Microplásticos de los océanos, ascienden al aire y caen a tierra
por Adán Salgado Andrade
Los plásticos y sus sucedáneos, los microplásticos, ya invaden todo, pero son los mares, lo que más los contienen, pues cada año, más de 80 millones de toneladas de plásticos van a dar allí. Y esa cantidad se triplicará para el 2050 (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/08/el-plastico-que-va-los-oceanos-se.html).
Y ya hay tantos microplásticos contenidos en los océanos, que cuando sus aguas se evaporan, los microplásticos, partículas de menos de 5 mm, ascienden, junto con esa evaporación, y van a dar a tierra, invadiendo ciudades, bosques y lo que sea terrestre, como mostró un reciente estudio.
Es lo que comenta el artículo de Wired, titulado “Plástico está cayendo del cielo. ¿Pero de dónde viene?”, firmado por Matt Simon, quien agrega que “En cualquier momento, 1,100 toneladas métricas de microplásticos están flotando sobre el oeste de Estados Unidos. Nuevos modelos, muestran las sorprendentes fuentes de ese nefario contaminante” (ver: https://www.wired.com/story/plastic-is-falling-from-the-sky/).
Y aunque la investigación se hizo sólo para Estados Unidos, es aplicable a todo el planeta, pues, como señalé, el plástico ya es una pandemia de desperdicios debidos a tanto plástico “desechable” que se produce año con año, tendiendo, por desgracia, a aumentar. Simplemente, debido a la emergencia sanitaria, los desechos plásticos, por tanto material de curación plástico desechable, como jeringas, sondas, guantes, caretas, tapabocas… han incrementado mucho más, uniéndose a los que, de por sí, ya había antes (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/04/la-pandemia-incrementara-el-grave.html).
Comienza Simon diciendo que “si usted se encuentra en algún lugar del occidente estadounidense – quizá Yellowstone, los desiertos de Utah o los bosques de Oregón –, respire hondo y tome aire fresco se colarán algunos microplásticos. De acuerdo con nuevos modelos, 1,100 toneladas de esos, flotan sobre el oeste estadounidense. Caen del cielo, yendo a los más remotos rincones de Norteamérica – y del mundo. Como he dicho antes, la lluvia plástica, es la nueva lluvia ácida”.
Realmente es escalofriante pensar que microplásticos lleguen a pesar 1,100 toneladas en cualquier momento, pues eso significa que son miles de millones de partículas, las que, en conjunto, llegan a conjuntar ese peso, y que ya estén en el aire de cualquier ciudad, bosque o zona protegida. Es lo que ha provocado la depredadora y contaminante “civilización”, con su torpeza de haber inventado un material prácticamente no degradable y que, además, se tira la mayor parte.
El estudio mostró que un 84 por ciento de tales microplásticos, provienen de los caminos fuera de las ciudades, en tanto que un 11 por ciento, lo hacen de los océanos, pues ascienden al aire, con la evaporación de sus aguas y “se mantienen en el aire una semana, tiempo suficiente para cruzar continentes y océanos”.
Muchas son las fuentes de los microplásticos, desde la pulverización de bolsas y empaques, hasta las microfibras que produce la ropa sintética, al ser lavada en lavadoras. En cada ciclo, se producen alrededor de setenta mil microfibras, las que son microplásticos, que van a dar al mar, a pesar de que las aguas negras sean tratadas (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/06/ropa-desechable-detergentes-y-lavadoras.html).
Acompaña el artículo una fotografía de una parte de playa, en donde, confundidas con la arena, se ven pequeñas partículas coloreadas: son los nefastos microplásticos. Son un verdadero problema, pues no hay forma de deshacerse de ellos, ni de su letalidad ambiental y en la salud del ser humano, pues hasta tenemos microplásticos en nuestro organismo, ya que ingerimos de 39,000 a 52,000 de ellos cada año (ver: https://www.nationalgeographic.com/environment/article/you-eat-thousands-of-bits-of-plastic-every-year).
Pronto, los estudios clínicos, seguramente, demandarán saber, cuántos microplásticos tenemos por milímetro cúbico de sangre. ¡Terrible!
Los microplásticos que provienen de los océanos, son debidos a que como ya hay en sus aguas demasiados, “la tierra firme es importadora neta de microplásticos de los océanos”, señala Janice Brahney, citada por Simon, quien es coautora del estudio.
Como señalé, ascienden con la evaporación y caen en bosques, ciudades, playas.
Con el estudio que efectuó Brahney, junto con Natalie Mahowald, ambas de la Universidad de Utah, pudieron establecer, con mayor precisión, que, además de los océanos, otra fuente de microplásticos son las carreteras y autopistas, pues las llantas, al rodar, se van desgastando, lo que produce micropartículas de caucho, combinadas con plásticos. También hallaron que 5 por ciento de microplásticos, provienen de campos agrícolas y sólo 0.4 por ciento, de ciudades. “Esto, no sorprende, pues las ciudades, con sus altos edificios y todo tipo de construcciones, retienen la mayoría de los microplásticos producidos en ellas”, señala Brahney.
Con respecto a los caminos, señala Simon que “cuando un carro circula por un camino, micropartículas se desprenden de sus llantas, por el desgaste normal. Ese material, no es caucho puro, sino que contiene cauchos sintéticos y otros químicos. Así que las micropartículas de las llantas son, técnicamente, microplásticos, y están en todas partes. Un estudio del 2019, calculó que 7 billones (millones de millones) de microplásticos se van a las aguas de la bahía de San Francisco cada año, casi todos de llantas”.
¡Así que, vean, todo lo que contaminan autos, no sólo sus gases, sino el desgaste de sus llantas. Y van a dar al aire que respiramos!
Por ello, no sorprende que cada vez nuestra calidad de vida, va disminuyendo y surgen enfermedades “raras”, crónico-degenerativas, en gente cada vez más joven, niños, incluso, por tanta porquería suelta en el aire, agua, alimentos, tierra. No sólo virus como el covid-19, nos están matando, sino tanto contaminante químico, micropartículas y otras cosas, invisibles a la vista, pero que nos van aniquilando lentamente.
“Y son tantas las fuentes, que los microplásticos se están homogeneizando y a la hora de revisarlos, es difícil precisar de dónde provienen, bolsas, botellas, empaques. Sólo pueden precisarse, cuando son partículas de caucho, que son las que generan las llantas”, dice Simon.
Desgraciadamente, la terrible y cruda realidad, es que estamos rodeados, en cualquier instante, de microplásticos. “Estarán moviéndose alrededor de la superficie de la Tierra permanentemente. Y es algo muy horrible de pensar”, dice Brahney.
Es otra “gran aportación” de esto que llamamos, eufemísticamente, “civilización”.
Mejor habernos quedado en el Paleolítico.
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