La gira del Tenoxca, la conquista mexica de
Europa
por Adán Salgado Andrade
“En cierto momento, no
te miento, sentimos que estaban entre nosotros los guerreros mexicas, yo los estaba viendo, cuando Miguel
estaba bailando, yo veía que no era él, que un espíritu mexica había encarnado
en su cuerpo y era el que bailaba”, dice Ricardo Salgado Andrade, Ozomatzin Boy, al referirme lo que
sintió cuando sus tres compañeros y él, estaban tocando en el Fannia Live, el
centro de espectáculos y cultural más famoso y exclusivo de Viena.
Me platica sobre su
tercera, consecutiva gira a Europa, con su proyecto de rock en náhuatl,
Tenoxca, que ha ido ascendiendo, con sus iniciales tropiezos, como en todo
proyecto, pero que va ganando importancia y adeptos en España, Holanda, Austria
e Italia, por lo pronto.
Estas giras,
autogestivas, comenzaron en el 2016, abriéndose espacios, en donde ha sido la
tenacidad de Ricardo, la que ha vencido los obstáculos iniciales. “En la
primera, nos veías a Miguel y a mí caminando por todos lados, para sacar
tocadas, y, como todo, a veces te encuentras con gente buena y a veces con
gente culera, pero, en general, ha habido una buena energía, yo creo que la de
mi madre, que nos ha abierto las puertas. Y ahora, te puedo decir, que el
proyecto ya está a un sesenta por ciento de crecimiento”.
Sin embargo, comenta
que, de alguna manera, el trabajo en el “otro lado del charco” se remonta a
1992, cuando, con su grupo de rock Factótum,
hicieron un trabajo pionero, del que, después, muchos grupos mexicanos se
colgaron. “Sí, se puede decir que nosotros abrimos Europa al rock mexicano”,
dice, enfático. Así que estas giras no comienzan de la nada, sino de un trabajo
de muchos años, de haber mantenido contactos, buscar nuevos, ser tenaces ante
la adversidad y, sobre todo, seguir evolucionando artísticamente, ahora con su
grupo que interpreta exclusivamente canciones de náhuatl escritas,
musicalizadas y producidas por Ricardo en su estudio, Tlaxcalli Records.
Ricardo dice que su
madre, la Maestra María Andrade Macuilxochitl, profesora de primaria, entre
varias cualidades que poseía, cantaba en náhuatl; primero, eran canciones
populares que traducía a ese ancestral, vital idioma, hablado actualmente por
millones de mexicanos. “Yo creo que ella, al morir, me dejó esa herencia
espiritual, que siga cantando en náhuatl, como ella habría querido seguir
haciendo”.
Y eso ha hecho desde
hace ya unos cuatro años, que todas sus nuevas rolas son en náhuatl, pero a
ritmo de rock. “Es como un sincretismo que hago. Luego me critican que por qué
náhuatl con rock, pero les replico que es para demostrar lo actual y mágico de
esa lengua de nuestros abuelos mexicas, tan adaptable e importante, que hasta
para el rock la puedes emplear”.
No sólo es el náhuatl
lo que caracteriza al Tenoxca, sino que, además, las letras tocan importantes
problemáticas sociales. “Escribo de muchas problemáticas que me llegan. Por
ejemplo, tengo una rola que habla sobre la represión que sufrieron los
habitantes de San Salvador Atenco, cuando se opusieron al aeropuerto. Otra,
sobre los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa. Una, sobre todo el daño
que le hemos hecho al planeta… y así”. Le cuestiono que si no es problema que
la gente no entienda el náhuatl y me responde que llega el momento en que se siente. “La gente siente cuando
hablas sobre ciertos problemas. Es como mucha gente que ni entiende rolas en
inglés, pero nada más siguen el ritmo. Pero aquí estableces una conexión con el
público, de verdad, basta con que menciones Atenco o Ayotzinapa, y saben a lo
que te refieres. Porque, además, el náhuatl es un idioma muy espiritual,
armónico (eso significa la palabra náhuatl
en español, armonía), y, te digo, la gente te entiende, le transmites el
mensaje, la euforia de lo que estás cantando”.
El grupo, actualmente,
está formado por Abbi, en la guitarra, chica de 25 años muy talentosa, Miguel Huichol, encargado de los instrumentos
mexicas, como percusiones, silbatos, caracoles, además de que es quien se viste
con indumentaria de guerrero mexica, con plumas, taparrabos, y otros adornos,
todo un teyaochihuani. Reynaldo, en
el bajo, un sobreviviente de pasadas glorias roqueras. Y, por supuesto,
Ricardo, quien ya lleva años de vuelo, “dejándose llevar”, como dice que ha
hecho y aconseja hacer. “Si te pones a planear a la perfección, no te salen las
cosas. Es mejor aventarse, seguir tu instinto y no amedrentarte si no te salen
las cosas como querías. Lo importante es seguir, tenacidad, que no te embargue
el desánimo, ser un guerrero mexica”.
