lunes, 2 de noviembre de 2015

Pobreza en Estados Unidos, centro del capitalismo salvaje mundial



Pobreza en Estados Unidos, centro del capitalismo salvaje mundial
Por Adán Salgado Andrade

Una de las características del capitalismo salvaje es la tremendamente desigual, generada concentración de la riqueza, la que se ha agudizado en la etapa contemporánea de irreversible crisis de ese decadente sistema, en donde actualmente es exacto decir que el mundo está controlado económica y políticamente por un puñado de corporaciones y millonarios que no suman más del uno por ciento de la población mundial.
Por ejemplo, en México, sólo 165 mil millonarios poseen casi la mitad de la riqueza generada anualmente, es decir, menos del 0.15 de la población del país.
Si lo ubicamos a nivel mundial, la revista que presume a los más potentados del planeta, Forbes, se contenta con presentar a mil multimillonarios en su lista anual, que representarían, para una población de 7500 millones de personas, apenas el 0.00001% de ésta. Como se ve, la comparación es brutal.
En cambio, cuando hablamos de pobreza, sobre todo extrema, más de 2000 millones de personas en el planeta, la padecen, o sea, casi el 27%, y si englobamos a todas las que padecen distintos niveles de carencias, sobre todo alimentarias, el porcentaje sería cercano al 85% del total. Más de 800 millones de personas, según cálculos de la organización para la comida y la agricultura, FAO, sufren hambre crónica en el mundo. Pero de éstas, once millones se concentran en las llamadas naciones “desarrolladas”. O sea, que, como indico arriba, es la muestra de la inequidad que genera este absurdo sistema (ver: http://www.worldhunger.org/articles/Learn/world%20hunger%20facts%202002.htm).
Vale la pena, entonces, analizar el problema de esa disparidad para Estados Unidos (EU), país que siendo el defensor a ultranza del capitalismo salvaje mundial, paradójicamente, un buen porcentaje de sus habitantes, ha ido pauperizándose más y más.
Ya he analizado que EU es un país en decadencia, muy alejado ya del American Dream que tanto presumía en los años 1950’s y 1960’s. Muestra de ello es que tanto el consumo de casas, así como de autos, sinónimo del bienestar estadounidense, no ha podido repuntar a los niveles anteriores al 2008, año en que inició la severa crisis que golpea a dicho país y al mundo, la cual no ha podido aun superarse (ni se superará, más ahora que hasta China, país que se creía inmutable a las crisis capitalistas, ha entrado en fase de desaceleración).
Cada vez más trabajadores estadounidenses deben de renunciar a comprar una casa y deben de contentarse con rentar departamentos en conjuntos habitacionales, como Camden, en Arizona, dedicados exclusivamente a la renta de viviendas, a veces sólo por algunos meses. De hecho, incluso las rentas se han encarecido muchísimo, como veremos más adelante. 
El exagerado consumo, tan característico de los estadounidenses, ha ido disminuyendo y ya existen modalidades de renta de cosas que antes se habrían antojado absurdas, tales como renta de podadoras, de bicicletas, de herramientas… y así. Y ni se diga de trueques, que también tienden a generalizarse (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2012/01/en-busca-de-los-signos-de-la-decadencia.html).
Muy socorrida para esos trueques o rentas son sitios como la Craigslist, por ejemplo, o  hasta sitios como eBay y otros que han ido surgiendo.
Y han sido desastres naturales, como el huracán Katrina, que golpeó severamente Nueva Orleans en el 2005, los que han mostrado los niveles de desigualdad y pobreza que tienden a generalizarse en EU. La destrucción ocasionada se magnificó por el nivel de deterioro que mostraban las unidades habitacionales “populares” que arrasó aquél, así como por la falta de mantenimiento de los diques de la ciudad (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2015/06/en-torno-los-obscuros-origenes-de.html).
Además, se ha acompañado dicha decadencia económica y de bienestar social también por el deterioro industrial y urbano estadounidense. EU tiende a convertirse en importador de todo tipo de mercancías, sobre todo de manufactura china, en vista de que se ha ido desindustrializando con los años. Sus mismas compañías se han llevado la fabricación a otros países.
El profesor Vaclav Smill, profundo conocedor del tema, señala que actualmente EU ha pretendido especializarse mayoritariamente en la manufactura de tecnología de punta, como semiconductores y equipo aeronáutico y espacial, pero recalca que “cuando el balance del comercio aeronáutico es visto en una perspectiva más amplia, el impacto del éxito de la tecnología de punta de EU se muestra descorazonadamente modesta. Entre el 2006 y el 2010, EU exportó anualmente alrededor de $35 mil millones de dólares (mdd) e importó más o menos $15 mil mdd de aviones, lo que le dio un superávit anual del orden de $25 mil mdd. Como comparación, eso es menos que la importación anual de pantallas de TV, unos $30 mil mdd en el 2009 o de carriolas de bebé, juguetes y artículos deportivos y también es más o menos lo mismo que se gasta para importar alimentos del mar y bebidas alcohólicas – más o menos 1.5% de las importaciones totales de EU en el 2009. ¿Puede haber un testimonio más desconsolador sobre la falacia de la ventaja que da la alta tecnología que el hecho de que el superávit de EU en comercio aeronáutico no podría comprar ni siquiera las importaciones anuales de pantallas de TV?” (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2014/05/decadencia-y-desindustrializacion-de.html).  
