Las declinantes reservas de agua
subterránea
Por Adán Salgado Andrade
La
reciente, prolongada sequía sufrida por California, fue aminorada gracias a las
reservas de agua subterránea que ese estado posee. Debido a tales reservas, no
sólo la sequía tuvo menores efectos negativos a los esperados, sino que, a
pesar de la falta de lluvias durante casi cinco años, las actividades agrícolas
y de extracción de gas natural, siguieron como si nada, incluso, expandiéndose,
como fue el caso de la empresa Wonderful
Company, la que incrementó sus cultivos de frutas, pistaches, almendras,
granos y otros (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2017/04/calentamiento-global-imperio-agricola-y.html).
La publicación digital Mother Jones, a propósito del “fin” de la sequía en California,
decretado por Jerry Brown, acaba de publicar un artículo sobre el agua
subterránea mundial, contenida en acuíferos, que la han ido almacenado
lentamente durante miles de años, así que pueden considerarse aguas fósiles. Estas aguas se están
agotando rápidamente, como lo demuestra un estudio, mencionado a su vez en el
artículo citado, de la publicación científica Nature (ver: http://www.motherjones.com/environment/2017/04/globes-supply-underground-water-vanishing).
Como es sabido, las reservas de agua
subterránea han provisto, por mucho tiempo, el vital líquido, cuya explotación
ha ido en alarmante aumento, debido a infinidad de usos, tanto industriales,
domésticos, agrícolas. La sobreexplotación de acuíferos, además de provocar
daños estructurales, debidos a los hundimientos de tierra consecuentes, hace
que dichas aguas se contaminen con aguas marinas, pues si se trata de acuíferos
cercanos a las costas, el nivel de estos acuíferos baja más que con respecto al
nivel marino, por lo que la diferencia de presiones permite que aquéllas invadan
a las aguas subterráneas. Eso, sin contar con que el mismo hombre los
contamina, debido a infinidad de procesos industriales, como el fracking, que es la explotación natural
del gas de esquisto, el que emplea millones de litros de agua por pozo. Esta agua
queda contaminada de por vida y, para “eliminarla”, se reinyecta al subsuelo,
mucha de la cual, va a parar a los acuíferos y a envenenarlos (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2012/05/el-gas-natural-de-esquisto-el-regreso.html).
También la megaminería requiere escandalosos
volúmenes de agua para el proceso de los millones de toneladas de la molienda
pétrea, de la que se requiere una tonelada para extraer, si es de “buena ley”,
una onza de oro (32 gramos) por cada tonelada. La lixiviación requiere de agua
con cianuro para separar molecularmente al oro, empleándose, igualmente,
millones de litros. También dicha agua queda contaminada permanentemente y
contamina ríos y acuíferos (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2013/05/los-destructivos-irreversibles-efectos.html).
El mencionado artículo refiere que la sequía
en California, a pesar de la severidad, no puso en peligro actividades como la
agrícola, en el Valle Central, gracias justamente a las reservas de agua
subterránea, la “que depende de uno de los acuíferos más estresados del globo
para la irrigación”.
Nature
indica que ya hay algunas
regiones que cuentan con acuíferos sobreexplotados, los que se emplean
principalmente para irrigar tierras agrícolas. Entre tales países están México,
Estados Unidos (EU), el Medio Oriente, Noráfrica, India, Pakistán y China. La
agricultura de estos países es responsable del 85% del empleo de acuíferos para
el riego. El incremento entre el 2000 y el 2010, ha sido brutal, pues la India,
ha subido su empleo 23%, China, lo ha doblado (la mayoría de los ríos de China
están muy contaminados y ya no sirven para riego u otros usos), en tanto que
EU, ha triplicado su empleo. Comparado con el crecimiento poblacional, de sólo
13%, en esos diez años, es muy superior y alarmante.
Por ejemplo, justo en California, debido a la
pasada sequía se han sobreexplotados los acuíferos que alimentan el Valle
Central, a tal grado que están en una etapa de constante declinación, pues sus
volúmenes de agua llevan miles de años en reponerse, ya que en la mayoría de
los casos del agua subterránea contenida en acuíferos, se trata de agua fósil, y
no se repone con lluvias o inundaciones. Así que, técnicamente, si uno de esos
acuíferos es sobreexplotado, puede decirse que su contenido de agua no se
repondrá.
