Calentamiento global, imperio agrícola y sequía en
California
por Adán Salgado Andrade
El antropoceno, como se ha dado en nombrar a la presente era, es la
destructiva capacidad del hombre para alterar las condiciones climatológicas
del planeta. La más aguda consecuencia es el calentamiento global, provocado
por los miles de millones de gases producidos por la combustión y otros
procesos industriales, lanzados a la atmósfera, como el bióxido de carbono,
monóxido de carbono, metano, ozono… y varios más, que crean una pantalla, similar
a la capa que emplean los invernaderos para mantener calientes a las plantas
que se cultivan dentro. Por ello la denominación de “gases efecto invernadero”.
El calentamiento planetario está provocando alteraciones climáticas de
forma tan acelerada, que rebasa ya cualquier tipo de análisis y pronósticos
científicos. El calentamiento global ya es un grave hecho, y se agudiza muy
rápidamente, a grado tal que ya está resultando un muy lucrativo negocio para
decenas de empresas que, cínicas, lo aceptan, y prefieren sacar todas las
ventajas posibles que les pueda redituar, claro, mientras puedan y sus efectos
no las alcancen y destruyan también a ellas (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2014/03/el-muy-lucrativo-calentamiento-global.html).
Aun así, hay pseudocientíficos que niegan tal calentamiento o, si lo
aceptan, que sea obra de las acciones del ser humano. Hasta “políticos” de poca
monta, como Donald Trump, lo niegan. Este racista, ignorante WASP (White Anglo Saxon Protestant, como se
denomina a los estadounidenses que se creen lo más puro y auténtico de Estados
Unidos, entre los que se encuentran los supremacistas cazailegales), llegó al
extremo, en su negación de que el calentamiento global se deba a causas
humanas, de limitar y desmantelar las investigaciones y acciones de la EPA, la
agencia gubernamental de protección ambiental de Estados Unidos (EU), a la que
recortó severamente su presupuesto y que al frente de la cual, puso a Scott
Pruitt, acérrimo negador de que el calentamiento global, si existe, se deba a
la acción humana (ver: http://www.cosmopolitan.com/politics/a8542472/scott-pruitt-donald-trump-environmental-protection-agency/).
Se reporta que el año 2016 ha sido el más caluroso de la historia
reciente, con referencia al ya lejano 1880. Pero científicos afirman que la última
vez que el planeta estuvo así de caliente fue en la prehistoria, hace 115,000
años y que durante 4 millones de años, no habíamos tenido tanto bióxido de
carbono en la atmósfera, como en la actualidad. Aunque las altas temperaturas
registradas en el 2016 tuvieron que ver con el Niño, el fenómeno climatológico
que tiende a incrementarlas, la mayor parte del calor extra fue debido a la
acción humana. Lo peor es que es tan grave el calentamiento, que está rebasando
toda capacidad de análisis y muchos problemas que, se esperaba, se dieran
después del 2050 o hasta el 2100, por lo menos, ya están ocurriendo, y muy
aceleradamente (ver: https://www.theguardian.com/environment/2017/mar/21/record-breaking-climate-change-world-uncharted-territory?utm_source=esp&utm_medium=Email&utm_campaign=GU+Today+main+NEW+H+categories&utm_term=218243&subid=21873428&CMP=EMCNEWEML6619I2).
Sin embargo, los negadores del calentamiento planetario, no pueden
ocultar el daño ocasionado, sobre todo, en las condiciones climáticas extremas
que tal problema está ocasionando. Por ejemplo, la Antártica, que hasta no hace
mucho tenía temperaturas promedio bajo cero todo el año, en el 2015,
promediaron 17.5 ° C, más propias de clima
mediterráneo (ver: http://www.zmescience.com/ecology/climate/temperatures-antarctica-global-warming-02032017/?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+zmescience+%28ZME+Science%29).
