jueves, 3 de junio de 2021

En un campo de refugiados de Siria, a los niños, les enseñan a honrar al Estado Islámico

En un campo de refugiados de Siria, a los niños, les enseñan a honrar al Estado Islámico

por Adán Salgado Andrade

 

El supuestamente derrotado Estado Islámico, EI, una aberración alentada por la CIA – es un remanente de Al Qaeda, cuyo dirigente, Osama bin Laden, fue financiado por esa agencia, para derrotar a los soviéticos, cuando éstos dominaban Afganistán –, fue desbandado y cientos de sus aniquilados miembros, dejaron a sus familias, esposas e hijos, desamparados. A todos esos huérfanos o viudas, los tienen viviendo en un campo de refugiados en el noroeste de Siria, en al-Hol, un desértico sitio, sin ninguna vegetación, sin agua, en donde más de 50,000 personas, entre iraquís y sirios, 20,000 de ellas, niños, languidecen, casi a su suerte, pues escasa ayuda se les da, fuera de lo poco que la UNESCO les brinda. La administración kurda, que se encarga del lugar, “dice que no tiene recursos para mantener y vigilar el sitio”.

Es lo que expone el artículo de Associated Press “En un campo de refugiados en Siria, olvidados niños son enseñados a respetar la ideología del EI”, firmado por Hogir Al Abdo y Bassem Mroue (ver: https://apnews.com/article/islamic-state-group-united-nations-syria-middle-east-ef4113e4ec925db452ea82d368e6e4f4).

Varias iniciales fotos muestran a decenas de niños viviendo en tales condiciones, en una especie de ciudad perdida, que consta de improvisadas “viviendas”, hechas de mantas, sostenidas con láminas y palos, afianzadas al suelo con lazos, todo muy rudimentario, muy sucio. Como no se ve que llueva allí, pues no hace falta que estén tan protegidas. Los reporteros, al visitar el campo, comentan que varios de esos chicos, de no más de diez años, les aventaban pedradas, los insultaban, les gritaban “infieles”, los amenazaban con rotas espadas, les hacían con el dedo índice, la señal de que los degollarían y así, en una clara evidencia de lo que sus madres les enseñan: a honrar los violentos y sádicos métodos de “control” que el EI ejercía – o latentemente ejerce –, para imponer su poder.

Algunos niños o niñas, sobre todo, quizá más inocentes y no adoctrinados todavía por la violencia, se ven sonriendo, columpiándose dentro de “parques”, en donde lo único que los identifica como tales, es una barda de concreto con mallas, una portería de fútbol y un solitario columpio.

“Los vamos a matar porque son infieles. Ustedes son enemigos de Dios. Somos el Estado Islámico. Ustedes son el demonio y los mataré con un cuchillo. Los volaré en pedazos con una granada”, les gritó un niño, “de no más de diez años”.

Da escalofrío imaginar qué será ese niño en unos diez años, pues de reactivarse el EI, como varios analistas especulan, podría ser uno de sus muchos miembros, de “nueva generación”, y muy probablemente, al ser adoctrinado desde tan temprana edad, un mucho más temible, violento, asesino. Ese temible, enajenado grupo de mercenarios, que trascendió fronteras, llegó a cometer atrocidades tan deleznables, como la de transmitir, en YouTube, ejecuciones de prisioneros, a los que golpeaban inmisericordemente, rociaban con gasolina y les prendían fuego, con lujo de demencial gráfica violencia. Las películas de terror, se quedaban cortas ante tanta horrible atrocidad.

Así que, imaginen, si esos son los “valores” que les están inculcando a niños de diez años o menos, los convertirán en asesinos autómatas, sin sensibilidad, sin valores, intolerantes, sin el obligado respeto por la vida humana.

Pero ahí están, a su suerte y la de sus familias.

Los reporteros, debieron de ser acompañados en su inspección del campo por guardias kurdos, pues pudieron haber sido agredidos por niños que se agolpaban a su alrededor, en espera de una oportunidad para apedrearlos o hacerles daño. Si eso hacen ahora, como señalo antes, qué harán en diez años.

Además, no sólo será la indoctrinación del EI, la que los vaya deformando, sino que al crecer en un ambiente tan miserable, en cuanto a la pobreza que viven, habitando chozas de lámina y mantas, sin escuelas, sin parques deportivos, sin juguetes… en fin, sin lo que un niño requiere para tener una niñez normal, constructiva, sensible, artística, repito, esos niños están condenados a un incierto, pero, eso sí, muy violento futuro.

Dicen los reporteros que “pocos saben leer o escribir. Se la pasan vagando todos los días entre calles de tierra, jugando con espadas de juguete y banderas negras, imitando a los militantes del Estado Islámico. Algunos, la única educación que reciben, es la de sus madres, enseñándoles propaganda del EI”.

Señalan que dentro del campo, “todavía hay simpatizantes operando, con células latentes desplegadas por toda Siria nororiental, que siguen sosteniendo una insurgencia de bajo perfil, esperando la oportunidad para revivir”.

Y esas condiciones, se están dando. Simplemente, el hecho de que Estados Unidos se va a retirar de Afganistán en septiembre de este año, permitirá que se reconformen los talibanes y el EI, muy ligado a esos intolerantes “amantes de Alá” (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/05/eeuu-abandona-afganistan-dejando-caos.html).

