lunes, 22 de febrero de 2021

Cómo lograron sobrevivir chicas nigerianas secuestradas por Boko Haram

Cómo lograron sobrevivir chicas nigerianas secuestradas por Boko Haram

Por Adán Salgado Andrade

 

Abundan en el planeta grupos criminales que se escudan bajo la etiqueta de “revolucionarios”, siendo que sólo buscan delinquir, para sacar un provecho económico, nada más.

Es el caso del grupo criminal Boko Haram, el que, cuando se formó, en el 2002, justificó que su creación era para luchar contra la “corrupción y mal gobierno de Nigeria”. Su nombre, significa, más o menos, “La occidentalización es sacrilegio”, con lo que también tenía como cometido luchar contra la “influencia occidental”. Sin embargo, pronto esos propósitos quedaron de lado y esos criminales mercenarios, se convirtieron en un simple grupo terrorista, que ha buscado el provecho económico de las decenas de atentados que ha estado haciendo desde hace años. Cuando en el 2009, fuerzas de seguridad nigerianas asesinaron al fundador, Muhammed Yusuf y a otros operadores claves, el grupo se radicalizó. Desde entonces, sus actos terroristas, como bombas, atacantes suicidas contra instalaciones gubernamentales, policiacas, militares y contra iglesias y escuelas cristianas, se han incrementado mucho, a pesar de los esfuerzos gubernamentales y de grupos internacionales para restarle fuerza al grupo. Últimamente, se declaró afín al Estado Islámico, otro grupo terrorista (ver: https://www.britannica.com/topic/Boko-Haram).

En el 2014, el grupo asaltó una escuela cristiana de niñas adolescentes de Chibok, y secuestró a más de 275, lo que recibió una condena mundial. Fue su nueva manera de “cobrar venganza”, según declaró el grupo criminal, por las muertes infligidas a sus miembros en distintas operaciones militares. Como siempre, es la población civil la que sufre los efectos y daños “colaterales”.

En el 2017, se pudo coordinar una operación de rescate de esas niñas, sólo una mínima cantidad de las más de diez mil personas que ese grupo ha secuestrado desde entonces.

Y sólo la fuerza de voluntad hizo que algunas de esas chicas de Chibok, sobrevivieran el terrible suplicio de ser cautivas de hombres criminales, sin escrúpulos, como comenta el artículo de The Guardian, titulado “Diario escondido dice cómo mujeres secuestradas sobrevivieron un campo de Boko Haram”, firmado por Jason Burke, quien anota como subtítulo que “Había una campaña de rescate en Twitter, pero las mujeres secuestradas de una escuela nigeriana, fueron salvadas por su fuerza de voluntad y diplomacia” (ver: https://www.theguardian.com/world/2021/feb/20/smuggled-diary-tells-how-abducted-women-survived-boko-haram-camp).

En efecto, la nota muestra que fue la fuerza de voluntad de las chicas, lo que las salvó, a pesar de estar confrontando todos lo días a la muerte, pues los criminales secuestradores, las amenazaban de que si no hacían esto o aquello, las matarían.

En particular, fue Naomi Adamu, actualmente de 24 años, quien, gracias a su fuerza de voluntad, pudo influenciar a muchas otras, para que se mantuvieran en su negativa de acceder a las pretensiones de los secuestradores, de “casarse” con ellos y de “tener a sus hijos”. Por desgracia, ese fue el terrible destino de muchas otras.

Pero a las que Adamu logró convencer de que resistieran, salieron, digamos, victoriosas de la ruda prueba.

La foto de ella, la muestra serena, pero se le nota el dolor que sufrió y sigue sufriendo.

Adamu, además de su fuerza de voluntad, logró escribir un diario, que nunca descubrieron sus captores, y que pudo llevar con ella, cuando fue liberada, en el que plasmó todo lo que vivieron sus compañeras y ella, y los esfuerzos por salir adelante. Eso, más los testimonios de las chicas liberadas, dio material suficiente para un “libro, que será publicado en marzo, que revelará la realidad de más de 200 mujeres de la escuela de Chibok, que fueron mantenidas como rehenes en uno de los más infames secuestros de las décadas recientes”, señala Burke.

Sí, en efecto, pues esos cobardes, diezmados por los militares nigerianos, han optado por realizar esa clase de infamias, en las cuales, son civiles inocentes, como siempre, los que sufren esas deleznables acciones.

El libro, titulado Bring Back Our Girls (Regresen a nuestras chicas), coescrito por Joe Parkinson, tiene la intención, de acuerdo con este autor, de que “queríamos contar la historia de cómo estas mujeres sobrevivieron, pero también la historia de porqué tomó tanto tiempo liberarlas, a pesar de, o quizás por, la campaña que se hizo en las redes sociales”.  

Y es que cita Burke que personas como el mismo Papa, Michelle Obama, Kim Kardashian y otras personalidades, trataron, infructuosamente, de que su liberación fuera pronta en ese 2014.

Adamu, quien, al momento del secuestro, tenía 17 años, mostró rebeldía hasta en la forma en que los secuestradores querían que vistieran, con túnicas obscuras. “Adamu, conservó su uniforme azul y, arriesgando una golpiza o algo peor, comenzó a escribir un diario”.

