Las reuniones de anarquistas en Acapulco
Por Adán Salgado Andrade
Muchas veces, nos
enteramos de cuestiones que suceden en nuestro país por medio de publicaciones
extranjeras, como el reportaje que publicó recientemente la revista tecnológica
Wired, escrito por la periodista Amy
Guthrie, acerca de las reuniones de así llamados anarquistas, nada menos que en
Acapulco, ciudad antes muy turística, controlada ahora por muchos grupos
criminales que han dejado violencia, muertes y la han hecho muy temida, tanto,
que Estados Unidos (EU) ha advertido a sus ciudadanos que se abstengan de ir a
ese lugar. De todos modos, para los anarquistas, Acapulco ejerce una fuerte
atracción, quizá por las mencionadas razones, pues al ser un “lugar prohibido”,
es mucho más atractivo (ver: https://www.wired.com/story/anarchy-bitcoin-and-murder-in-mexico/).
El artículo inicia
relatando una especie de ceremonia para que tortugas recién nacidas puedan irse
al mar. Presidida por Mónica Vallarino, le pide a la multitud que abra paso
para que pueda llevar a esas pequeñas al mar. Lo ha hecho por 25 años y los
fondos para protegerlas provienen de los anarquistas. Eso lo hacen en un evento
llamado Anarchapulco, los cuales le dan fondos a Vallarino mediante
criptomonedas, pues es también su forma de sentirse libertarios. Aun así, de
repente hay robos, dice Vallarino, pues en la mañana de la ceremonia fueron
hurtados 250 huevos “que la gente comerá o venderá”, lamenta. Pero dice que
pudo haber sido peor, pues los ladrones a veces lo hacen a punta de pistola o
de machete. También, pescan a tortugas adultas, y las desuellan, dejando sólo el
caparazón. Pero gracias a los anarquistas, Vallarino ahora tiene más medios
para proteger a las tortugas, cosa que el gobierno no hace, afirma la
activista. Y afirma que le agradan los anarquistas, pues gustan de proteger a
los animales y se adhieren al principio de no agresión, el que “afirma que la
agresión es inherentemente equivocada”.
Como señalé, a pesar de
los niveles de violencia que hay en Acapulco, los anarquistas acuden allí porque
quieren escapar de todas las imposiciones que hacen los poderes fácticos, pues
consideran que los “impuestos son un robo, las escuelas son campos de
adoctrinamiento y que el uso recreativo de las drogas es un crimen sin víctimas”,
pero son respetuosos de las “reglas no escritas que existen en México”.
El romper las reglas es
hasta fatal, como le sucedió a un estadounidense apodado John Galton, quien fue
asesinado a la entrada de su domicilio rentado en un barrio bravo de la ciudad,
el primero de febrero del presente año. Hay muchos rumores sobre su asesinato,
pero hasta su compañera concuerda en que pudo haber sido porque se puso a
vender droga y hacerle la competencia a traficantes locales. O sea, Galton, según
los anarquistas, rompió reglas “no escritas”. De todos modos, su asesinato,
para muchos “rebeldes y soñadores”, significó que se reconsiderara si Acapulco
es un buen lugar para sus reuniones.
Por cierto que el asesinado Galton, tomó su nombre de la novela Atlas Shrugged, escrita por la "objetivista" Ayn Rand, en la que John Galton era el héroe "libertario" que se afanaba por establecer un "capitalismo puro". Equivocada la idea de Galton, pues los anarquistas, lo que menos pretenden, es defender al capitalismo. Ayn Rand era acérrima defensora de ese sistema y a eso le llamaba "libertarismo". Y por eso es la heroína de los procapitalistas.
Por cierto que el asesinado Galton, tomó su nombre de la novela Atlas Shrugged, escrita por la "objetivista" Ayn Rand, en la que John Galton era el héroe "libertario" que se afanaba por establecer un "capitalismo puro". Equivocada la idea de Galton, pues los anarquistas, lo que menos pretenden, es defender al capitalismo. Ayn Rand era acérrima defensora de ese sistema y a eso le llamaba "libertarismo". Y por eso es la heroína de los procapitalistas.
