lunes, 5 de agosto de 2024

Basura y plantas pueden descontaminar cuerpos de agua

 

Basura y plantas pueden descontaminar cuerpos de agua

Por Adán Salgado Andrade

 

Hemos llegado a severos niveles de depredación, destrucción y contaminación en aire, aguas y tierras, gracias a la sobreproducción impuesta por el capitalismo salvaje.

Pero en lugar de hacer algo por remediar esos graves problemas, al contrario, se sigue contaminando y depredando. Por eso, son bienvenidos los métodos sencillos y baratos que contribuyan a limpiar y a regenerar ecosistemas como los cuerpos de agua, tales como lagos, lagunas o hasta ríos.

Un esfuerzo así es el que desarrolla la investigadora Soni Pradhanang, quien empleando basura, está limpiando un lago contaminado en Nepal. Es lo que expone el artículo del portal Wired, titulado “Lagos contaminados están siendo limpiados, empleando humedales flotantes hechos de basura”, firmado por Hannah Richter, quien agrega que “plataformas que combinan plantas y basura reciclada, pueden ofrecer una solución barata para revivir cuerpos de agua contaminados” (ver: https://www.wired.com/story/planet-pioneers-nagdaha-small-earth-nepal-soni-pradhanang-ftws-floating-treatment-wetland-systems-water-cleaning-pollution/).

Abre el artículo una foto de uno de los sistemas que Pradhanang diseñó con colchones de bambú, placas de hule espuma (unidas a los colchones con cierres y fibra de coco, que recolecta de tiendas de tecnología cercanas) y encima de las cuales hay coyoles rojos (Canna indica).

Aunque rudimentario, pero ha mostrado ser un efectivo método para limpiar las aguas de ese lago, el Nagdaha, cubierto de lirio, contaminado con nitratos, fosfatos (por los fertilizantes de tierras agrícolas cercanas), así como de metales pesados.

“Salgo barata”, dice Pradhanang a Richter, sobre su efectivo método. “Con él, limpio las aguas y, además, reciclo basura, pues todos esos hules espumas y el bambú son desechos”, agrega.

En agujeros de 5 centímetros, “planta” los coyoles, cuyas raíces entran en contracto con el agua. Y absorben los contaminantes, además de que, por la fotosíntesis, incrementan las concentraciones de oxígeno disuelto en el agua, lo que ayuda a la muy necesaria oxigenación. Además, hay bacterias en esas raíces, que se nutren de los nitratos o el fósforo y los eliminan.

Las placas de hule espuma son de 1.20 por 1.8 metros y, como señalé, se unen mediante los colchones de bambú, de tal modo que forman “humedales móviles”.

Pradhanang es hidróloga de la Universidad de Rhode Island, “que estudia monitoreo de la calidad del agua y simuladores y ha dedicado los pasados siete años trabajando en sus diseños hechos con basura”.

También es asesora técnica de La Pequeña Tierra de Nepal (TSEN por sus siglas en inglés). De hecho, nació en Katmandú, capital de Nepal, y por eso comprende perfectamente los desafíos con el agua que enfrentan los nepaleses, “incluyendo polución en lagos y ríos de las aguas negras, las descargas industriales, las de la agricultura, que haya pocas plantas de tratamiento del vital líquido y la necesidad de emplear el agua de un lago para muchos usos, desde lavar ropa, hasta bañarse. Antes de proponer su sistema limpiador, Pradhanang trabajó con campesinos y gente que vive de los bosques, en Nepal, para ver cuáles eran sus necesidades ante el cambio climático”, señala Richter.

“Mis raíces están aquí y en automático trato de ayudar a la comunidad de la que siempre he formado parte”, dice Pradhanang. Muy buena su posición, pues ¿cuántos hay que se olvidan de sus raíces, sobre todo, cuando comienzan a tener éxitos de cualquier tipo, sean económicos, laborales, profesionales, políticos? Sucede como el exitoso administrador de empresas, Pancho, que vemos en la cinta “Que viva México”, del 2023, dirigida por Luis Estrada que, cuando triunfa, se olvida de su familia, que vivía en una muy pobre localidad rural desértica (ver: https://es.wikipedia.org/wiki/%C2%A1Que_viva_M%C3%A9xico!).

Su sistema se llama Sistemas de Humedales Flotantes de Tratamiento (FTWS, por sus siglas en inglés).

En Estados Unidos, en donde radica actualmente Pradhanang, hay esos sistemas flotantes para limpieza, hechos por empresas, pero son muy caros. “¡No, imagínate, cada módulo cuesta $600 dólares, que son como 70,000 rupias nepalesas! ¡Es lo del salario anual de alguien. Prohibitivo!”, exclama la investigadora.

