La
eliminación de la producción de carne de res ayudaría a
la
reducción sustancial de los gases efectos invernadero
por Adán
Salgado Andrade
Ya he escrito antes
sobre la industria de la producción cárnica, la que trata a los animales que
“cría”, como si fueran simples objetos inanimados con los que se puede hacer lo
que sea, como que crezcan anormalmente y en menos tiempo, a base de millones de
dosis de hormonas, que han ido dañando su metabolismo y el de la gente que los
consume; inyectarles millones de unidades de penicilina, lo que va produciendo
que muchas bacterias se vuelvan súper inmunes – de allí que ya se les llame súper bacterias –; crueles e inhumanos
tratos, que seguramente si esos millones de animales que son sacrificados cada
año, pudieran vengarse contra los humanos, serían perores que las desquiciadas
torturas que practicaba la “Santa Inquisición”; el brutal hacinamiento de
animales en lugares tan pequeños que ni echarse pueden, además de que permite
tal confinamiento, el acelerado esparcimiento de enfermedades parasitarias,
virales, bacteriales y así. Es por ello que yo llamo a esa industria las
“Fábricas de animales” (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2010/08/fabricas-de-animales-enfermedades-en_01.html).
Todo lo anterior se
debe a la creciente imposición mundial de la engordante dieta occidental, con
su comida chatarra (fast food), cuya
base es la carne (hamburguesas, pizzas, comida frita, frituras cárnicas), papas
(papas fritas, puré), maíz (transgénico, sobre todo)… lo que se puede ingerir
en cualquier franquicia de ese tipo de alimentos. Y esa dieta, ha disparado
todo tipo de enfermedades, tales como gordura, diabetes, niveles altos de
colesterol y triglicéridos, cáncer y otras enfermedades, porque para muchos, es
la alternativa más “barata”, pero también la más insana. Además, ha fomentado
los monocultivos, pues son algunos productos, justo como el maíz, el trigo, la
papa, los que más importan para el diseño de los engordantes menús (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2010/08/la-muy-lucrativa-adictiva-engordante-y_01.html).
Sin embargo, no queda
solamente todo ese problema en las consecuencias para los animales y la salud
de los humanos, sino en los daños ambientales que tanta producción cárnica está
ocasionando al medio ambiente planetario, además de los mencionados
monocultivos, los que van dejando estéril la tierra, por tanto agroquímico
empleado. Recientes estudios arrojan escalofriantes datos sobre la producción
de los gases efecto invernadero que deja la crianza industrial de animales. De
acuerdo con la analista Chatham House, “la industria global produce más
emisiones de gases de efecto invernadero que todos los carros, aviones y barcos
combinados”. Eso derrumba la afirmación de que cada vez más y más gente cree
que son los transportes de todo tipo los que más contaminan, lo cual es cierto,
y deja su cuota de destrucción, pero actualmente, casi ninguna actividad humana
deja de ser contaminante y lo que hacen los investigadores es medir en qué
nivel lo hace (ver: https://ourworld.unu.edu/en/eating-less-meat-essential-to-curb-climate-change-says-report).
Es justamente la
industria del ganado bovino (carne roja), la que más contamina. Por ejemplo, las
flatulencias de las vacas y borregos, así como su estiércol son responsables
del 15% de las emisiones globales. Tan sólo la industria del ganado vacuno y
lechero produce el 65% de todas las emisiones de la industria cárnica. Es algo
muy alarmante, consecuencia, como ya señalé antes, de la imposición de la dieta
occidentalizadora.
De acuerdo con Rob
Bailey, autor principal del reporte, “la prevención de un calentamiento
catastrófico depende mucho de que se pueda modificar la producción de carne y
lácteos. Se trata de hacer en la deforestación o en el transporte, pero nada en
la industria cárnica. Hay una reacia actitud a meterse en eso, pues existe el
generalizado consenso de que ni los gobiernos, ni la sociedad civil, deben de
meterse con lo que la gente come”.
Cada año, alrededor de
¡56 mil millones de animales! de todo tipo son sacrificados para satisfacer el
apetito cárnico de millones de personas, sobre todo en países desarrollados,
como Estados Unidos (EU), que está en el tercer lugar de consumo, siendo nada
menos que China, la que ya ocupa el primer lugar mundial en consumo de carne,
engullendo sus habitantes alrededor de ¡80 millones de toneladas de carne por
año!, debido a la supuesta elevación en el estándar de vida de una parte de sus
habitantes (esto, también, teniendo como consecuencia que actualmente China sea
uno de los países más contaminados del planeta. Ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2017/06/la-creciente-y-letal-contaminacion-china.html).
Esa pasmosa cifra de
tantos millones de animales sacrificados correspondería, en relación a los 7600
millones de personas que somos, a poco más de 7 por persona, lo cual, de
entrada, es una total desproporción, muestra de una sociedad depredadora.
No conformes con eso,
la dieta carnívora se estima que se incrementará 75% para el año 2050 y 65%, en
el caso de la ingesta de lácteos. En cambio, el consumo de cereales sólo
crecerá en un 40%, lo que significa que la gente, a nivel mundial, consumirá
más carnes, que vegetales.
