Activista ambiental inglesa fue condenada a 4 años de cárcel por protesta pacífica
Por Adán Salgado Andrade
Los activistas del mundo, sean de derechos humanos, contra las guerras, a favor de los refugiados o ambientales, están expuestos a todo tipo de vejaciones, humillaciones o hasta a ser asesinados. Entre el 2012 y el 2023, más de 2,100 han sido asesinados en el mundo. En el 2023, 196 que defendían tierras nativas o el medio ambiente, fueron asesinados. En Colombia, en el 2024, fueron asesinados 79, el más alto número, seguida de Brasil, con 25, México (en donde también se asesinan a periodistas honestos que denuncian ecocidios o matanzas), con 18, y Honduras, con igual número, 18 (ver: https://reliefweb.int/report/world/global-witness-2023-2024-annual-report-missing-voices-violent-erasure-land-and-environmental-defenders-worldwide-enpt).
Y cuando no los asesinan, los tratan como peligrosos criminales, como sucedió con la activista ambiental inglesa Louise Lancaster, perteneciente a la organización Just Stop Oil (Ya paren el petróleo, que busca que se suspenda definitivamente el empleo de combustibles fósiles, los principales causantes de la catástrofe climática que vivimos), sentenciada a 4 años de prisión. Su “crimen” fue que en el 2022, en una protesta pacífica, bloquearon otros miembros y ella, la autopista M25. El juez la acusó y a otras cuatro de “ser fanáticas que no se interesan por los derechos de sus conciudadanos al bloquearles el paso”. Ese juez le pidió al fiscal que ignorara la evidencia de la emergencia climática y “no se nos permitió hablar a profundidad de la catástrofe climática por la cual defendimos nuestras acciones”.
Eso lo platica Lancaster en un artículo de The Guardian, titulado “Fui encarcelada por cuatro años debido a una protesta pacífica. Este es mi diario desde la prisión”, quien agrega como subtítulo que “era una de un grupo de activistas de Just Stop Oil, a quienes nos dieron las más largas sentencias sólo por protestar pacíficamente, bloqueando una autopista. A seis meses de mi encarcelamiento, esto es lo que he aprendido” (ver: https://www.theguardian.com/environment/2025/jan/25/just-stop-oil-jailed-four-years-non-violent-climate-protest-prison-diary).
Narra Lancaster cómo en un arbitrario juicio, sin mucho sustento, a sus compañeras y a ella las sentenciaron a 4 años de prisión y al fundador de Extinction Rebellion y de Just Stop Oil, Roger Hallam, cinco”. “No podíamos creer que las sentencias fueran tan duras, sólo por protestas pacíficas, a favor de que se cuide el medio ambiente”, dice Lancaster, quien a sus 58 años, tiene un combativo espíritu, que la llevó a integrarse a esa organización y a protestar.
Lamentablemente, los poderes fácticos nos dominan, sobre todo los que siguen fomentando el empleo indiscriminado de combustibles fósiles, además de que continúan imponiendo cuestionables tecnologías para nuestro “beneficio”, que requieren más y más electricidad, como la Inteligencia Artificial, IA, que está incrementando exponencialmente el empleo de aquélla. Una pregunta al ChatGPT, por ejemplo, requiere cien veces más electricidad que una a un buscador convencional como Google (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2024/07/google-ha-incrementado-50-su-consumo.html).
Lamenta lo que le sucedió, pues es un duro rompimiento con su familia y amigos, “quienes, en todo momento, me han dado su apoyo”. El colmo es que a personas que le fueron a dar su apoyo, plantándose frente al juzgado, con pancartas exigiendo su liberación, también las arrestaron.
Y eso que ya están en el poder los Laboristas, liderados por Keir Starmer, más “liberales”, lo cual comprueba que todas las mafias en el poder son iguales y únicamente protegen los intereses de los grupos dominantes, como las petroleras. Menciona Lancaster que un observador de la ONU, Michel Forst, declaró que sus sentencias “no eran aceptables en una democracia” (ver: https://www.theguardian.com/environment/article/2024/jul/19/not-acceptable-un-expert-condemns-sentences-given-to-just-stop-oil-activists).
Con toda razón Forst hizo tal declaración, pues ni aquí, en donde son frecuentes las protestas, acompañadas de bloqueos o hasta destrucción de instalaciones (como las hechas durante las protestas de feministas radicales, que hasta han destruido mobiliario del Metro), se les encarcela. Y si se hace, se les imponen fianzas o multas a los manifestantes y son liberados.