Y es que desde que
comenzó con las giras, asegura que se han dado momentos mágicos. “Fíjate,
cuando llegamos la segunda vez a Viena, por azares del destino, conocimos a
Mauricio, un mexicano muy emprendedor, que tiene una cadenas de restaurantes
de, en serio, verdadera comida mexicana, en donde puedes comer nopales,
tortillas, frijoles, chilaquiles… empezó hace diez años y ahora ya tiene
restaurantes en Viena y en Bratislava (capital de Eslovaquia, ex república
soviética). Sí, muy emprendedor, pero lo curioso es que sus restaurantes se
llaman Los Mexicas. Entonces, fíjate,
llegamos a tocar en Los Mexicas con el Tenoxca el año pasado, sí, se dio una
conjunción, como que estábamos destinados a encontrarnos con él”. Y hace poco
que estuvieron por tercera vez en Viena, en el Fannia live, tocada que Mauricio
organizó especialmente para el grupo, se dio lo que arriba menciono, que
Ricardo y todos los demás integrantes sintieron que espíritus mexicas estaban acompañándolos
en el concierto. “Fíjate, en Viena, está el penacho de Moctezuma, quien alguna
vez derrotó a Cortés, ¿no?, entonces, como que llegamos ahora a coordinarnos
con Los Mexicas y las energías de los
ancestrales mexicas nos llegan, ¿no?”. Le digo que puede ser que, en
efecto, como, finalmente somos energía, esté entre nosotros la de la espiritualidad
mexica, que, aunque derrotada y asesinada por los mercenarios españoles en el mundo material, quizá en otra
dimensión allí permanezca. Y es en cuestiones como dar un concierto de náhuatl
en Europa, la cuna de los imperialistas del planeta, que muy probablemente esa
energía converja.
La tercera gira comenzó
en Ámsterdam, en donde Pablo, un muy solidario y excepcionalmente amable amigo
chileno, les ha proporcionado alojamiento y los iniciales contactos, desde el
año pasado que lo conocieron, para que el Tenoxca se pudiera presentar. Este
año lo hicieron en un centro underground llamado
Pepper, administrado por una pareja
de mexicanos. Quizá por la premura, hubo alguna desorganización y se
presentaron dos conciertos al mismo tiempo. Uno, de cumbias, que es lo que
tocan los mexicanos, y el del Tenoxca. “De todos modos, a la gente le gustó
mucho cómo tocamos y se iban del otro concierto a vernos”, dice Ricardo. Allí,
recibieron la muy valiosa ayuda, en la sonorización y la grabación del
concierto, de Rubén, un muy solidario argentino que forma parte de la banda de
cumbias, junto con los mexicanos y que apreció mucho su trabajo, como así les
expresó.
Por otro amigo chileno,
Mario, se pusieron en contacto con la, digamos, colonia de chilenos de Holanda
y dieron un concierto el 11 de septiembre, en una celebración más para recordar
a Salvador Allende, valeroso presidente que, el 11 de septiembre de 1973, fue
derrocado y asesinado cobardemente por Pinochet y la CIA. “¡Estuvo muy bien ese
concierto, nos aventamos cuatro rolas y se dio una energía muy padre entre
nosotros y ellos. Y muy solidarios todos, nos compraron varios discos y
cooperaron!”. Tocaron luego del mitin informativo sobre la conmemoración, en
donde se refirió lo del cobarde asesinato tramado por la AT&T, el gigante
telefónico estadounidense, quien no podía aceptar que la industria del cobre,
que había controlado hasta el advenimiento de Allende, quien la nacionalizó,
fuera del pueblo, como afirmaba aquél. Desde entonces, Chile comenzó a ser
controlado, luego del golpe, de nuevo, por corporaciones que sólo han buscado
su beneficio. Y eso sucede ahora en Holanda, denunciaron los oradores, como en
todo el mundo, en donde priva el capitalismo salvaje, con su puñado de
corporaciones, las que controlan e imponen sus mezquinos, depredadores,
empobrecedores intereses. “Cada que veíamos un indigente, le decía a Abbi que
se diera cuenta de que son espejismos, eso de que en Europa todos están bien,
¡no es cierto!, hay muchos pobres, igual que aquí. Y la gente sobrevive con su
trabajo, viven en lugares súper minúsculos y ahí la llevan, sobreviviendo”.
