La imprescindible participación social en el
futuro de la izquierda política
por Adán Salgado Andrade
La participación
ciudadana en los procesos de transformación social que requiere urgentemente
este saqueado, dominado país, es vital. Puedo decir, incluso por mis propias
experiencias en el activismo social, que si la gente, sobre todo la
directamente afectada por cualquier circunstancia que provenga de la mafia en
el poder, no se organiza y emprende una lucha ordenada, legitimada y que cuente
con un real liderazgo, no podrá lograr ninguna reivindicación ciudadana.
Igualmente puede
decirse que ningún personaje político, por muy buenas y avezadas ideas que tenga
y quiera llevar a cabo, podrá cumplir sus cometidos sin el obligado apoyo
social.
Eso es evidente si se
revisan todos los frentes populares, tanto en la ciudad, así como en el campo, que
se han formado, para, entre otras causas, detener megaproyectos, como el que
pretendía hacer un área comercial en Chapultepec, disfrazada de “corredor
cultural”, defender tierras de depredadoras minas canadienses, granjas de
viento de eléctricas españolas, carreteras, puentes vehiculares… y así. Algunas
obras, aunque no se han detenido del todo, se logró, mediante la organización y
la resistencia pacífica, que se construyeran en otro sitio o, incluso, el
rediseño de la ruta, por ejemplo, al tratarse de una autopista que, de haberse
hecho, habría significado la tala de cientos de árboles y haber cubierto
necesarias zonas de recarga con asfalto.
Un frente así fue el
que se constituyó, por ejemplo, para frenar una obra de una corrupta
inmobiliaria, la cual estaba construyendo departamentos en un terreno en el que
existe un ojo de agua. El enojo de los vecinos fue, sobre todo, por el hecho de
que los corruptos representantes delegacionales hayan permitido que dicha obra
se realizara sobre un manantial, cuya agua, para esta sedienta ciudad, es tan
vital. La resistencia se sostuvo durante siete meses.
Y aunque hace unos días
se ordenó el desalojo violento del plantón de los colonos que se oponen a tan
ilegal obra, mediante cientos de granaderos (lo que siempre opta por hacer la
mafia en el poder cuando no le asiste la razón, el empleo de la fuerza bruta),
de todos modos, se consiguió una orden legal que exige que se suspenda, sólo
que la corrupta mafia de Coyoacán no la ha acatado. Seguramente medió el
habitual cohecho a los “funcionarios” encargados (ver: http://www.jornada.unam.mx/2016/12/16/capital/032n3cap).
Y quizá, si la
resistencia pacífica y coordinada continúa, la obra se suspenda
definitivamente.
Otro ejemplo fue la reciente
resistencia, en la cual tomé muy activa participación, gracias a la cual se
logró evitar que en un área verde, la corrupta SACMEX (sistema de aguas de la
ciudad de México), construyera una supuesta planta de bombeo que a nadie de los
alrededores beneficiará. Gracias a la oportuna organización y pacífica
oposición de todos los vecinos durante tres meses, dicho organismo optó por relocalizar
la edificación a una zona baldía en la que las corruptas “autoridades” de la
delegación Venustiano Carranza permitían que se instalaran carpas circenses, a
cambio, por supuesto, de obtener una muy buena cuota por “derecho de piso”
(ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2016/11/activismo-movilizacion-social-y.html).
Los anteriores, son un
par de ejemplos de que la organización social, bien coordinada, puede llevar a
lograr grandes beneficios para todos los involucrados.
Y es algo que deben de
tomar muy en cuenta los políticos que enarbolen, como compromiso, servir
realmente a la gente mediante sus promesas, discurso y activismo.