Por otra parte, en la cuestión urbana, ciudades antes consideradas los centros industriales de EU, son ahora decadentes, asentamientos urbanos en donde abundan áreas desocupadas, casas vacías y derruidas, calles llenas de basura y perros sin dueños, inseguras, donde pulula el crimen y, por lo mismo, la pobreza. Eso sucede con Detroit, considerada hasta hace unas décadas la capital del automóvil, pues la industria automotriz la tenía como su bastión. Actualmente, muy poco o nada queda del esplendor que vivió tal ciudad, en donde quizá el deterioro urbano de EU es en donde más se ha manifestado recientemente  (ver: https://www.youtube.com/watch?v=bdyljRvSKCI).
Todo ello ha contribuido también para el crecimiento de la pobreza y la precariedad social en EU. Conservadoramente hablando, se considera que actualmente 43 millones de estadounidenses son pobres. Recientes estadísticas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, muestran, además, que 20% de su población infantil sufre de pobreza (ver: http://www.jornada.unam.mx/2015/10/14/economia/022n2eco).
En cambio, la concentración de la riqueza ha llegado a niveles tan dispares que, señala Robert Reich, ex secretario del trabajo, que “hoy día los 400 estadounidenses más ricos tienen más riqueza que los 150 millones de estadounidenses más pobres, el 1 por ciento más rico es dueño de más del 35% de los bienes privados del país y captó 95% de las ganancias económicas desde el inicio de la recuperación en 2009” (http://www.jornada.unam.mx/2014/04/07/opinion/028o1mun).
Según han investigado los eminentes economistas Emmanuel Saez y Grabriel Zucman, el 0.1 por ciento de las familias más ricas de EU son poseedoras del 20 por ciento de la riqueza total de todos los estadounidenses, que correspondería al mismo porcentaje de riqueza que se encuentra en manos del 90 por ciento de las familias más pobres (ver: http://www.jornada.unam.mx/2015/10/19/opinion/031o1mun).
De acuerdo con estudios recientes, EU está regresando a los niveles de concentración de la riqueza que había en el siglo 19, cuando unos cuantos millonarios, como Jay Gould, el magnate ferroviario, o los Rockefeller, que no constituían más del 1% de la población, controlaban más de un tercio de la economía estadounidense (ver:  http://www.jornada.unam.mx/2014/04/28/opinion/032o1mun).
Además, se domina al país, como en todo el mundo, fácticamente, es decir, los poderes económicos se asocian con los políticos, así, como un cartel mafioso que controla todo lo que debe o no hacerse. Las mafias republicanas y demócratas son las que determinan el futuro del país, pero defendiendo sus muy particulares intereses y los de las corporaciones y barones del dinero que los apoyan (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2014/08/la-estructura-mafiosa-de-los-poderes.html).
Todo ello ha contribuido, como ya mencioné, a la brutal concentración de la riqueza en EU y en el planeta entero, por supuesto.
Señalaba antes que la mayoría de los trabajadores estadounidenses que ganan salario mínimo, se han olvidado ya de adquirir una casa propia, por muy devaluado que su precio sea, sobre todo para aquellos sectores que se emplean en el sector de servicios, como en autoservicios, restaurantes de comida rápida, transportación y por el estilo. Pero también los obreros, la mayoría, están muy mal pagados y el aumento de sus salarios no ha ido a la par del aumento de su productividad, es decir, ahora son más explotados, pero mal pagados. Así que ni pensar en comprar una casa. No les queda más que rentar.
Pero, aun las rentas, han subido demasiado, en comparación con sus magros salarios. Un reciente estudio, hecho por la National Low Income Housing Coalition (Coalición para la vivienda social, NLIHC) muestra lo costoso que resulta actualmente rentar, ya no digamos una casa, sino una vivienda de un cuarto para la mayoría de los empleados. Así, para un trabajador que labore una semana de cuarenta horas, ganando salario mínimo, tendrá que dedicar más del 30% de su salario para hacerlo. Antes, cuando la gente se quejaba de las altas rentas en tal o cual estado, el consejo general era que se mudaran a lugares más económicos. Sin embargo, las caras rentas se han generalizado en todo el país.  