Mario, luego del
concierto, les invitó unas cervezas. Y platicó con ellos cosas que resultarían
insólitas. En Holanda, desde el 2013, se comenzaron a cerrar las cárceles. Y en
el 2017, cinco más lo hicieron, debido a que, supuestamente, es muy baja la
tasa de criminalidad. En ese país, con una población de 17 millones de
personas, sólo están encarceladas 11,600, es decir, 69 por cada 100,000
habitantes (ver: https://www.independent.co.uk/news/world/europe/dutch-prisons-are-closing-because-the-country-is-so-safe-a7765521.html).
La marihuana es una
droga legalizada o tolerada en Ámsterdam. “!No me creían mis amigos que toda la
ciudad huele a mota!”, exclama Ricardo. En todos lados, dice, hay coffee shops, en donde, se pensaría, podría
uno tomarse un café, pero no es así. A uno de los que acudieron con esa
esperanza, fueron atendidos por un árabe, quien les preguntó qué iban a
ordenar, si hachís o mariguana. Y ellos le dijeron que café y el tipo volvió a
preguntar si hachís o mariguana y ellos insistieron en que querían café. Ya, de
plano, les dijo que allí no había café, que sólo vendían esas hierbas. “Esos
son los coffee shops”, dice Ricardo, con
divertido tono.
Sin embargo, como
refería antes, Mario les dijo que están llegando mafias chinas, sobre todo, a
apoderarse del comercio de otras drogas, como la cocaína o el LSD. “Nos dijo
que, por ese control, se están dando peleas entre bandas rivales y, ya, hasta cabezas han encontrado en el barrio en
donde viven, pero que la policía lo oculta, para no meter miedo, pues eso
podría ahuyentar al turismo”.
De hecho, unos días
antes de que el Tenoxca llegara a Ámsterdam, un joven de origen árabe agredió a
cuchilladas a dos turistas en el aeropuerto de Schiphol, suceso que no debió de
ser grato, pues sienta un mal antecedente de descuidos en la seguridad hacia
los viajeros. Y, de ser cierto lo que les platicó Mario, lo que confirmó su
esposa Irene, una holandesa muy amable – que ya espera su primer hijo –, haría
peligrar el clima de aparente libertad
que se goza en esa capital, si, de repente, la rivalidad entre narcotraficantes
creciera hasta volverse incontrolable. Por desgracia, en donde las drogas sean
súper negocio, al final, se dará la lucha por controlar y monopolizar la venta,
lo que, inevitablemente, genera violencia. Esperemos que no se convierta
Ámsterdam en otra Ciudad Juárez de Europa.
Platica también Ricardo
que es muy barata la comida en Holanda. “Con quince euros, vas a la tienda y
compras jugos, agua, pan, jamón… sí, muy barato todo allí, bueno, pero para sus
sueldos, porque ves cuánto cuesta la comida en México y es cara. ¡Son precios
europeos, pero con salarios mexicanos!”, exclama, divertido, con lo cual,
concuerdo. Por ejemplo, la cadena de comida rápida Subway, dice, es más barata allá que aquí y muchas cosas. Ese es el
problema, cuando ni la comida que requerimos, producimos en este secuestrado
país.
El siguiente punto de
la gira fue justamente en Viena, en donde ya es el tercer año que se presentan.
El traslado fue en autobús, lo que les llevó 19 horas. Como cruzaron Alemania,
los retenes policiacos estuvieron a la orden. “Sí, nos bajaron a todos en Múnich,
sin excepción. Y yo creí que a nosotros, por ser mexicanos, nos iban a
basculear más, pero no, eran de allí mismo, alemanes, franceses, holandeses… a
los que hasta los calzones les revisaban”, dice Ricardo, riendo. También
platica de que hubo conductores amables y unos, pésimos. Un maletero estaba
aventando las cosas de todos a las cajuelas. De plano, le dijo Ricardo al
conductor que le exigiera que no aventara las maletas, pues nadie se quejó,
aceptan esos abusos sumisamente. Qué lamentable que, al parecer, en todo
el mundo la gente sea tan pasiva en
aspectos tan sencillos como exigir que no les maltraten el equipaje.