Las ya mencionadas
criptomonedas son el obligado medio de pago para los anarquistas. La empresa
Bitso (https://bitso.com/?l=en) es la
encargada en México de hacer transacciones con criptomonedas, las que pueden
realizarse mediante celulares, que la mayor parte de mexicanos poseemos, no así
cuentas bancarias, pues sólo el 40% tienen una. Esa empresa dice que comercia
con nueve distintas criptomonedas y tiene 550,000 usuarios, apenas 0.5 % de la población,
por lo que no está muy extendido, menos, ahora, que ya se cuestiona seriamente
la existencia de las criptomonedas, comenzando con el bitcoin, ya que son muy
inestables, muy fáciles de hackear y requieren demasiada energía para crearse
(ver: https://www.wired.com/story/theres-no-good-reason-to-trust-blockchain-technology/).
Un restaurantero mexicano,
Gustavo Sartorius, tuvo su primer encuentro con las anarquistas en 2015 y le
comenzaron a pagar con criptomonedas, que descargaban de su celular. El hombre,
al principio, no sabía cómo convertirlas a pesos, pero, con el tiempo, ya se
hizo todo un experto y ahora recibe cinco tipos de criptomonedas. Guthrie
señala que es gracias a su ubicuidad, que son tan preferidas, pues no hay que
declararlas en las aduanas y no se pagan cargos. Y es tan simple como que el
vendedor muestre, en su celular, un código de barras, y el cliente le tome una
foto de tal código, escaneándolo, y se completa la transacción. El restaurante
de Sartorius, Verde Vegan, en determinado día, recibe uno de cada cuatro pagos
en criptomonedas. Y supongo que para Sartorius esos pagos tampoco son
rastreables y no le ocasionarán impuestos.
Sartorius también se
siente atraído por la filosofía anarquista, y la hace de traductor y guía de
turistas, pero “su simpatía llegó al límite cuando asesinaron a Galton, a lo
que, simplemente dijo, ‘llamen a la policía’”. Incluso, un documentalista, Todd
Schramke, que ha estado haciendo un documental sobre los anarquistas, se quedó
pasmado cuando asesinaron a Galton, aunque dijo que éste sólo había estado
escapándose por un pelo, pues dejó EU por cargos relacionados con drogas.
De todos modos, cuando
la fiesta de los anarquistas inicia, justo en la playa, tras el traslado de las
pequeñas tortugas al mar, sale todo, fumar mariguana, mecerse en hamacas. Hay incluso
un DJ que toca música y un rapero llamado Jeff Berwick se abre paso para cantar
su propio rap, sobre la “libertad” y el “bitcoin”. Se jacta de que tiene su
propio video acerca del bitcoin. Tiene 48 años y es canadiense. En sus años 20’s
hizo su primer millón de dólares, mediante una empresa por internet que se
especializaba en acciones de empresas casi sin valor. Actualmente administra un
portal noticioso llamado El Vigilante del Dólar, en el cual advierte que el
dólar se colapsará y da recomendaciones para que no afecte tanto a sus
tenedores, como comprar oro, plata y criptomonedas (en éstas, lo considero un
mal consejo) y también es deseable que se adquieran propiedades en otros
países, tener un segundo pasaporte y, sobre todo, evitar impuestos. Pues todos
unos consejos para evitar cualquier autoritarismo, podría pensarse.
Está casado con una
acapulqueña, Kena y ya tiene diez años viviendo en esa ciudad de 80,000
habitantes. Justamente a él se deben las reuniones de los anarquistas, la
primera de las cuales él organizó en el 2015, contando con tan sólo 150
personas.
Berwick llegó a
Acapulco en el 2005, a bordo de su yate y se enamoró de sus desfiladeros. Dice
que veía a la ciudad desde su yate “como una olla de diamantes”. Conoció a Kena
y se tatuó Libertad en uno de sus bíceps. Podría decirse que es uno de esos
aventureros del mundo que se establece en donde le plazca y, sobre todo, que
haya mucha libertad. Kena dice que
lamenta que Acapulco sea hoy tan violento y que, por eso, la gente ya no deja
salir a sus hijos al anochecer. “Cuando yo era niña, no se oía un solo disparo,
todo era muy tranquilo”. De acuerdo a la narrativa de la ciudad, la violencia
comenzó hace trece años, en el 2006, cuando hubo una balacera que duró 40
minutos entre bandas rivales de narcos, cerca de una zona turística. Granadas fueron
lanzadas y dejaron cuerpos quemados en las calles.