Como señalé, la dieta
cárnica, está relacionada con muchos
males, como el aumento de ácido úrico, enfermedades cardiovasculares, hepáticas
y otras degenerativas, como el cáncer. Recuérdese que hace un par de años que la
misma Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó que la carne aumentaba el
riesgo de contraer cáncer, la industria bovina en EU se escandalizó porque alegó
que se estaban empleando meras especulaciones para acabar con su millonario
negocio. No sólo para los rastros y ganaderos, sino para toda la industria
relacionada, como la que produce antibióticos, de los cuales, el 70% son
empleados en animales. Por ello es que se están desarrollando las ya
mencionadas súper bacterias, que se han vuelto inmunes a todo, vaya, ni el
cloro las mata. Eso puede explicar por qué cada vez son más largas y difíciles
de curar las gripes, por ejemplo, pues los virus y las bacterias implicados son
cada vez más resistentes a los medicamentos. De nada sirve que se haya
prohibido surtir antibióticos sin receta en muchos países, si ingerimos
antibióticos en las carnes de todo tipo.
De todos modos, será
insostenible producir tanto animal, pues actualmente es, de por sí, un muy
desperdiciador consumo de recursos. Por ejemplo, la carne de una hamburguesa,
requiere el equivalente a 2500 litros para su elaboración (tomando en cuenta la
alimentación de la res, el agua necesaria para producir los granos de que se
alimenta, el agua que bebe). Por otro lado, para sostener la industria cárnica
mundial, se emplea el 33% de la tierra cultivable y como pastizales para ganado,
26% de la tierra no cubierta por hielo. O sea, que alrededor de un tercio de la
tierra del planeta es tan solo para alimentar a los animales que ingerimos.
Brasil es el primer
exportador de carne de res del mundo. Se analizó el caso de una agroindustria
que está en medio de la selva amazónica, engordando 38 mil reses, las que son
alimentadas con frijoles. Cada día requieren 900 toneladas de tales granos. Las
reses producirán muchísimo metano (por sus flatulencias y el estiércol que
producen), gas que guarda 25 veces más el calor que el bióxido de carbono. Lo
peor es que el rendimiento que dan esos animales, en relación con el grano que
ingieren, es mucho menor, o sea, no es eficiente. Sería mejor que esa proteína
vegetal, la consumieran directamente los humanos. Pero, claro, eso no sería
negocio, pues, finalmente, de eso se trata, a pesar de las brutales
consecuencias que la industria cárnica produzca al medio ambiente, engordando a
miles de millones de animales de todo tipo para nuestro innatural consumo
carnívoro.
Seguramente es algo que
nunca la gente se pone a pensar o muy poca. Sin embargo, cada vez son más y más
los estudios que investigan el impacto de la comida sobre el medio ambiente,
pues, como señalé antes, ya es muy alto.
Para paliar ese grave
problema, se están buscando alternativas. Una, elaborar la carne en
laboratorios, en donde se “cultivará” carne. Pero, seguramente, los “puristas”
exigirán que se siga obteniendo de animales. Sin embargo, llegará a un límite
la producción tradicional de la carne, por los brutales recursos, cada vez más
menguantes, que se requieren. En las condiciones actuales, más de la mitad del
grano cosechado en EU y cerca del 40% del mundial, sirve para alimentar
animales. Tan sólo los EU podrían alimentar 800 millones de personas con el
grano que consumen los animales. Incluso, si ese grano se exportara, hablando
de economía, EU podría compensar su balanza comercial por 80 mil millones de
dólares al año (ver: https://www.forbes.com/sites/michaelpellmanrowland/2017/01/03/shocking-food-facts/2/#20fef3767316).
Otra de las soluciones
que se proponen, particularmente en EU, es modificar la dieta, eliminando la
carne roja por completo, y comiendo frijoles. En un estudio reciente, se hizo
ese balance y se hallaron las siguientes conclusiones. Por ejemplo, si todos
los estadounidenses dejaran de comer carne roja, sustituyéndola por frijoles,
aunque siguieran comiendo otras carnes, como pollo, puerco, queso y huevos, ese
país podría cumplir con los niveles de emisiones a los que se había
comprometido el ex presidente Barack Obama para el 2020, incluso, si el
transporte estuviera sin cambios. Eso da una idea de lo altamente contaminante
que es la industria de la carne roja. Además, un cambio así de dieta, liberaría
42% de tierra arable en EU. Y qué decir de los beneficios a la salud que el ya
no ingerir carne, dejaría a los estadounidenses.
Otro estudio evaluó que
si se dejara de comer carne tan sólo una vez por semana, durante un año, se
dejarían de producir 331 kilogramos de bióxido de carbono y no implicaría un
sacrificio enorme para los que comen carne todos los días.
Claro, es una situación
hipotética, pues ya parece que los carnívoros estadounidenses iban a dejar de
comer su adorada carne y cambiarla por frijoles, considerada como la comida de
los pobres, sobre todo los inmigrantes mexicanos (de allí el despectivo mote de
beaners, frijoleros, con el que
muchos estadounidenses se refieren al mexicano).
Finalmente, el dejar de
comer carne, de momento, es una decisión personal, pero, como van las cosas y
este planeta cada vez más contaminado y depredado, nos harán, por fuerza, que
todos terminemos comiendo vegetales y cereales, en especial, los nutritivos
frijoles.
Como se señala en una
de las fuentes consultadas, quien crea que porque conduzca un auto eléctrico,
pero que siga comiendo carne roja todos los días, está contribuyendo a la solución
del calentamiento global, tendrá que pensarlo mejor. En la actualidad, casi todo
lo que hacemos, por desgracia, es contaminante. Hasta comer.
Contacto: studillac@hotmail.com