Hace unos días, el
sábado 25 de noviembre del presente año, 2016, fui invitado a sustentar una
ponencia al “Foro de Análisis Laboral rumbo al Primer Congreso Metropolitano de
Trabajadores no Asalariados”, impulsado a iniciativa del diputado constituyente
Juan Ayala Rivero. Esa reunión, a la que asistieron unas 350 personas,
trabajadores no asalariados todas, tuvo como cometido sentar las bases para la
creación de leyes que se asienten en la constitución local para beneficio,
justamente, de los trabajadores no asalariados, que pueden definirse como
aquéllos que trabajan por su cuenta, lo cual, dadas las condiciones económicas
cada vez más precarias, provocadas por la profunda y cada vez peor crisis
económica mundial – consecuencia del contradictorio capitalismo salvaje –, cada
vez será más frecuente.
Juan Ayala abrió dicho
evento. Como señalé, actualmente es diputado constituyente, además de ser presidente
del sindicato único de trabajadores del gobierno de la ciudad de México. Tuvo,
además, el buen tino de señalar que no está cobrando absolutamente nada como
diputado constitucional y que sólo desempeña el cargo por su deseo de servir a
la gente, cuyo voto, lo eligió. “Quiero trabajar para la gente que depositó su
confianza en mí”. Para ser franco, tuve mis iniciales reticencias en cuanto a
su trabajo, pensando que se trataría de un político demagogo, como cualquier
otro, pero cuando lo escuché hablar y referirse tan sintéticamente a tantos
problemas y las propuestas de solución que él desea impulsar, las dejé de lado.
Ayala es licenciado y maestro
en Derecho y quizá tanto por su trabajo sindical, así como por su formación
universitaria, ha logrado combinar práctica social con conocimientos, lo cual
le ha conferido dotes oratorias (es necesario enfatizar que sólo con conocimientos
y práctica, se logran crear los grandes discursos).
Ello quedó demostrado
al referirse Ayala a la lamentable muerte del comandante Fidel Castro, el 24 de
noviembre, un día antes del foro, de quien exaltó su figura revolucionaria y su
don de liderazgo, subrayando los grandes logros que la revolución cubana ha
otorgado en la muy criticada Cuba. “Los mejores doctores del mundo están en
Cuba y se ha logrado combatir la pobreza, a pesar del bloqueo”. Sirvió tal
introducción para que Ayala abundara sobre los negativos efectos que el así
llamado neoliberalismo – capitalismo salvaje – ha tenido sobre el mundo, como
el brutal aumento del desempleo y de la pobreza. De corte evidentemente
marxista, por los términos empleados, se refirió también a varias de sus propuestas,
como la consideración de los que él llama “adultos maduros”, que son las
personas de entre 36 y 59 años, que no están siendo contratadas por las
empresas, y que 14 millones de mexicanos entran en dicha categoría. Eso es muy
cierto, pues vivimos en un sistema que nos hace caducos por la edad, sin
importar nuestras capacidades y cuando se rebasan ciertos años, se nos
considera inútiles. Es muy importante, entonces, que se enarbole como un
derecho constitucional, no sólo local, sino nacional, que la edad no sea una
limitante para conseguir empleo, sobre todo ahora que está muy de moda el que a
nadie debe de discriminarse por su aspecto, pero tampoco, agregaría, por su
edad (ver: https://www.facebook.com/juanayalariveroprd/videos/1512652632097360/).
Muy cortés, luego de su
emotivo e informativo discurso inaugural, nos saludó a los ponentes,
refiriéndose a nosotros como expertos en las temáticas que desarrollaríamos,
aunque en mi caso particular, Ayala ya había tocado, con sus vastos
conocimientos, algunos de los temas que yo iba a exponer. “Habrá que improvisar
algunas cosas”, consideré.
El tema que sustenté
fue el del desempleo y entre los conceptos que expuse, uno fue el del
crecimiento de la así llamada “informalidad”, un despectivo sello con el que
los poderes fácticos dominantes se refieren a los trabajadores que laboran por
su cuenta. Dicha informalidad, expuse, es producto de la incapacidad del
sistema que nos domina para crear empleos suficientes, tendencia que, de por
sí, es propia del capitalismo salvaje, la de aumentar la producción
incorporando mejores instrumentos de trabajo, pero con menos trabajadores. Y es
una de las contradicciones principales de dicho sistema, pues al aumentar el
número de personas desocupadas, disminuye el consumo, que es su base de
sustentación, pues sin consumo, el capitalismo salvaje no se reproduce (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2011/10/desempleo-en-eu-agudizada-tendencia-del.html).