Y desde entonces, la
violencia se hizo cotidiana, con extorsiones, corrupción, policías ligados con
el narco, tiroteos en zonas turísticas, de donde los asaltantes han huido en
motos acuáticas, negocios cerrados y otros problemas.
Incluso, aunque no lo
menciona Guthrie, escuelas han cerrado debido a la violencia imperante (ver: https://www.eluniversal.com.mx/estados/suspenden-clases-en-200-escuelas-de-acapulco-por-violencia).
Pero hay personas como
Erick de Santiago, que son optimistas y ven con buenos ojos a los anarquistas,
los cuales no representan un peligro y, al contrario, pueden ayudar a mejorar
la imagen del lugar. Santiago posee un
negocio en la playa, por eso necesita que se renueve el paso de turistas, tanto
nacionales, como extranjeros. Fundó una iniciativa llamada “Habla Bien de Acá”,
para fomentar una buena imagen de la ciudad. Claro, cualquier evento que ayude
a mejorar la imagen del degradado puerto de Acapulco es bien visto.
Uno de tales anarquistas
es Joby Weeks, promotor del bitcoin, que también dicta conferencias durante el
evento. Hace cuatro años compró una mansión de trece recámaras con vista al mar
en Acapulco, por el equivalente a cuatro millones de bitcoins. Cuando el bitcoin
comenzó a subir, sus ahorros en bitcoins subieron en valor a 40 millones y,
luego, a 80. Fue cuando se los hackearon y los perdió completamente. “Debí
haber puesto a salvo mis bitcoins”, se lamenta. Pero, sigue optimista, y dice
que convertirá su mansión en alojamiento por semana. “La anarquía es un estado
mental, una forma de vida, basada en pedir perdón, en lugar de pedir permiso”,
señala Weeks, muy quitado de la pena.
El matrimonio de Lisa y
Natham Freeman vivían en Atlanta y hace cuatro años se asentaron en Acapulco. Buscaron
la libertad que, dicen, en EU no tienen. Natham ayuda a organizar los eventos y
Lisa alimenta a los asistentes. Incluso, la madre de Natham se les unió. Pero ya
están buscando otro lugar en México para vivir ellos y sus tres hijos, uno que
tenga buen internet, pues él trabaja como desarrollador de software y requiere
buena señal, como en Acapulco. Y es que Lisa señala que el asesinato de Galton
pegó mucho y ya no se sienten tan seguros si hasta a extranjeros se les asesina
ya.
Y sentirse así, perseguido,
asediado, va en contra de los principios de los anarquistas, pues así, ya no se
es libre. Incluso, Berwick, el fundador de los encuentros, anda siempre con
guardaespaldas. Si impactó el asesinato de Galton y en el reciente encuentro
asistieron menos anarquistas de los esperados. Pero personajes importantes como
Ron Paul sí asistieron, así como el teórico de las conspiraciones David Icke,
quien recibió su primer bitcoin.
Pero Berwick insiste en
que la verdadera amenaza proviene del exterior. Tiene como cometido “despertar
a la gente, podemos parar la esclavitud, deuda, guerra y pobreza si nos deshacemos
de los gobiernos y los bancos centrales”, pero, claro, agrega, los “poderes no
se dormirán en sus laureles. Necesitamos a gente como Gandhi, John Lennon o
hasta Kennedy, y a los tres los asesinaron porque querían cambiar al mundo”.
Y es cierto lo que dice
Berwick, pues a los progresistas, a los activistas, los que buscan el cambio,
los asesinan o los encarcelan.
Qué bueno que haya
personas como Berwick, a quien, en cierto
modo, se le puede considerar un activista, muy a su modo, pero
activista, al fin y al cabo. Y, en medio de tanta violencia en la que vive,
esperemos que no nos enteremos pronto de que lo asesinaron.
Mientras tanto, señala
Guthrie, como buen cierre a su magnífico artículo, por la noche, luego de que
Mónica Vallarino soltó a las pequeñas tortugas, los muy vulnerables quelonios nadan
hacia su propia libertad.
Ojalá todos podamos
nadar algún día a la nuestra.
Contacto: studillac@hotmail.com