Estivo primero en la prisión HMP Bronzefield, en donde muchos de los detenidos aguardan ser sentenciados. “Muchos de ellos serán declarados inocentes, pero aun así deben de esperar en la cárcel por mucho tiempo, ansiosos, sin saber cuándo será la fecha de su juicio. Es un sistema brutal. Al conocer a más mujeres y escuchar sus historias, me pregunto: ¿quién está ayudando a encarcelar a personas no violentas, de bajo riesgo, incluso antes de que sean juzgadas?”, se pregunta Lancaster.
Los poderes dominantes, sin duda alguna, los que por siglos han impuesto sus intereses, por sobre todos los demás. Las petroleras sabían desde los años 1970’s, la catástrofe climática que se iba a ocasionar, la que estamos viviendo, si seguía empleándose crecientemente el petróleo como energía (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/09/las-mafiosas-empresas-petroleras.html).
Y en todos lados es lo mismo, gente inocente está encarcelada, en tanto que verdaderos criminales, gozan de libertad, sobre todo porque jueces corruptos se las brindan, a cambio de bastante dinero. Es el caso, por ejemplo, de María Fernanda Turrent, veracruzana encarcelada porque se quejó de los malos tratos de su marido, un influyente empresario que compró a jueces corruptos y que ahora se muestra como la “víctima”, pues Turrent se llevó a sus hijos, cuando lo dejó y eso, dice el “ofendido” es un delito. Por fortuna, ya la soltaron (ver: https://www.jornada.com.mx/2025/01/27/politica/014n1pol).
Se queja Lancaster de lo reducido que están las celdas en la prisión en donde primero estuvo, Bronzefield, que deben de compartir con otras personas “se lleven bien o no”. En su caso, Sue, su compañera de celda, resultó ser muy agradable y afín a sus ideas.
De hecho, buena parte de las prisiones inglesas se encuentran en mal estado, con instalaciones saturadas, infectas y carentes de servicios, como baños adecuados. Y eso que son de ”primer mundo” (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2023/09/las-infectas-violentas-saturadas.html).
También platica el rigor con que se les trata cuando gozan de prisión domiciliaria, “que si pierden una cita, se les obliga a regresar a prisión. Anne, una compañera, no asistió a una cita con el oficial de libertad condicional, pues estaba enferma. Y otra, de 77 años, también se le obligó a regresar a prisión, pues sus muñecas eran muy pequeñas para llevar un brazalete electrónico de vigilancia”.
¡Absurdo que por perder una cita por enfermedad o porque se tengan muñecas pequeñas, se les obligue a regresar a la prisión!
Lancaster dice que es necesario que trabajen, para ganar dinero para conseguir cosas adicionales, como enseres del baño, provisiones extras de alimentos o para hacer llamadas telefónicas, “en donde fácil se gasta una lo del salario de una semana, que es de unas 15 libras, realizando trabajos de una a tres horas por día, que son pagados entre 50 centavos y 3 libras”.
Y eso es común en todas las prisiones del mundo, que los internos tengan que trabajar para vivir menos miserablemente (en las cárceles mexicanas hasta para no dormir en el piso, los presos deben de pagar o para conseguir drogas, que son muy demandadas allí, probablemente para perderse de esa denigrante realidad).
Como no tienen internet, deben de ver los pocos canales de TV permitidos o los de la radio y algunos periódicos. “Pudimos enterarnos Sue y yo de los terribles asesinatos de tres niñas por un adolescente (el caso del hijo de inmigrantes ruandeses, Axel Rudakubana, quien por falta de adecuada atención psicológica y hostigamiento escolar, acuchilló a tres niñas que tomaban una clase de baile) y también de las racistas protestas que siguieron. Y también de que Donald Trump había ganado en Estados Unidos, a pesar de ser un criminal y de su perorata de ‘perfora, baby, perfora’, que nos desalentó, pues la catástrofe climática empeorará”.
En efecto, si en Estados Unidos ciudadanos “conscientes” eligieron a un criminal (que ya hasta ordenó que se despidieran los empleados del Departamento de Justicia que actuaron en su contra), ¿qué se puede esperar que vaya a suceder en otros países? Porque la derecha y el conservadurismo están regresando, peligrosamente, y Trump puede ser un excelente mal ejemplo para otros personajes nefastos con poder o que lo busquen.
