El manto terrestre mantiene los niveles oceánicos
Por Adán Salgado Andrade
El nivel del mar, debido al calentamiento global, inducido por el nefasto capitalismo salvaje, está subiendo, debido al derretimiento de los polos y los glaciares. Tan sólo, cuando el glaciar denominado Doomsday, ubicado en la Antártica, se derrita – que lo está haciendo aceleradamente –, el nivel oceánico subirá unos tres metros, sin contar lo que los otros deshielos produzcan en pocos años (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/01/cuando-el-glaciar-doomsday-se-derrita.html).
Pero, fuera de esa elevación por el derretimiento de polos y glaciares, hay un mecanismo que ha garantizado durante millones de años, que el nivel, digamos, normal, de los océanos, se haya mantenido. Y es lo que se denomina “lluvia del manto”, generada por una capa de unos 410 kilómetros de espesor, que queda, justamente, debajo del fondo oceánico.
Para que esto quede más claro, recordemos las capas de las que está formada la Tierra. El Centro Interno (inner core), el más caliente, tiene una extensión radial de 1,220 kilómetros. Luego, viene el Centro Externo, (outer core), cuya longitud radial es de 2,250 kilómetros. Enseguida, está el Manto, que mide 2,900 kilómetros. Después, está la Capa Oceánica (ocean crust), que mide entre 7 y 5 kilómetros. Por ultimo, la Capa Continental, que va de 10 a 75 kilómetros (ver: https://education.nationalgeographic.org/resource/core).
Es, precisamente, debajo de los océanos, en donde se halla la mencionada capa que genera la “lluvia del manto” mencionada. Es lo que expone el artículo de la revista digital Hakai, titulado “Cómo el océano, dentro del Manto terrestre, afecta la habitabilidad del planeta”, firmado por Theo Nicitopoulos, quien agrega que “un nuevo modelo, sugiere que la ‘lluvia del manto’, que surge del interior del manto terrestre, asegura que siempre tendremos océanos externos”.
La teoría expuesta es interesante. Propuesta por los geocientíficos Denis Andrault y Nathalie Bolfan-Casanova, de la Universidad Clermont Auvergne, en Francia, sugiere que hay agua descompuesta en hidrógeno y oxígeno, contenida en unos 410 kilómetros debajo del fondo oceánico, que se está generando, debido a las altas temperaturas y que es la que repone el agua que se filtra por entre las fallas tectónicas y otras fisuras del fondo oceánico.
“Ese océano, es como si fuera otro océano, el más grande del planeta. Contiene agua que no es líquida, no hay peces. De hecho, esa agua, está descompuesta en hidrógeno y oxígeno y adherida a rocas, almacenada, la mayoría. Cuando la roca sólida del manto, se satura con agua químicamente disociada, puede transformarse en un lodo rico en agua. Cuando eso sucede, sube hacia los océanos. Los investigadores llaman a ese proceso lluvia de manto”, señala Nicitopoulos.
Podríamos hacer la analogía de que el manto es como una esponja, que se va saturando de agua y cuando ya contiene mucha, la suelta. Eso, teorizan los investigadores, ha garantizado que por millones de años, el nivel oceánico, como menciono arriba, sea estable – al menos, hasta antes del irreversible calentamiento global que nos afecta ya fuertemente.
Se refiere Nicitopoulos a que “así como el ciclo del agua entre la atmósfera, glaciares, lagos, ríos, acuíferos y los océanos, afectan el nivel del mar, el intercambio de agua entre el manto y el volumen del mar, determina la habitabilidad del planeta. Ya saben los científicos que el agua marina, es absorbida por el manto a través de placas tectónicas acomodándose, y traída de regreso mediante erupciones volcánicas, fumarolas de aguas termales – riquísimas en minerales, que el agua va adhiriéndose –, o cuando se forma nuevo fondo oceánico, debido a la roca fundida que sale de entre las placas tectónicas y se solidifica. Si este profundo ciclo de agua entre el manto y la superficie está balanceado, el nivel del mar planetario, se mantiene estable. Si no, nuestro planeta, podría convertirse en un océano global o en un mundo totalmente seco”.
Así que es otro maravilloso equilibrio que nos ofrece nuestra noble Tierra.
Todo ese proceso se debe a que el centro de la Tierra, siempre ha sido líquido, variando su temperatura entre 4,400º a 6,000º Celsius, suficiente como para mantener todo material en su interior, permanentemente fundido (ver: https://education.nationalgeographic.org/resource/core).
Marte, se especula, debió de tener ríos, lagos y océanos hace unos 3,000 millones de años. La falta de atmósfera y de un centro fundido, muy probablemente, no hayan permitido que tales cuerpos de agua se conservaran (ver: https://www.space.com/mars-ocean-northern-hemisphere).
La labor de absorción de agua por el manto terrestre es vital, indican los científicos, pues es el doble de aquélla que es regresada. Por eso, es de suponerse, el incremento del nivel del mar, no es tan acelerado. Dice Andrault que “esta capa de unos 410 kilómetros, puede retener mucha agua. La idea que prevalece es de que se queda allí permanentemente. Si ese fuera el caso, el nivel del mar, habría ido disminuyendo lentamente”.
Y es cuando entra el concepto de “lluvia del manto” que los investigadores proponen. Hallaron que una roca, saturada de agua, que va descendiendo en el manto, va sufriendo incrementos de temperatura, que la van fundiendo, “soltando el agua”.
El material fundido es como un lodo, “que podría entenderse si pensáramos en granos de arena, pegados uno al otro mediante lodo. El lodo, sería el equivalente a la lluvia de manto. Entre más rocas se fundan, más agua, a la que se adhieren minerales, se irá liberando. El ciclo es continuo”, abunda Andrault.
El científico planetario Yoshinori Miyazaki, “quien no estuvo involucrado en el citado estudio”, dice que la teoría de los científicos muestra cómo el manto liberaría agua a la superficie, además de por “la convección global a la que es sometido dicho manto”.
Sugiere Andrault que, gracias a la lluvia del manto, “hay una masa oceánica en el manto superior, que junto a los océanos en la superficie, garantizarán que siempre habrá agua en la superficie de la Tierra”.
Y aunque todavía se debe de profundizar más en el estudio del ciclo del agua profunda, lo cierto es que “eso, ha asegurado que la Tierra haya mantenido más o menos el nivel del mar constante, durante los pasados 500 millones de años y quizá muchos mas, como para sostener un habitable ambiente”, afirma Miyazaki.
En efecto, pero no contaba ese manto, y el noble Planeta, con que la raza humana llegaría, para destruir todo ese equilibrio, sostenido por tantos millones de años.
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