Por otro lado, la falta
de consumo, profundiza las crisis (siempre hemos estado en crisis), lo cual
incrementa aún más el desempleo, pues las empresas disminuyen su producción o
quiebran. Durante las décadas de la llamada economía mixta (keynesianismo), en
la cual, las empresas paraestatales, las creadas por el Estado, cumplían el
importante papel tanto del desarrollo económico y tecnológico, así como de la
creación de los empleos que las compañías privadas no impulsaban en épocas de
crisis, el desempleo no llegaba a los desesperantes niveles que tenemos
actualmente, sobre todo porque a raíz de la imposición del así llamado
“neoliberalismo”, que no es otra cosa más que quitar totalmente regulación o
restricción alguna al capitalismo, ni empresas, ni el sector público crean
empleos.
Evidentemente, tal
incapacidad, debe de ser superada de alguna manera y eso lo ha logrado el
autoempleo. En México, catorce millones de personas viven del trabajo
“informal”. Y en todo el planeta, es tan creciente e importante la
informalidad, que hasta ya genera su propio Producto Interno Bruto, que es de
unos 11 billones de dólares, comparable al de un país como Estados Unidos (ver:
http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2012/12/economia-informal-la-verdadera.html).
Me pareció también
oportuno aclarar que no es la informalidad
la causa del deterioro económico, como cacarea infundadamente la mafia
priísta, sino, al contrario, es el deterioro económico, debido a las ya
enunciadas situaciones, el que provoca la informalidad, que es la única
alternativa real de empleo en la crisis. Y es mayor el deterioro económico con
toda la subasta, privatización petrolera y saqueo del país que está llevando a
cabo dicha mafia priísta. El país empeora cada año que transcurre.
Así que, por fuerza, los
desempleados se ven en la imperiosa necesidad de buscarse, por sí mismos, una
ocupación remunerada que les permita vivir lo mejor posible.
Claro que toda esa
demagogia de que la “informalidad nos daña”, no tiene otra finalidad más que la
de obligar a los “informales” a que se formalicen,
o sea, que le paguen impuestos a la
mafia política y corporativa. Eso también lo debatí, la peyorativa etiqueta de
“informalidad”, pues, finalmente, se trata de ocupaciones reales y no por el
hecho de que, como engañosamente se dice, no
paguen impuestos, deban ser llamadas así. “Y es que todos pagamos
impuestos, de una u otra manera”, aclaré, al pagar el IVA, por ejemplo, en casi
todo, al pagar los servicios como luz, agua, predial… son impuestos también
(ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2014/12/de-desapariciones-propaganda-comadrera.html).
Pero el impuesto que la
mafia política pelea es el del impuesto al trabajo, lo cual es absurdo y hasta ilegal,
pues si es el propio trabajador el que se procuró con sus propios recursos,
escasos muchas veces, un autoempleo, ¿por qué permitir que el “Estado”
participe de sus remuneraciones, si nada hizo para que aquél pudiera
conseguirse tal empleo? Fue otro argumento que esgrimí para que los
trabajadores que laboran por su cuenta, no se sintieran marcados por el estigma
que los denomina “informales” y que sí
pagan impuestos, como todo tipo de trabajadores, lo hacemos.
Comenté, también, que
si la mafia en el poder se queja de que la captación tributaria ha disminuido,
no es por el aumento de la informalidad, sino porque a corporaciones y
especuladores financieros no se les cobran impuestos o muy pocos, en proporción
a lo que se cobra a un trabajador. De hecho, es tan baja la recaudación, que ya
hasta las llamadas Afores no cumplirán su cometido de brindar pensiones dignas
a los trabajadores. Los bajos salarios y, como señalé, injusta y baja
recaudación tributarias, son las causas. Actualmente, las Afores, sólo son un
enorme ahorro salarial del que empresas y mafia en el gobierno se valen para
disponer de aquél como más les convenga (ver: http://www.forbes.com.mx/el-problema-de-las-pensiones-ya-esta-aqui/#gs.aZXxxV8).