Eso está provocando que el llamado permahielo,
la capa más profunda y dura del hielo que es la base de esa región se esté
derritiendo aceleradamente, lo que provocará deshielos que subirán el nivel del
mar en todo el planeta, a unos seis o siete metros, en promedio, lo cual
barrerá las zonas costeras (son dramáticas las fotos de grandes icebergs
flotando en el océano, derritiéndose o que en pedazos de hielo viajen osos
polares, pues su hábitat natural ya es muy caliente para ellos).
Peor aún, pues resulta que también el permahielo de regiones tales como
Siberia, en el norte de Rusia, está resintiendo rápidamente el calentamiento.
En junio del 2016, esta región llegó a temperaturas de hasta 35°C, lo que es tan extremo, que ha comenzado a
derretir el permahielo de aquélla. Recientemente se han detectado alrededor de
7000 burbujas formadas debajo del suelo, debido al metano liberado por la
exposición de un depósito de esquisto, que por millones de años estuvo
sepultado allí y que ahora se está está soltando. El metano es 30 veces más
capaz que el bióxido de carbono para atrapar el calor, además de que por tal
calentamiento, por un grado centígrado que suba la temperatura, la cantidad de
metano liberado del permahielo y las tierras húmedas, subirá con creces. Es
decir, será un círculo vicioso que se irá agudizando y que una vez iniciado, no
acabará, hasta que la totalidad de metano se libere y los daños atmosféricos
sean brutalmente irreversibles (ver: http://www.zmescience.com/ecology/climate/7000-huge-gas-bubbles-formed-siberia-burst-moment/?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+zmescience+%28ZME+Science%29).
Pero no sólo en regiones “remotas” del planeta se están manifestando los
trastornos climáticos, sino que ya muchos países, los vivimos en este momento.
Por ejemplo, muchos estados del país, están sufriendo sequías, algunas que
están por cumplir un año o más. Otros países, experimentan tormentosas lluvias,
que provocan severas inundaciones y desgajamientos de cerros o hundimientos,
los que provocan fuertes daños materiales y víctimas.
Sin embargo, hay lugares en donde la sequía ya ha durado años, como en
California, estado de EU que concentra buena parte de las actividades
agropecuarias de ese país. Por fortuna, las recientes lluvias y tormentas
invernales, llevaron al gobernador Jerry Brown a declarar el “fin de la
sequía”. Sin embargo, es sólo por ahora, que tanto lluvias, así como tormentas
invernales fueron excepcionales. Las sequías regresarán y cada vez serán más
largas (ver: https://ca.water.usgs.gov/data/drought/).
La mayor parte de las presas de la región estuvieron en mínimos
históricos o casi se habían secado, por lo que se impusieron estrictas medidas
rígidas para racionar el agua, sobre todo, domésticas. Pero, por ahora, todo ha
vuelto a la “normalidad” (ver: http://gizmodo.com/look-at-the-profound-difference-between-californias-dro-1794335536).
Sin embargo, hay empresas que no se han afectado, ni aun por la pasada
severa sequía. Y una de ellas es Wonderful
Company, emporio agrícola que, a pesar de la frecuente falta de agua, ha
crecido, hasta consolidarse como la principal empresa de la región. Propiedad
de Stewart y Lynda Resnick, inició sus operaciones cuando la feliz pareja adquirió 1012 hectáreas de
naranjos en el condado de Kern, en California. Son los clásicos empresarios selfmade, o sea, que gracias a sus
“propios y destacables esfuerzos”, han hecho su imperio y su fortuna. La
revista digital Mother Jones publicó un reciente reportaje sobre el emporio de
los Resnicks (ver: http://www.motherjones.com/environment/2016/04/lynda-stewart-resnick-california-water).
Lynda, en sus inicios, fue publicista, en tanto que Stewart fundó una
empresa de mantenimiento y limpieza de edificios. El dinero y las habilidades
adquiridas en esos tempranos negocios, han permitido a Wonderful Company expandirse hasta los niveles a los que actualmente
ha llegado, tanto en riqueza, así como de la monumental cantidad que sus
actividades implican. Sus ventas anuales son de 1500 millones de dólares (mdd)
y su valor comercial es de 4800 mdd. Y el agua que emplea tan sólo para sus
siembras de cereales supera al agua consumida por todos los hogares de Los
Ángeles.