Por otro lado, los citados países emplean esa
agua para actividades agrícolas, sobre todo de exportación, como EU. China, por
ejemplo, depende de crecientes importaciones de soya y otros granos de aquel
país. EU obtiene, como dije, buena parte de sus cosechas, sobre todo las del Valle
Central, disponiendo de agua subterránea fósil, así que cuando ésta se acabe, y
no sea ya capaz de contrarrestar los efectos de futuras sequías, tampoco habrá
ya alimentos disponibles para exportación. En cuanto ese sea el caso, EU,
seguramente, limitará o ya no exportará alimentos y los países que dependen de
esas ventas, comenzarán a sufrir hambre. Los países que más han sobreexplotado
sus aguas fósiles, además de EU, son el Medio Oriente, Noráfrica, India,
Pakistán, China y, por supuesto, México. De hecho, el artículo menciona que
nuestro país, siendo el principal exportador de frutas y vegetales a EU, entre
los años 2000 y 2010, casi duplicó la extracción de agua. Particularmente, en
zonas como la comarca lagunera, en donde hay plantas lecheras y otras
agroindustrias, los acuíferos están tan sobreexplotados, que hasta se han
contaminado con arsénico y otros químicos, pues al descender en profundidad, se
mezclan con aguas industriales contaminadas (ver: http://aguaparatodos.org.mx/sobreexplotacion-y-contaminacion-de-acuiferos/).
La dependencia, por tanto, del agua
subterránea, es altísima. En la ciudad de México, el agua que empleamos
proviene en un 70% de acuíferos, y el 30%, nos llega de otros lugares, como la
que trae el sistema Cutzamala. Y esos acuíferos se recargan irregularmente,
pues tampoco llueve igual en toda la ciudad. En el sur, llueve más que en el
norte o el oriente. Y ello no posibilita una recarga pareja (ver: http://transeunte.org/articulos/cuanta-agua-le-queda-a-la-ciudad-de-mexico-2/).
Y en
los lugares, así como México, en que tal dependencia del agua subterránea, es
creciente y muy extendida, se tienen los mismos problemas.
Uno
de esos sitios es la ciudad hindú de Bangalore, considerada el Silicon Valley de la India. La revista Wired recientemente publicó un artículo,
firmado por Samanth Subramanian, en el que se expone la peculiar problemática
de tal ciudad (ver: https://www.wired.com/2017/05/why-bangalores-water-crisis-is-everyones-crisis/?mbid=nl_5217_p3&CNDID=32248190).
La ciudad, comenzó a crecer y a tomar
importancia cuando a mediados de los 1990’s, grandes empresas tecnológicas,
como IBM o Sun Microsystems, comenzaron a fundar allí sucursales, debido a su
clima templado, pues a 900 metros sobre el nivel del mar, posee esa
característica. Por otro lado, tiene una precipitación anual de casi 84
centímetros, lo que dio lugar desde el siglo 16 a la construcción de lagos
artificiales para almacenar tanta agua. Hacia 1986, la ciudad contaba con 389
lagos, aunque actualmente, muchos, se han desecado, están contaminados por las
descargas sanitarias o, en su lugar, existen nuevas construcciones, lo que es
algo muy común en la actualidad. Luego, en el 2004, un reportero del New York Times, Thomas Friedman,
vaticinó que esa ciudad se convertiría en un nuevo nicho para las industrias
tecnológicas globales y su reportaje pareció atraer aún más a otras empresas. Y,
en efecto, en eso se ha convertido.
Bangalore está llenándose tanto de construcciones
para albergar nuevas empresas, así como para viviendas ocupadas por miles de
empleados, que la han llevado al típico crecimiento mal planeado, anárquico, en
donde todo se improvisa, con tal de dotar de regulares servicios a compañías y
a trabajadores. Entre el 2001 y la actualidad, la población de Bangalore ha
crecido de 5.7 a 10.5 millones de habitantes. Y se calcula que para el año
2020, tan sólo de empleados de las industrias tecnológicas, habrá dos millones
viviendo allí, quienes estresarán aún más la dotación de servicios urbanos
adecuados.
