lunes, 25 de julio de 2022

El riesgo de ser ciclista responsable en la ciudad de México

 

El riesgo de ser ciclista responsable en la ciudad de México

Por Adán Salgado Andrade

 

Varias veces se ha sugerido que se emplee la bicicleta en esta congestionada megaurbe que es la ciudad de México, como transporte.

Se han construido algunas ciclovías o se organizan muy vigilados “paseos dominicales”, pero, en la práctica, no se han ejercido acciones que hagan del transporte en bicicleta uno, en verdad, seguro.

Quienes tenemos la audacia de conducir una bicicleta, sobre todo, en trayectos largos, sobre muy transitadas avenidas, sabemos, por propia experiencia, que abundan conductores de autos, transportes públicos, motocicletas y hasta irresponsables ciclistas, que ponen en peligro cualquier viaje. Los autos o transportes, no respetan, por ejemplo, el paso de un ciclista por una avenida. Avientan el vehículo, sin importarles que tal ciclista, deba de hacer una rápida maniobra para evitar una colisión, y se van, despreocupados.

Eso, a pesar de que Claudia Sheinbaum, actual mandataria de esta capital, ha hecho varias declaraciones de que se emplee más la bicicleta como medio de transporte e, incluso, que el reglamento de tránsito, se haya endurecido contra aquellos conductores de vehículos, sean autos, camiones o motocicletas, que invadan las citadas ciclovías o no respeten el paso de un ciclista.

Claro, como mencioné, hay ciclistas irresponsables, cuyos traslados ponen en peligro, no sólo sus vidas, sino las de otros. Por ejemplo, los que circulan en sentido contrario, arriesgando a peatones que estén por cruzar una avenida, quienes no los ven, pues su vista está dirigida hacia el sentido correcto. He sabido de ciclistas que han chocado entre sí, pues uno de ellos, iba en sentido contrario, y han sufrido fracturas en distintas partes de su cuerpo, que los han dejado fuera de acción por varios meses. Y eso, si no resultan fatales esas fracturas.  

O los que circulan sobre banquetas peatonales, que pueden atropellar a algún transeúnte. Otros, más audaces e irresponsables, se sujetan de vehículos en movimiento, como sucedió con un ciclista que circulaba sobre la carretera México-Querétaro, quien iba sujeto a un tráiler. En cierto momento, el vehículo, cambió de carril, y el ciclista, un hombre, perdió el control y cayó. No se sabe su estado de salud, al momento de escribir estas líneas. En la nota que proporciona esta información, se menciona que, tan sólo en el 2022, se han “reportado 10,050 incidentes de este tipo. En 2021, en Querétaro, se registraron 9 ciclistas arrollados y 4, fallecidos” (ver: https://es-us.noticias.yahoo.com/acto-irresponsable-ciclista-tr%C3%A1iler-pod%C3%ADa-180740859.html).

Repito, algunos son por la imprudencia, como el caso mencionado. Pero otros, se deben a que no se termina de respetar a los ciclistas.

Un testimonio de uno de ellos, Ricardo, profesor de música de secundaria, mi querido hermano, hace unos días, optó por comprar una bicicleta, de las del tipo de montaña y ciudad, con varias velocidades. Lo hizo, porque el tráfico cada vez es más terrible. La secundaria en la que trabaja, dista a no más de siete u ocho kilómetros de su domicilio. “La verdad, traté de buscar una alternativa, porque siempre contrataba un Didi o Uber, pero tardan mucho en recogerte, te cancelan o, por el tráfico, tardan en llegar y son caros. Por eso, compré esta bicicleta – me la enseña, una bicicleta verde, de velocidades, con frenos de disco, que se ve muy segura –, para ver si así podía trasladarme mejor”.

Sin embargo, en los pocos días que la ha empleado, se ha dado cuenta de la anarquía que impera en esta congestionada, hacinada ciudad. En un tramo, sobre la avenida Eduardo Molina, en donde hay una ciclovía exprofeso, tuvo que enfrentar a imprudentes, arbitrarios motociclistas, que la invaden, lo cual está penado, no pueden circular por allí. Además, hay autos estacionados sobre ella, lo que también está prohibido.

“Y, luego, vienen ciclistas en sentido contrario, ¡de noche, pero es peor, porque ni luces traen!”, exclama. En cambio, Ricardo, con tal de viajar él lo más seguro posible, sobre todo, en las noches, compró un casco que tiene una luz trasera, además de la luz roja colocada atrás de la bicicleta y el faro de leds, delantero. “¡Pero parece como si no llevara nada, pues, como te digo, me avientan el carro en las esquinas, no les importa!”, dice, molesto por tanta arbitrariedad y prepotencia. Claro, pues un conductor enfrenta su vehículo contra un pobre ciclista, cada que le cierra el paso a alguno, con tal de pasar primero.