Y en Viena, esta vez,
tocaron en el Fannia live, como ya mencioné, en donde, asegura Ricardo,
tuvieron esa experiencia de energía ancestral mexica, que los acompañó en todo
el concierto y, está convencido, durante toda la gira. Allí también hay
claroscuros, pues mientras Mauricio es bastante solidario, hay gente austriaca,
supuestos amigos, que no fueron ni siquiera a verlos tocar. “Como te digo, el
egoísmo es universal”, en lo cual, concuerdo. El Fannia live es de un
colombiano, les contó Mauricio. Curioso que latinos, como Mauricio o ese
colombiano, estén estableciendo prósperos negocios en Europa. Ya hacía falta
eso y no sólo que sean empresas europeas las que se establezcan en países
latinoamericanos, como México. Así, les hacemos que nos devuelvan algo de lo
que nos han quitado. Y que grupos que, como el Tenoxca, estén triunfando por
allá, será también otra reivindicación, en el sentido cultural, contrarrestando
los estereotipos que nos han impuesto por siglos los prepotentes europeos.
Antes del concierto en
el Fannia live, tocaron en la embajada de México en Austria. Podría pensarse
que se les daría un trato decoroso, siendo mexicanos, pues hacía algunas
semanas que Ricardo había logrado que los programaran para tocar en la “noche
mexicana”, el 15 de septiembre. “¡Ni un refresco nos dieron. A una de las
chicas que estaba encargada, supuestamente es el enlace de Morena para la
transición, sí le reclamé, que ni eso, un refresco, nos ofrecieron! Y nos dijo
Mauricio que la embajadora (Alicia Buenrostro Massieu), para nada ayuda a la
comunidad de mexicanos en Austria, nada más está de adorno y se roba el
dinero”. Enfatiza que eso lo denunciaron durante el concierto, que ni la cara
les había dado esa señora. Vergonzoso que esa sede diplomática no haya valorado
el esfuerzo del Tenoxca. “Yo, desde aquí, les pedí muchas veces que si nos
podían apoyar con el autobús de Ámsterdam a Viena, y no, siempre me dijeron que
no había dinero”. Mucha corrupción y, sobre todo, miseria y falta de valores
provocan estos problemas. Esos “embajadores”, en realidad, la mayoría, son
simples parásitos que, durante su estancia en tal o cual país, gozan de
prebendas y altos salarios. Son exilios de lujo que disfrutan a lo grande, pero
que cuando se trata de que muestren solidaridad y, sobre todo, sensibilidad con
sus connacionales, ni se molestan. Ojalá que la administración de AMLO tome en
cuenta esos aspectos, para que el personal que asigne a las embajadas posea
verdaderos valores, como la solidaridad y la valoración de personas como
Ricardo y el Tenoxca, que lo único que persiguen es la difusión de la ancestral
cultura mexica.
Y, bueno, decepciones
aparte, de Viena, los avezados guerreros mexicas del Tenoxca, marcharon a
Italia, a Livorno.
Se trasladaron en
autobús a Milano. Les cobraron 130 euros por persona, unos 2600 devaluados
pesos. Ahí se da uno cuenta en la dificultad de viajar con nuestra devaluada
moneda, sobre todo cuando, como el Tenoxca, se deben de costear sus giras. En
Milán, iban a tomar otro autobús. Y allí se dio cuenta Ricardo de los abusos
que cometen en todas partes. Al preguntar en la taquilla por el precio del
pasaje a Livorno, el empleado le indicó que eran 110 euros. Ricardo le dijo que
lo comunicaría a sus compañeros. Habrá tardado unos diez minutos, luego de que
sus compañeros estuvieron de acuerdo y, cuando regresó para comprarlos, para su
sorpresa, el pasaje ¡ya costaba 160 euros!
Al reclamar al empleado
sobre ese súbito incremento de precio, aquél le dijo que eso costaba ya y, si
quería o no, era su problema. Como afortunadamente Ricardo y Miguel ya habían
estado antes allí, sabían que hay un tren muy económico que los lleva a Livorno
por 25 euros, sólo que hay que tomar un taxi para trasladarse a la estación de
donde sale. Y eso hicieron, tomaron uno y se fueron allá, para abordarlo y dirigirse
a la última etapa de esa tercera gira.
Gracias a la
solidaridad de la gente buena que aún, por fortuna, queda en el mundo, en
Livorno fueron alojados y muy bien alimentados y bebidos por la generosa
Federica, una extremadamente amable livornesa, maestra de educación física, a
la que conocieron en Livorno, en un camión, en el 2016. Dice Ricardo que, desde
esa vez, que platicaron un rato y que, luego, en su auto, los llevó a la varias
partes para difundir su trabajo, hubo una espiritual conexión. “Sí, muy buena
onda Federica, y nos ha dicho que valora mucho lo que hacemos, estamos en la
misma sincronía”, afirma, muy convencido. Eso seguramente es así, que en
energías, ideas y pensamientos, habemos personas que pareciéramos conocernos de
toda la vida.