Justamente el agua potable es uno de los
principales problemas, puesto que los lagos de la ciudad no son ya útiles y se
ha tenido que recurrir crecientemente al agua subterránea. El otro problema fue
que la rápida y expansiva urbanización, superó la planeación original.
Comenzaron a construirse edificios para viviendas y empresas tan rápidamente,
que rebasaron la red de agua potable original, así que todas las que están en
esa situación, tienen como única alternativa, llenar las enormes cisternas con
las que se construyeron, con pipas de agua. Estas pipas, son camiones-tanque de
distintas capacidades, controlados por unas pocas empresas que monopolizan la
distribución del vital líquido. Tan lucrativo es el negocio del abasto de agua
potable mediante pipas, que han dado lugar a una especie de mafia que controla
la distribución y es capaz de boicotear a todo aquél que ose meterse en ese
negocio. Uno de tales “barones del agua” es un hombre apellidado Thayappa, dueño
de la empresa Iblur, quien tiene tanto poder, que ninguna otra compañía de
pipas puede dar servicio si él no lo autoriza, lo cual es muy frecuente. Y
tanto empresas, como edificios de departamentos, deben de estar en buenos
términos con él.
El precio cobrado por cada pipa de agua va
variando, tanto por la distancia recorrida, así como porque cada vez es más la
profundidad de los declinantes pozos de donde se extrae dicha agua. Por ejemplo,
el artículo menciona el caso de un complejo de condominios, compuesto de torres
residenciales, canchas de tenis, fuentes ornamentales y 1500 departamentos. Tan
sobrepoblada unidad requiere diariamente casi 160 mil litros de agua, que son
surtidos por seis pipas de Iblur. Cuando el complejo comenzó a adquirir las
pipas, cada una costaba $7.50 dólares, pero seis meses después ya subieron a
$8.25 dólares, lo que implica casi $41000 dólares al año de pura agua (unos $820000
pesos, al tipo de cambio actual), así que cada departamento paga en promedio
casi $550 dólares anuales por el vital líquido (unos $11 mil pesos), lo que da
una idea de lo caro que resulta el servicio proporcionado por las pipas. Si tal
complejo estuviera conectado a la red y al servicio muy subsidiado de distribución
de agua municipal, el volumen de agua proporcionado por cada pipa, les costaría
apenas 70 centavos de dólar (unos 14 pesos). Y por ello es que algunas de tales
unidades han optado por perforar sus propios pozos. Sin embargo, enfrentan la
oposición de Thayappa, que se opone a que hagan pozos, pues no está dispuesto a
renunciar a las ganancias que tan buen negocio deja. Por otro lado, tales pozos
rara vez operan, pues a pesar de que se perforan 270 metros o más, no alcanzan
el nivel del agua subterránea.
Pero, finalmente, el monopolio de Thayappa no
podrá con otro problema mayor, los ya mencionados declinantes niveles de los
pozos. Si antes a 200 metros, o menos, se hallaba, agua, actualmente se deben
de perforar 330 o más, para hallar el vital líquido. Con ello, suben los
costos, tanto de la extracción, pues se requieren bombas cada vez más potentes,
las que gastan más electricidad, así como el de la perforación, pues si para
los primeros 75 metros cuesta $2.77 dólares agujerar cada metro, más allá de
los 330 metros de profundidad, cada metro adicional cuesta $22.50 dólares,
pero, además, como dije, las bombas deben de ser más potentes, o sea, más
caras.
Sin embargo, que el agua se esté acabando, no
parece un problema que le preocupe a esas empresas o a ese país. El boom continuará y Bangalore, seguirá con
el crecimiento anárquico.
Ni tampoco parece que sea un problema global.
No, para el capitalismo salvaje, lo más importante es seguir con los muy buenos
negocios, no importando que al planeta, a sus recursos y a sus habitantes, se
los lleve el infierno.
Contacto: studillac@hotmail.com