La empresa se dedica a cultivar pistaches, granadas, cítricos,
almendras, frutos y los mencionados cereales. Gracias a las habilidades
publicitarias de Lynda, se han impuesto hábitos, como el del alto consumo de
pistaches, de los que la empresa es líder en producción, y para los cuales,
emplea 150 millones de metros cúbicos (mmc) anualmente. Como comparación, los
hogares de San Francisco sólo consumen 50 mmc al año. Para cosechar las
granadas, se emplean 30 mmc, lo que rebasa por mucho el agua empleada en las
albercas de Los Ángeles, que ya es mucho decir, las que montan 5 mmc. La
producción de almendras usa 180 mmc al año. Pero lo que se lleva el consumo más
brutal de agua es el de las siembras de cereales, del orden de 450 mmc anuales,
que supera, como señalé, el consumo de agua de todos los hogares angelinos, que
es de 410 mmc. El agua dulce, siendo cada vez más necesaria y masivamente
empleada, sobre todo por agricultura e industria, es un preciado bien cada vez
más escaso (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2008/10/el-agua-dulce-cada-vez-ms-demandada-y.html).
Bueno, de por sí que el llamado Valle Central de California, aunque
goza de buenas tierras, no es precisamente, húmedo y lluvioso. Es, más bien, seco,
obteniendo un 20% de su agua, de obras hidráulicas que la llevan desde el delta
del río San Joaquín, cuerpo hidrológico que está en la parte noroccidental del
estado. Sin embargo, por la severa sequía, autoridades del Valle Central habían
ordenado eliminar esa dotación, con tal de conservar el agua.
Y es que tantas actividades agrícolas desarrolladas en una región seca,
absurdo, de por sí, demandan crecientes, gigantescos volúmenes del vital
líquido.
La “solución”, durante las sequías, ha sido la sobreexplotación de los
acuíferos, de los que el estado extrae alrededor de 7 kilómetros cúbicos de
agua anualmente, suficiente para cubrir las necesidades de todos los hogares de
Texas. Tanta sobreexplotación del agua subterránea, está ocasionando
hundimientos de tierras, los que afectan a estructuras civiles, como puentes o
hasta los canales de riego, los que trabajan mediante gravedad y ya tienden a
estancarse (justo lo que está sucediendo con la ciudad de México, que se está
hundiendo, por la sobreexplotación de los acuíferos). Además, la recarga de
tales acuíferos lleva años, por lo que, en futuras sequías, no serán la
solución.
Esta increíble cantidad de agua, debería de ser una razón para que se
repensara qué tanto es fiable que en la región del Valle Central, la más
fértil, pero la más seca de California, se siga desarrollando la agricultura
masiva, como la de los Resnicks y de miles de granjeros, quienes consideran vital el cultivo de snakcs, pero no es así. Las cosechas de pistaches, nueces,
cacahuates y otras golosinas para matar
la gula, en lugar de disminuir, han crecido. Y es que sembrar 4000 metros cuadrados,
equivalentes a un acre, de pistache, rinde una ganancia de 3519 dólares, 4
veces más que lo que deja sembrar jitomate o 18 más, que sembrar algodón. De
hecho, el pistache está entre las 10 golosinas saladas preferidas por los
estadounidenses. Por eso han incrementado su demanda. E igualmente, porque
Lynda, gracias a sus cualidades publicitarias, ha sabido cómo comercializar sus
productos. La fábrica para procesar pistaches de los Resnicks, ubicada en la
localidad de Lost Hills, es la mayor
del mundo.
Por tal razón, la producción de almendra se ha incrementado en la
última década en 47%. Y la de pistache, se ha duplicado. No sólo eso, sino que
cosechas de todo tipo, como aguacates, naranjas, manzanas, han crecido también.
Y con ello, evidentemente, el empleo masivo del agua, un preciado bien cada vez
más peleado y demandado.