Allí, dieron un
concierto en un amplio centro de convenciones, Il Prato, El Prado, muy amplio,
al aire libre, organizado por una buena amiga que conocieron también hace dos
años, Martina Salcedo, amiga de Federica, muy activa, pues tiene un canal de
televisión, además de que busca y promueve a grupos de países de Latinoamérica
y África, con tal de que se conozcan otras alternativas musicales, justo como
la propuesta del Tenoxca. Recibieron el dinero de las entradas, además de la
venta de sus discos, los que ahora contenían el tercer álbum, Inin Ohtli, En el camino, que es, dice
Ricardo, en donde ahora se encuentran. Martina tiene un blog en el que se
publicó una muy favorable nota informativa sobre la actuación del Tenoxca en
Livorno (https://www.quilivorno.it/news/spettacolo-cultura/livorno-porto-musicale-da-voce-al-messico/).
“Estuvo también
excelente ese concierto, hubo más de 200 personas y muy solidarios, nos
compraron discos y dieron cooperación. De verdad que sientes la energía
positiva cuando haces un trabajo distinto, bueno, en el que te empeñas mucho
para que la gente se dé cuenta de que no improvisas, además de que dejas
siempre un mensaje”, comenta Ricardo.
El obligado regreso a
Ámsterdam fue nuevamente en autobús, uno que iba directo. “¡Veinticinco horas,
con escalas en Múnich, en donde otra vez nos revisaron a todos!”, exclama
Ricardo, pensando que quizá por eso que llaman “terrorismo”, se hayan extremado
las supuestas medidas de seguridad.
Le pregunto sobre el
clima. “Sí, hay una ola de calor, como nunca antes se había dado. En Viena,
Mauricio nos comentó que era la primera vez que hacía tanto calor, 33 grados,
estaban sorprendidos, pues en esta época ya es preinvierno, pero no, el calor impera”,
comenta. Fue ya al llegar a Múnich, de regreso, que una ventisca fría se dejó
venir repentinamente y los puso a temblar de frío. Y eso, porque las “centrales
de autobuses” parecen, dice Ricardo, paraderos de las terminales del Metro, como
Pantitlán, en donde deben los cansados y ajetreados pasajeros esperar a la
intemperie, parados sobre el camellón, el siguiente autobús en la
transferencia. “En serio que, dices, ¿esto es un país desarrollado? Estamos
mejor en México, con las centrales de autobuses, no esas pendejadas, de
verdad”, exclama. Pues sí, razono, no se creería que en esos países, en cosas
como terminales de autobuses, supuestamente internacionales, estén así de
rudimentarios.
Ya, en Ámsterdam,
tuvieron que pasar una noche y todo un día en el aeropuerto, para tomar el
vuelo de Aeroméxico, de regreso.
Al llegar al aeropuerto
de la ciudad de México, tuvieron que enfrentar la desagradable y tramposa
“revisión aduanal”, en donde el empleado encargado ya les quería cobrar
impuestos por los instrumentos que de aquí se habían llevado, que porque afirmaba
que los habían comprado allá. “Le dije que cómo iba a creer que los había
comprado en Europa, si no estoy pendejo. Y ya me dijo que, para la otra, es
mejor registrar todo lo que uno lleve, para que al regreso no pase eso. Pero
son puras mamadas. Te das cuenta como este mafioso poder que nos controla, nada
más te mete el pie, no te ayuda, pero bien que te jode”.
Sobre sus planes para
la siguiente gira, dice Ricardo que espera que ya haya patrocinadores o managers interesados en el proyecto.
“Mira, que, al menos, nos paguen todos los viáticos, transporte y hospedaje.
Porque, sí nos fue bien, cubrimos todos
nuestros gastos con lo que ganamos por allá, unos mil doscientos euros
(unos 24 mil pesos). Pero no se va a tratar de eso siempre, sino de que valoren
tu trabajo y lo paguen. Ya basta de que, encima de que eres artista, tengas que
pagar por actuar”, enfatiza.
Y dejarse llevar. “A ver a dónde te lleva el payaso”, agrega,
sonriendo.
Le pregunto que qué
tiene que ver el payaso. “Sí, bueno, es un simbolismo, el payaso, el malo, así
como en It (se refiere al personaje
de la película del mismo nombre, basada en una obra de Stephen King, un payaso
diabólico), no sabes a dónde te llevará”.
Estoy seguro, le digo,
que a un cercano, merecido triunfo.
Contacto: studillac@hotmsail.com