Por ello es que las autoridades kurdas, las que tienen el control de esa parte de Siria, piden que sean repatriados todos los refugiados que están allí, incluyendo a sirios desplazados de sus lugares de origen, “pero pocos de los países a los que pertenecen tantos refugiados, están tomando acciones para retornarlos”.

Sonia Khush, directora de la organización siria Salvemos a los Niños, citada por los reporteros, dice que “los niños, son las primeras víctimas del EI. Un niño de cuatro años, no tiene ideología. Necesita que lo protejan y que le enseñen. Esos campos, no son para que niños viven o crezcan. No les permiten aprender, socializar o ser niños. No les permiten aliviar todas las penas por las que han pasado”.

Como ya mencioné, es triste y es cierto lo que señala Khush, pues en medio de tanta pobreza, tanta violencia, se están creando a miles de resentidos, que buscarán un desquite por la vida tan dura que hayan llevado. Y si eso pueden lograrlo siendo mercenarios del EI, que todavía les retroalimenta más esos resentimientos, lo harán, sin lugar a duda. Además, si con eso pueden vivir, que sea como un “empleo”, pues más se incorporarán a sus filas en unos años.

Serán como los niños sicarios en México, que se unen a las bandas de narcotraficantes, tanto por necesidad, por la pobreza en que viven, así como por los deseos de ser ricos y famosos, una especie de Caro Quintero o el Chapo (ver: https://www.redalyc.org/pdf/325/32531428002.pdf).

En el campo, “las condiciones son duras. Varias familias viven apiñadas, hay pocas unidades médicas, el acceso al agua limpia y drenaje es limitado. Las viviendas se inundan en invierno y se han ocasionado incendios, debidos a las estufas de gas que se usan para cocinar. Y en una sección separada, muy vigilada, viven otras 2,000 mujeres, de unos 57 países, consideradas las más acérrimas apoyadoras del EI, junto con sus niños, que son 8,000”.

Y es que el EI llegó a tener tanta fama, que hasta gente de países como Estados Unidos, se unió a sus filas (ver: https://www.theatlantic.com/magazine/archive/2017/03/the-american-leader-in-the-islamic-state/510872/).

No sólo los niños, sino algunas de sus madres, están seguras de que el EI “perseverará”, como les gritó una de ellas a los reporteros. Están seguras de que el “califato” del EI regresará, sembrando el terror y la destrucción que ocasionó cuando estaba activo. Vaya nivel de enajenación de esas mujeres.

Pero otras, no comparten esa idea. Como una mujer que hablaba ruso, que les dijo que temía por el futuro de sus hijos, los que “deben de aprender a leer, a contar, queremos irnos a casa, para que ellos tengan un futuro”. Les contó que su esposo estaba muerto, pero no les dijo porqué. Seguramente fue un militante del EI.

Los administradores del sitio, han sugerido que se instalen escuelas, parques deportivos y otras cosas esenciales, pero nadie les hace caso. “Las pocas escuelas que se instalaron, por la ONU, tuvieron que cerrarse por la pandemia”. De todos modos, no creo que les importen tanto, como para hacer un buen esfuerzo y rescatar a todas esas mujeres y sus hijos de la ignominia, que la indiferencia mundial, incrementa.

Lo lamentable es que los infiltrados del EI, siguen haciendo de las suyas, asesinando a quien no esté de acuerdo con sus “ideales” o que se comporte contrariamente al “islam”. “Una mujer siria, que había abandonado el campo con sus cinco nietos, al principio del 2021, dijo a AP, que ella sabía de varias mujeres asesinadas por ejercer la prostitución, por necesidad. En cada caso, un hombre enmascarado, aparecía a la entrada de la vivienda de esas mujeres, identificándose como miembro del EI, y le disparaba a la mujer, asesinándola enfrente de sus amigos o, incluso, de sus hijos”.

Esos malditos asesinos siguen ejerciendo la misógina idea, que nada tiene que ver con el islam, de que la mujer debe de ser “pura” y que cualquier acto de “infidelidad” de su parte, como ser infiel con su marido o, peor, ejercer la prostitución, debe de castigarse. Y así lo hacen esos machos asesinos.

Lo peor, es que la misma mujer les comentó que “al día siguiente de cada asesinato, se podían escuchar a niños cantando que ‘el Estado Islámico perdurará’ y ondeando banderas negras, el nefasto símbolo de esos mercenarios, celebrando la muerte de las infieles”

“¿Cuál es el futuro de esos niños aquí? Aquí, no están aprendiendo nada”, agregó la mujer, tristemente.

Por desgracia, su futuro será como mercenarios de una violenta, intolerante agrupación de asesinos enajenados, asesinando a gente y destruyendo monumentos históricos. O como simples delincuentes, que se unan a alguna organización criminal, no precisamente al EI, de la cual puedan vivir.

Porque, fuera de la ideología del EI que les puedan inculcar, la misma pobreza será la que impulse a la mayoría de ellos a convertirse en delincuentes.

Lo peor, es que la indiferencia mundial, indolente ante su situación, contribuirá a su caótico “futuro”.

 

Contacto: studillac@hotmail.com