en su casa y la enterraron muy superficialmente en el jardín. Algo terrible, pues esa directora debió de haberse establecido en Inglaterra, en consideración a la “seguridad” que, supuso, hallaría en un país de “primer mundo”, pero no fue así. Y nada se sabe del asesino, quizá sea otro feminicidio más que quede impune, como cientos de miles en el mundo (ver: https://www.theguardian.com/uk-news/2019/mar/09/french-film-maker-found-in-shallow-grave-was-strangled).
Y tomando en cuenta el alarmante incremento de asesinatos o ataques con cuchillos, la cadena de tiendas ASDA, voluntariamente decidió que al terminar abril, no venderá más cuchillos en sus anaqueles. No muy efectiva medida, pues al anunciarla, seguro muchos de los potenciales criminales se darán prisa en adquirir esos utensilios. Y no hay casa que no se precie de serlo, que no use cuchillos. Pero es mejor eso a nada, en vista de que la inepta de May dice que no hay correlación entre asesinatos y la reducción de policías por la “austeridad” (ver: https://www.theguardian.com/uk-news/2019/mar/09/asda-to-stop-selling-single-kitchen-knives).
Como muchas madres inmigrantes somalís, somalilandas o kenianas, ya no sienten que sus hijos estén seguros en un país en donde va en ascenso la criminalidad de todo tipo, han preferido mandar a sus hijos de regreso a sus lugares de origen, a pesar de que, como en Somalia, se dan actos terroristas ocasionalmente. Pero sobre todo los asesinatos con cuchillos, de los cuales ha habido diecisiete tan sólo en Londres, en lo que va del año, no hacen sentirse muy seguras a las familias inmigrantes que tienen hijos adolescentes. Y ya son cientos a los que han enviado de regreso a sus países de origen (ver: https://www.theguardian.com/uk-news/2019/mar/09/british-somalis-send-sons-abroad-to-protect-against-knife-crime).
En fin, en una postura cínica, quizá muchos ingleses, sobre todo los que están en contra de que entren al país más migrantes pobres, los que votaron a favor del Brexit, celebren los asesinatos con cuchillos, si con esa medida se van del país africanos, asiáticos, árabes, latinos… claro, mientras no sean ellos los acuchillados.
No podía ser más oportuna, pensarán, la reducción de policías.