jueves, 23 de febrero de 2023

Descubierta la técnica romana para fabricar concreto más duradero

 

Descubierta la técnica romana para fabricar concreto más duradero

Por Adán Salgado Andrade

 

El concreto, material hecho con cemento, grava, arena y agua, es el segundo más empleado en el planeta, luego del agua. Ya supera en volumen a toda la biomasa terrestre, o sea, bosques, selvas y plantas del planeta, de tan abundante que es. Además, la contaminación que deja al fabricarlo, desde hacer el cemento mismo, es responsable de un 8 por ciento de las emisiones globales.

Irónicamente, aunque es para construir, también está acabando con el medio ambiente, destruyendo los sitios en donde se usa, como, por ejemplo, una carretera que pase en medio de selvas o bosques, una zona habitacional que se construya en campos agrícolas y así. A eso, se le llama “civilización”, pero, en realidad, es simple depredación, guiada por la codicia de tener más y más ganancias, para inmobiliarias y constructoras (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/06/el-ironicamente-destructivo-concreto.html).

Adicional a todo lo depredador y contaminante que es hacer concreto, dura muy poco, apenas años, muchas veces, sobre todo, cuando se trata de obras corruptas que se hicieron con un concreto muy pobre, que es el que lleva menos cemento, para que salga más barato y el fraudulento constructor que lo use, gane más (y eso, si no se le cae la obra en un temblor, ocasionando muertes, porque, entonces, de nada servirá lo que ganó, si va a parar a la cárcel, que sería lo deseable).

De todos modos, aunque sea un concreto “honesto”, digamos, que cumpla con las especificaciones constructivas, su duración, cuando mucho, como señalé, es de algunas décadas, en el mejor de los casos, y eso, si se le da mantenimiento.

Por ejemplo, el que se utiliza para hacer obras costeras, como diques, al poco tiempo, se empieza a degradar, por efecto de las sales del agua de mar, así como por la intemperie y el oleaje. Si han ido, a algún puerto, como al de Veracruz, los diques – las estructuras que impiden que entren las mareas a tierra firme –, están muy erosionados por esa razón o algunas edificaciones, que hasta ya se han abandonado, porque el paso del tiempo las ha convertido en carcomidas ruinas.

Por ello, varios científicos han buscado crear un concreto más duradero. Y, para lograrlo, han estudiado muy minuciosamente el que hacían los romanos, que ha resistido el paso del tiempo. Por ejemplo, el Panteón de Roma, también conocido como Panteón de Agripa, construido entre los años 113 y 125 de nuestra era, fue de las primeras edificaciones en la que se usó una forma de primitivo concreto, mezcla de cenizas volcánicas, agua y basalto triturado, llamada pozzolana . Y a pesar de que ya tiene casi dos mil años, la cúpula está íntegra, sin tener varillas, es simple concreto con el que se hizo.

Y muchas otras obras construidas por los romanos, se mantienen, firmes, sin agrietarse y hasta se “autoreparan”.

Todo eso es lo que han descubierto hasta recientemente algunos científicos, entre ellos, Admir Masic del Massachusetts Institute of Technology, MIT, quien desde hace años ha tratado de descubrir cuál era el secreto romano para hacer concreto tan duradero, incluso, el que usaban en los puertos, que ni carcomido está, a pesar de los siglos.

Sus esfuerzos han dado frutos, como expone el artículo de Wired, titulado “El secreto para hacer concreto que dura 1,000 años”, firmado por Jim Morrison, quien nos introduce en su trabajo comentando que “científicos han descubierto la receta romana para fabricar concreto que se autorepara, lo que ayudaría a reducir la contaminación que ese material produce en la actualidad” (ver: https://www.wired.com/story/secret-roman-self-repairing-concrete/).