Yo mismo he presenciado cómo ciclistas que van circulando bien, han sido aventados a un lado por vehículos que, sin el menor cuidado, cambian de carril o se les cruzan en las esquinas. Para estos prepotentes o descuidados conductores, es como si no existieran esos pobres responsables ciclistas.

“¡Pero fíjate que hoy, dos metrobuses, se me aventaron! Y es que como en unas partes, se combina la ciclovía con el carril de esos camiones, te los avientan, así, sin importarles qué te pueda pasar. Uno, estaba yo parado, esperando el alto, y que me empieza a tocar el claxon, así, prepotente. ¡Me tuve, casi, que subir a la banqueta, porque, si no, me hubiera atropellado! ¡Pero, no le importó, en serio, hasta me la mentó con el claxon!”.

Otro metrobús, también se portó prepotente, obligándolo a hacerse un lado, me dice.

Pues pésimo comportamiento de esos conductores, quienes, se supone, por ser un transporte público oficial, deberían de observar normas de cortesía y urbanidad, sobre todo, con ciclistas responsables como Ricardo.

Por otro lado, no es posible que confluyan, por un pésimo diseño, ciclovía con el carril confinado del metrobús, pues es un peligro para los ciclistas, tener que enfrentar a esos pesados camiones, cuyos conductores, ni de los ciclistas se compadecen.

Y es algo que la mencionada Sheinbaum debería de vigilar más, si realmente quiere que las bicicletas, como medio de transporte, se generalicen.

“No, la verdad, ni ganas te dan de manejar tu bicicleta así. Todo el tiempo estás en riesgo. Claro, hay conductores amables, que ven que vas a pasar y se esperan, hasta te hacen la señal de que pases. Pero otros, como te digo, te avientan el carro. Y los peores son los metrobuses, de verdad, no tienen urbanidad, ni cortesía. Por eso, atropellan a muchos ciclistas”.

Por esa prepotente actitud ante los ciclistas responsables, entre enero y septiembre del 2021, “se reportaron mil 43 accidentes de ciclistas en la Ciudad de México, es decir, cuatro al día en promedio. Y catorce de ellos, perdieron la vida” (ver: https://www.unotv.com/estados/ciudad-de-mexico/aumentan-muertes-y-accidentes-de-ciclistas-en-la-cdmx/).

Muy sonado fue el caso de doce ciclistas arroyados sobre la calzada de Tlalpan, el 5 de diciembre, del 2021, por un tipo que conducía a gran velocidad, ebrio. Ninguno falleció, pero sí quedaron heridos (ver: https://www.animalpolitico.com/2021/12/conductor-en-estado-de-ebriedad-atropella-a-12-ciclistas-en-cdmx/).

Una muestra, repito, de prepotencia, de una total falta de consideración a la vida de quien va en un vehículo ecológico, que no desprende contaminación alguna.

Por esas negativas, peligrosas experiencias, es que Ricardo, ha decidido dejar de emplear su bicicleta como transporte. “Arriesgo la vida, cada que salgo”, dice, acongojado, pues realmente la había considerado una buena alternativa. “Fíjate, me estaba haciendo 25 minutos. Y en el Uber, con la espera y la llegada, fácil hasta tres cuartos de hora, además de lo caro que es”. Había considerado usar el Metro, pero no lo deja tan cerca de la escuela, teniendo que caminar unos quince minutos.

“Deberían de poner policías que cuiden las ciclovías”, dice, a manera de sugerencia. Sí, podría ser, que estén, incluso, circulando en bicicletas, con tal de evitar autos o motos que las invadan, así como obligar a los irresponsables ciclistas que circulan en sentido contrario o sin luces en la noche, a que respeten las reglas.

“Hice mi intento, pero, no, definitivamente es muy peligrosa esta ciudad para los ciclistas responsables”, afirma, resignado.

Allí está, pues, su testimonio.

Así que si Sheinbaum y los planeadores, quienes sugieren a la bicicleta como un medio de transporte, realmente quieren que lo sea, tendrían que hacer una extensa campaña, tanto para los ciclistas, que conduzcan responsablemente, así como para los prepotentes conductores de  vehículos motorizados de todo tipo, que respeten a los ciclistas responsables.

De otra forma, las bicicletas, sólo serán usadas para los “seguros” paseos dominicales, organizados sobre la avenida Reforma.

 

Contacto: studillac@hotmail.com