Por desgracia, como se da prioridad a los residentes más antiguos,
muchos granjeros no han sido restringidos en su derecho a grandes cantidades de
agua, sobre todo los que crían ganado, por ejemplo. Por ello es que, mientras
varios de ellos emplean agua sin restricciones, habitantes de pueblos tales
como Okieville e East Porterville deben de surtirse de agua con camiones tanque
y bañarse a cubetadas (como lo que siempre ha sucedido en Iztapalapa, por
ejemplo, mientras que el sur de la ciudad, siempre ha contado con abundante
agua).
Por si fuera poco, como el acuífero del que se surten los Resnicks,
cuando se recarga por la nieve de las épocas invernales, tiene agua en exceso o
simplemente porque la “muy precavida” pareja compra agua del norte del estado,
puede “cosechar” también el vital líquido, es decir, que lo revende al estado,
para que lo distribuya a los granjeros con problemas en época de secas, como la
pasada. Es muy buen negocio la venta de agua para los Resnicks, pues la
adquieren a 28 dólares 1233 m³ de agua (el
equivalente a un acre-pie), pero revenden en 196 dólares el mismo volumen. O
sea, siete veces más de lo que pagan. Tal mezquina operación les dejó otros 30
mdd recientemente.
Pero no termina allí su influencia como empresa y entre los políticos
de la región. Actualmente están apoyando una costosa iniciativa del gobernador
Jerry Brown, quien tiene en mente construir dos túneles de 12 metros de
diámetro cada uno a un costo de 15,000 millones de dólares la obra, para llevar
más agua del río Sacramento al Valle Central. Muchos ambientalistas están en
contra de la enorme obra, que bombearía ¡304.5 m³! por
segundo de agua (casi seis veces lo que entrega el Sistema Cutzamala a la
ciudad de México). Eso, según Brown, para no seguir haciendo que el esperlano,
una especie de pez, propio del delta del río San Joaquín, siga peligrando por
el bombeo, además de por la seguridad hidráulica de la región.
Los Resnicks han sabido vender la idea, costeando una campaña que
advierte que la infraestructura hidráulica del estado es muy vieja y que si se
diera un fuerte temblor, el peligro de que se quedaran sin agua muchas ciudades
y regiones sería muy alto, así que “apoyemos el proyecto de Brown. Arreglemos
el sistema”, exhorta un comercial televisivo. Y dada la dominación paranoica,
tan típica con que se dominan a los estadounidenses, al parecer, está dando
resultado.
Sin embargo, eso será como excavar un agujero, para tapar otro, en unos
pocos años.
Claro que la pareja presume de obras altruistas y de caridad, como
donaciones a escuelas, centros de capacitación para sus trabajadores y así.
Además de sus permanentes “donaciones” a campañas presidenciales y
gubernamentales, lo que les ha dado mucha influencia política, como para hacer
constantemente de las suyas, sobre todo cuidar de que sus cultivos tengan
suficiente agua, no sólo para mantenerse, sino para aumentar la producción de
pistache otro 40% para el 2020, como pomposamente ha declarado Stewart.
Pero cabría preguntarse ¿a qué costo? A ir dejando sin agua a más y más
gente y a más regiones de su país y del planeta, con tal de asegurar sus
crecientes ganancias, estar dentro del 1% de la más rica población del orbe y
compartir sus privilegios.
Mientras ellos se expanden, existen granjeros en California que deben
de conformarse con el agua de las lluvias, la de temporal, la que han dado en
llamar “el agua de Dios”. Se refieren a las escasas precipitaciones pluviales
que caen en el Valle Central, entre 12 y 41 centímetros anuales, que apenas son
la quinta parte de lo que requiere una cosecha de pistache o de almendra para
darse. Para siembras como maíz o trigo, sirven, u otras que requieran menos
agua. Pero en los cuatro años que no llovió, muchos de tales granjeros se vieron
obligados a vender sus tierras, pues Dios, no siempre es benévolo, ni con la
poca agua que da cada año.
Quizá sea un castigo divino global, en vista de que depredamos a
mansalva a este pobre planeta.
Contacto: studillac@hotmail.com