Comenta Morrison que Masic y otros científicos , tras arduos años de investigación, llegaron a la conclusión de que el concreto romano ha sido tan duradero porque se hacía con calor. Pero no que se le aplicara calor, sino que se usaba cal en su hechura. En efecto, los albañiles de antes, pegaban tabiques con arena y cal, no con cemento, y quedaban mejor pegados que los actuales, que sólo usan cemento.

Masic y sus colegas lo dedujeron porque, al analizar con escaneos microscópicos muestras de concreto romano, veían una especie de grumos que, pensaban, se debían a que no se mezclaban bien los materiales. “Pero al revisarlos con más cuidado, se percataron de que se trataba de cal. La cal, cuando se mezcla con agua, reacciona, produciendo calor. No sólo era que usaran cenizas y piedras calizas, sino que las mezclaban con cal”.

Por ello, a pesar del tiempo, el concreto romano se autorepara, pues el agua de lluvia o de mar, reacciona con la cal, la que le incorpora las sales de dicha agua, rellenando las grietas que pudieran hacerse con el tiempo.

Así que la combinación de piedra caliza, cenizas y la cal, es lo que le ha dado a las antiguas estructuras romanas tanta longevidad y hasta se “reparan”, digamos.

Para comprobar su teoría, Masic preparó dos bloques de concreto, uno, con cal, y el otro, sin ella. Ya solidificados, los hundió en agua. Al seccionarlos, en efecto, el que tenía cal, rellenó las grietas que había, no así el que no la tenía.

La colega de Masic, Marie Jackson, es coautora del estudio, y aunque apoya el resultado, dice que hay otras construcciones romanas que no usaban cenizas, sino arena. “Por ello, vamos a seguir experimentando con otros materiales, para ver si, en efecto, es la cal el secreto”, dice Masic, al respecto.

Pues aparentemente de una manera tan simple, agregando cal, los constructores romanos , lograron ese concreto tan duradero, que hasta se autorepara.

Como comenté, los albañiles de antes, pegaban tabiques sólo con arena, cal y agua, sin usar cemento. Quizá sea que traían en el inconsciente esa antigua técnica, porque, además, hay que decir que las antiguas obras de mexicas, mayas, zapotecos o mixtecos, como templos, pirámides, acueductos… también siguen allí, a pesar del paso del tiempo, usando, en el caso de las ruinas zapotecas, estuco, que se hacia con cal más baba de nopal para que el pegado de las piedras, fuera más resistente (ver: https://www.mexicodesconocido.com.mx/urbanismo-y-arquitectura-en-monte-alban.html).

Son técnicas que la soberbia del “avance de la civilización”, ha dejado por alto y que, ahora, ya se están redescubriendo.

Lo peor es que ya la formulación que Masic hizo para fabricar ese concreto con cal, “hasta la patentó y espera que empresas constructoras se acerquen para que la empleen”.

No debería pues , en todo caso, es una antigua técnica. Si la descubrió, que la comparta gratuitamente, por el bien del medio ambiente planetario, que cada vez soportará menos, tanta depredación y contaminación.

Si así se puede lograr concreto más duradero, menos depredador y contaminante, no debería de negociarse con tal formulación.

De todos modos, hay otros intentos paralelos para lograr concretos y cementos menos contaminantes. Se ha sugerido hacer cemento con cenizas de hornos de fundición, que sería muy bueno, pues se aprovecharían los cientos de miles de toneladas que se generan. Y que también absorba CO2 a la hora de fabricarse (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/12/en-la-busqueda-de-un-concreto-menos.html).

Así que revisemos el pasado, las técnicas antiguas para hacer cosas que duraban siglos, no que sirvieran tan poco, como se hace en la actualidad.

Claro que no le conviene al capitalismo salvaje, pues prefiere que todo se acabe rápido, para que compremos algo nuevo, que tampoco durará mucho.

Por el bien del planeta, ya se debe de acabar con esa absurda tendencia.

Ya es tiempo de no seguirle haciendo el juego al depredador, contaminador capitalismo salvaje.

 

Contacto: studillac@hotmail.com