Y en cuanto a que insiste aquél en que la catástrofe climática no existe, que es una tontería y que va a permitir nuevamente que las energías fósiles se amplíen en Estados Unidos, implicará, en efecto, que las consecuencias que ya sufrimos de un planeta muy devastado y contaminado, empeorarán.
Luego Lancaster fue trasladada a otra prisión, la HMP Send, que “se siente más como una comunidad, con más oportunidades de hacer cosas al aire libre, como hacer ejercicio, correr o aprender algún oficio”. Allí conoció a Dawn, sentenciada a 20 años de prisión porque cometió un asesinato bajo circunstancias de perturbación mental y “capacidades disminuidas”, que aunque pudieron ser un atenuante en la corte, no se usaron y se le condenó. “Podría apelar la dura sentencia, pero eso cuesta mucho dinero. Tendría Dawn que vender su casa para hacerlo y dejaría sin hogar a sus hijos. La ley favorece a los ricos, a gente con suficiente dinero para pagar y saltarse al sistema”
Si, muchas veces, problemas mentales llevan a eso, aunque en Estados Unidos, se abusa, con tal de que un convicto evite ser ejecutado, si cometió, por ejemplo, un tiroteo. De todos modos, alguien que asesina a mansalva a varias personas, no está bien de la cabeza.
Pero las prisioneras con las que convive Lancaster, dice que son mujeres abusadas por sus esposos, encarceladas injustamente “por un sistema ‘legal’ que castiga a la pobreza”.
En Send, Lancaster tuvo la oportunidad de aspirar a una categoría más alta (enhancement), que les da algunas libertades adicionales, como más visitas mensuales (4, en lugar de 3), mejores sitios de estancia y más tiempo al aire libre. “Me lo ofrecieron inmediatamente cuando llegué, siendo que muchas deben de esperar años para conseguir esa categoría. Decidí no aceptar, para que otras tuvieran oportunidad de hacerlo. Al parecer, cuando se es blanca y de clase media, se le favorece más a una”.
Señala Lancaster que cuesta “adaptarse” a vivir en la cárcel. “Platico con las compañeras, trabajo y así. Lo que más disfruto son las visitas, los abrazos, el contacto físico. Eso me retroalimenta mucho, sobre todo al saber que estaré mucho tiempo aquí”.
En efecto, debe de ser brutal ser encarcelado y, peor, por una tontería, que demuestra el poder que tienen los mencionados poderes fácticos, como las petroleras, pues nadie debe de protestar por todo el daño que han ocasionado al planeta por décadas. Seguramente Lancaster, cuando fue a protestar bloqueando la vía, no imaginó que la fueran a encerrar cuatro años. De súbito, todos sus planes, sus actividades, sus relaciones familiares y amistosas… ¡todo se truncó!
Diciembre del 2024 llegó y con él, la Navidad, “que nos sirvieron exactamente el mismo menú, excepto que en el 25, se nos ofreció un platillo vegano. Por fortuna tenía una barra de chocolate que había comprado en Bronzefield, con el dinero de mi trabajo y que estuve guardando. Pude disfrutarla”.
Le molesta que haya tratado de distraerlas el sacerdote con manualidades propias de niños de primaria, “dándonos trato de estúpidas”.
Y no les queda a todas las prisioneras, más que aceptar su condición y tratar de que se les haga justicia, en el caso de las inocentes. “Muchas me elogian porque soy una activista ambiental y que no es justo que por proteger al planeta, me hayan encarcelado”.
“A mi´, lo que me motiva, es una frase escrita en un pedazo de cartón, pegada en la puerta de mi celda, que dice ‘el secreto del cambio es enfocar toda tu energía, no en luchar por el pasado, sino para construir lo nuevo’. La miro todos los días, tengo esperanzas, resisto y creo en un cambio radical para el siguiente año” .
Claro, de algo se tiene que colgar Lancaster, de frases “motivacionales”.
Pero si su pasado fue vivir en libertad, por supuesto que debe de seguir luchando por ella.
Es muy fácil hablar de lo “nuevo” para los que hicieron esa frase, estando en libertad.
La verdad es que estar encarcelado acaba con todo.
Y excepto a los que realmente lo merezcan, es algo que no se le desea a nadie.
Contacto: studillac@hotmail.com