Por eso, desarrolló su sistema que ella llama trash for cash (basura por dinero), en donde el dinero “es que se mejora la calidad del agua”.

Hizo los primeros experimentos en un laboratorio de Rhode Island, empleando trampas para almejas, plástico de burbujas y botellas plásticas libres de BPA (bisfenol que es tóxico y se trata de limpiar, no de contaminar más), “para ver si colchones de basura, cargados con plantas, podían mejorar la calidad del agua”.

Y en el 2021, habiendo hallado una combinación de materiales resistentes a la acción del agua y probando su efectividad, propuso sus FTWS a Nepal y se constituyó un proyecto tripartita entre India, Bangladesh y Nepal, en donde también se enfrentan esos cada vez más graves problemas de contaminación acuífera.

Pero el proyecto no contempla dotar de agua para beber (sería muy costoso), “pero, sí, dotar de aguas más limpias, pues los niños nadan en ese lago o perros que se meten o mujeres que lavan trastes y ropa”.

Tampoco sirven para sembrar hortalizas, “pues se contaminarían”.

Luego de instalar varias FTWS, las aguas fueron analizadas “y los datos eran concordantes con los del laboratorio, resultando en un 90 por ciento de reducción en nitratos, 80 por ciento de reducción en fosfatos y 55 por ciento de reducción en amonio, además de que el oxígeno disuelto se incrementó en 50 por ciento”.

¡Vaya, pues muy buenos los resultados! Y también pueden limpiar las plantas metales pesados, que arrojan las industrias, un muy común problema en muchos países, en donde al sector industrial no le importa en lo más mínimo arrojar sus descargas a los ríos o lagos, muchas veces con el consentimiento de las corruptas mafias en el poder.

“Además, las plantas agregan estética al proyecto. También se emplea la salvia (Salvia Splendens)”.

En cierto momento, se acercaban patos, que se posaban y defecaban, lo que implicaba más fosfatos. “Lo menos que deseamos es más contaminación, así que coloqué papeles brillantes alrededor de los tallos de las plantas y eso, funcionó”, dice Pradhanang. Muy prácticas sus soluciones y efectivas.

“Pero abejas y pequeños pájaros, son bienvenidos, pues ayudan a la polinización”, dice la investigadora. Es decir, que no sólo tienen una función limpiadora, sino que hasta atraen fauna muy útil sus FTWS.

Claro que no todo es perfecto. Cuestionada sobre los microplásticos, señala que los beneficios superan a los perjuicios. “Como uso basura recolectada en el propio lago, no agrego otros materiales, así que se mantienen constantes”, señala Pradhanang. Y si se aplican sistemas de filtrado, podrían ser eliminados.

Por otro lado, se debe de hacer consciencia entre la gente, para que se encarguen de darles muy necesario mantenimiento (si no se les da, dejan de funcionar), que consiste en podar y cortar las raíces dos veces por año. “Si se les da a conocer el beneficio que esas plataformas les darán, una mejor calidad del agua, las personas se comprometerán incondicionalmente a hacerlo”.

El proyecto, sin embargo, está tomando fuerte interés en otros países, como Indonesia, por su efectividad y bajo costo. Aquí, probablemente podría aplicarse para limpiar al Río Sonora de la grave contaminación con metales pesados, que dejó un derrame, hace diez años, de la minera Buenavista del Cobre, que extrae justamente cobre, perteneciente al nefasto Grupo México de Germán Larrea (1941), que actúa impunemente, con el beneplácito de las autoridades. Los daños ambientales y a la salud de la gente persisten (ver: https://www.jornada.com.mx/2024/08/05/estados/031n1est).

“Pero, insisto, se debe lograr que la gente se integre al mantenimiento. No les hables de nitrógeno o de fósforo o de amonio, Eso no significa nada. Pero si les muestras agua limpia, con eso, ya los ganaste”, enfatiza Pradhanang.

He ahí, debe de lograrse esa simbiosis entre el conocimiento científico práctico y las necesidades sociales. Necesitamos científicos e investigadores conscientes, que apliquen su sapiencia para el bien de la humanidad y del planeta, no para su destrucción masiva (como los que diseñan armas nucleares).

Que se integren, como hizo Pradhanang, a sus comunidades y sepan lo que realmente requieren.

Sólo así, quizá, podamos revertir algo del daño ocasionado por el capitalismo salvaje a la Tierra, para que continúe ofreciéndonos condiciones habitables.

 

Contacto: studillac@hotmail.com