La NLIHC realizó un mapa en el cual se muestran las zonas del país en las que un trabajador percibiendo salario mínimo tendría que laborar más de las 40 horas semanales legales para pagar una vivienda de un solo cuarto. Los resultados son desconsoladores. En estados como Dakota del Norte, Washington, Wyoming, Minnesota, Wisconsin, Nevada, Utah, Colorado, Kansas, Illinois, Indiana, Vermont, New Hampshire, Massachusetts, Pensilvania, Maine, Rhode Island, Kansas, Arizona, Nuevo México, Texas, Luisiana, Carolina del norte, Carolina del sur, Alabama, Mississippi, Florida, Georgia y Alaska, tendrían que trabajarse entre 62 y 79 horas a la semana para que se pudiera rentar tan modesta vivienda. De entre los estados más caros, están California, Virginia, Maryland, Nueva Jersey, Delaware, Washington DC Nueva York y Hawái, en donde se requerirían un mínimo de 92 horas a la semana para pagar dicha vivienda, como en California o 98, como en Nueva York. En el resto de los estados, el mínimo de horas requeridas sería de 49, como en Dakota del sur, aunque en este estado el salario mínimo es mayor al oficial (el salario mínimo general es de 7.50 dólares por hora), hasta un máximo de 59 horas, como en Missouri (ver: http://mic.com/articles/120428/1-map-shows-how-many-hours-you-need-to-work-minimum-wage-to-rent-an-apartment-in-any-state).
Por lo mismo, señala la NLIHC, no tiene caso que se suban los salarios mínimos si no es en la cantidad suficiente para que el trabajador realmente pudiera pagar una renta sin que tuviera que trabajar tantas horas. Además, el alza salarial debería de ir acompañada de un mandato que prohibiera que los rentistas subieran las rentas en el mismo porcentaje en que lo hicieran los salarios, pues entonces se caería en un círculo vicioso.
Como ejemplo, menciona el caso de que en San Francisco, el salario mínimo está por subirse a 15 dólares la hora, de los 12.25 que actualmente se pagan. Pero el salario mínimo, para que realmente se pudiera pagar una renta, tendría que ser de al menos 31.44 dólares por hora, lo que, obviamente, para la ganancia del capital, sería absurdo. Pero, si así fuera, todos los precios, no sólo de las rentas, sino de todo, subirían mucho más. Sería el cuento de nunca acabar.
Así que el pago de la renta de una modesta vivienda, medida en horas laborares de salario mínimo, proporciona otra medida de lo inaccesible que se ha convertido llevar una vida “confortable” para la mayoría de la población en EU, sobre todo para trabajadores que ganen tal salario mínimo. Ello redundará en que muchos que no puedan pagar rentas tan elevadas, buscarán alternativas de vida, que los sitúan entre los grupos sociales que padecen carencias. Por ejemplo, ya hay gente viviendo en alcantarillas o en áreas boscosas, en improvisadas casas de campaña (ver: http://www.dailymail.co.uk/news/article-1326187/Las-Vegas-tunnel-people-How-1-000-people-live-shimmering-strip.html).
Pueden verse videos de los llamados survivalists que muestran cómo cazar y comer ratas o víboras (ver: https://www.youtube.com/watch?v=J46qjt7T8RE).
La cifra de homeless ha llegado a niveles nunca antes vistos, sumando actualmente unos ochocientos mil, además de que muchas familias pobres, al ser desalojadas por quedarse sin empleo o no ser capaces de pagar un incremento en la renta, también  viven en las calles. Se calcula que unos 2.3 millones de estadounidenses sufren de esa condición cada año (ver: http://www.futureinhumanity.org/homeless-facts/?gclid=CIeM5pH78sgCFZOBaQodqeMJsw).
En general, los índices de pobreza fluctúan entre el 11 al 17 por ciento, es decir, que, en promedio, hay 15 estadounidenses pobres por cada cien habitantes, muy alta cifra para un país que se regodea de ser el más acérrimo defensor del capitalismo salvaje y que no duda en rescatar a las corporaciones y a los barones del dinero en época de crisis (como hizo en el 2008), que a sus ciudadanos pobres. Solamente en los estados de Maryland, New Hampshire y Connecticut, los niveles de pobreza son menores al 11 por ciento. En la siguiente liga, puede verse un mapa interactivo que muestra la pobreza por estado: http://www.povertyusa.org/the-state-of-poverty/poverty-map-state/ .
Por tanto, es de esperarse que, de seguir sometido no sólo EU, sino todo el planeta a los designios y personales intereses del capitalismo salvaje, el empobrecimiento seguirá creciendo, y ya será muy común en pocos años que padezcamos casi todos los habitantes del mundo hambre y otras carencias, aun entre lo que queda de la llamada “clase media”.
El 1% de los poderosos seguirá reduciéndose ante el 99%, el que seguirá aumentando.