Quizá eso, el escribir sobre su situación, también le haya dado fuerzas para resistir, pues es bien sabido que una forma de terapia para luchar contra los problemas mentales, ocasionados por la ansiedad o el estrés, consiste en eso, escribir, pues es una forma de asimilarlos y aceptarlos.

Como señalé, el hecho de que Adamu pudo sacarlos entre su ropaje, cuando fue liberada, “proporcionó mucho del material para estructurar el libro”.

Adamu, sólo escribía cuando era seguro hacerlo, “luego de pesadas lecciones del Corán y hurtando magras raciones alimentarias del bosque”.

Su negativa a “casarse” con alguno de esos criminales, la llevó a ser castigada, golpeándola con la culata de un rifle, igual que les sucedió a las otras chicas, a las que ella convenció de resistir. No fueron asesinadas o abusadas sexualmente, pero “nos trataron como esclavas, hasta que la espalda se nos quebraba por las tareas tan pesadas a las que nos sometían”, comenta Adamu.

Dice Burke que, en el 2015, Boko Haram, perdió mucha fuerza y que, desde entonces, las chicas les perdieron el miedo.

Declara Adamu que “Me hice la líder de las chicas, pues era la mayor de todas y la más tenaz. Boko Haram, quería que me convirtiera en un ejemplo, pues sabían que otras chicas me escuchaban. Me golpearon, me hostigaban y me amenazaron con asesinarme, pero les dije que aunque la tierra y el cielo se juntaran, yo no me casaría con nadie”.

Muy valerosa su actitud. Hay que recordar que, muchas veces, cuando una mujer se muestra valerosa, sus captores, son hasta intimidados. No todos, pero supongo que por la situación, varios de esos criminales, jóvenes, incluso, le tuvieron respeto. Es un caso en donde el secuestrado muestra más firmeza e inteligencia que sus captores, a los que, de cierta forma, domina.

Y es lo que se puede inferir del relato de Adamu, pues, de otra manera, no podría comprenderse cómo logro sobrevivir, a pesar de desafiar abiertamente a esos retrógradas captores.

También sobrevivían cantando melodías de su pueblo, a pesar de la prohibición. Supongo que cuando el desafío no sólo era de Adamu, sino de varias chicas, los secuestradores flaqueaban en su tarea de torturarlas y golpearlas.

“Además, ya veíamos tantos cuerpos de las fallecidas, que no sentíamos miedo de morir”, dice Adamu.

Como los secuestradores trataron de dejarlas sin comer, si no obedecían, Adamu pudo organizar raciones clandestinas de arroz. Gracias a ello, las chicas se armaron de más valor y siguieron resistiendo.

Mientras tanto, los esfuerzos mundiales por rescatarlas, fallaban, sobre todo porque no había una buena coordinación entre las agencias nigerianas de espionaje. Un fallido bombardeo a los cuarteles de Boko Haram, en donde tenían secuestradas a las chicas, “dejó a diez de ellas, muertas y a 30 más, heridas o mutiladas de por vida”. ¡Pues absurdos esos intentos de “rescate”, al dejar a tantas muertas o heridas”.

Adamu no perdía las esperanzas de que fueran rescatadas. “Me enojé de que treinta chicas, hubieran aceptado convertirse al Islam y casarse. Y aceptaron que no regresarían a casa. Pero yo estaba convencida de lo contrario y seguí dándoles ánimos a las de mi grupo, para resistir”.

Fue hasta octubre del 2016, que una delegación suiza, llegó a un acuerdo, por el cual, 21 chicas fueron soltadas, a cambio de prisioneros de Boko Haram, que tenía detenidos el gobierno. “Y siete meses después, otras 82 fueron liberadas. Pero unas 40, por lo menos, murieron en cautiverio. Y docenas de ellas, todavía son prisioneras”, dice Burke.

Muchos analistas coinciden en que la historia de las chicas, ha mostrado cómo negociar con Boko Haram, sobre todo, no recurrir a acciones violentas, que han dejado a muchos de los prisioneros muertos. “Se debe de razonar con los secuestradores, no denunciarlos o atacarlos”, afirma Parkinson, quien es reportero del Wall Street Journal.

Adamu, de todos modos, no se siente segura. “Esos secuestradores, volverán a atacar a Chibok y a secuestrar y matar a gente”, como de hecho, siguen haciendo. El 18 de febrero del 2021, hombres armados irrumpieron en una escuela, matando a un estudiante y secuestrando a 27 (ver: https://www.jornada.com.mx/2021/02/18/mundo/027n2mun).

“Temo que vuelvan a secuestrarnos”, dice Adamu.

Ojalá que el libro levante más la preocupación mundial por lo que están pasando mujeres como Adamu y las otras chicas.

O de las personas que, sólo por estar en el lugar y hora equivocados, son víctimas de los grupos criminales.

Son problemas junto a los cuales, la pandemia, es una situación mínima.

Sólo pónganse en el lugar de Adamu. Que entraran a sus casas, oficinas o escuelas y que fueran secuestradas o secuestrados.

Y permanecer en cautiverio durante tres años

Quizá así comprendamos mejor el traumático temor de Adamu.

 

 

Contacto: studillac@hotmail.com