Justamente también,
como el foro era para analizar los problemas de los trabajadores sin
remuneración regular, otro de los ponentes, el licenciado Ernesto Cristóbal
Cruz, habló sobre la necesidad de que la gente se organice en proyectos colectivos,
tales como las cooperativas, las cuales, en muchos casos, han demostrado que no
se requiere un dueño único y una barra de accionistas para hacer de una empresa
un éxito comercial (es el caso, por ejemplo, de la Cooperativa de Trabajadores
de la empresa Pascual, la que opera desde hace muchos años, con excelentes
resultados). Dicho ponente forma parte de un grupo que apoya a emprendedores,
sobre todo a jóvenes, que quieran iniciar un negocio o proyecto. Ejemplificó
con el caso de un matrimonio que se dedica a la elaboración de manzanas
cubiertas de dulce, a quienes se apoyó con la compra de equipo para que
aumenten su producción.
Una vez expuestas las
ponencias, el organizador del evento, el profesor Esteban Lobato Herrera, quien
coordina las actividades del diputado, señaló, muy correctamente, que aunque
Ayala se había lanzado inicialmente como candidato del PRD, no tenía ningún
empacho en seguir su trabajo como candidato independiente, pues “es evidente
que el apoyo popular es más fuerte que cualquier nomenclatura partidista”. Como
comento arriba, sin la participación social bien coordinada y liderada, ningún
político tendrá fuerza real. Y es algo que a Juan Ayala le ha quedado muy claro
a lo largo de su carrera política.
Ya, luego, se procedió
a la discusión de las temáticas mediante cuatro mesas de trabajo en las que
todos los asistentes participaron muy entusiastamente.
Eso fue algo que
consideré muy acertado del foro, dejar que fuera la propia gente,
espontáneamente, la que discutiera las propuestas de leyes que se necesitan en
la constitución de la Ciudad de México para proveernos todos los ciudadanos de
una vida y un futuro mejores.
Luego de poco más de
hora y media de discusión, se llegaron a conclusiones y propuestas
preliminares, siendo la más importante la de que el trabajador no asalariado
(trabajador que no recibe nómina, fue otro adjetivo propuesto), tenga un
reconocimiento jurídico. “Nos dan una credencial para identificarnos como
franeleros y acarrearnos, cuando les conviene a las autoridades, pero nos
quitan cuando ponen los parquímetros y es porque no se nos reconoce como
trabajadores, no tenemos una personalidad jurídica y eso lo necesitamos, que se
asiente como ley en la constitución”, señaló uno de los panelistas, algo en lo
que todos estuvimos muy de acuerdo.
También se enfatizó la
necesidad de crear más cooperativas y de retomar las leyes existentes al
respecto en dicha materia, para que se les dé más impulso.
La urgencia de llegar a
conclusiones y propuestas era porque el tiempo para que el diputado Juan Ayala las
entregara a los asambleístas era limitado, antes del primero de diciembre. Pero
gracias a tanto entusiasmo y apoyo social, ese mismo día todo salió a la
perfección.
En días posteriores, el
profesor Esteban Lobato, buen amigo y colega, tuvo a bien informarme que como
resultado del foro, pensión y otras prestaciones para los no asalariados serán
ley en la constitución de la ciudad de México.
De ser así, se habrá
demostrado que un político hábil, inteligente, verdaderamente preocupado por el
bien de los que lo elijan, solamente con el decidido, entusiasta apoyo de la
gente, logrará que sus promesas de campaña se conviertan en realidad.
¡Y eso es algo que,
realmente, todos los ciudadanos pedimos a gritos!
Contacto: studillac@hotmail.com