El muy lucrativo calentamiento global
por Adán Salgado Andrade
Para el capitalismo salvaje no
hay ninguna situación que no ofrezca oportunidades de hacer buenos negocios y
obtener excelentes ganancias. Por ejemplo, las guerras, a pesar de que
supuestos organismos internacionales, tales como la ONU, intentan evitar o, si
ya existen, “detener” a como sea, en realidad son la gran oportunidad que las
empresas armamentistas requieren para que sus letales productos sean
demandados, pues si no hay conflictos bélicos, en primer lugar, no se
necesitarían armas y, menos, adquirirlas. En segundo lugar, porque una vez que
las armas se adquieren, si no se emplean, su valor de uso, o sea, su utilidad,
no se ejerce, y es algo que no conviene a los productores, pues no podrían
apreciarse las “cualidades destructivas” de sus ingenios de la muerte. De hecho, se hacen ferias de armas cada año,
con tal de que los armeros puedan exhibir sus creaciones para venderlas,
incluso, con grandes ofertas y descuentos, sobre todo, las que ya están algo
rezagadas, para que den paso a las nuevas y aún más “eficaces”, en cuanto a su
letalidad, invenciones. Una de esas ferias de armas, la más importante, es la
que se lleva a cabo en los Emiratos Árabes Unidos, en Abu Dhabi, la capital, la
mejor conocida como IDEX (International Defence Exhibition and Conference), que
llega a extremos tales de hacer exhibiciones de muchas de las armas ofertadas
para que los potenciales compradores (representantes militares de varios
países), puedan apreciar sus capacidades
asesinas (ver mi artículo: http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2011/12/ferias-de-armas-exhibicion-de-fuerza-de.html).
Pero no sólo en la infame actividad bélica el capitalismo salvaje saca
jugo. También los desastres son una excelente manera de hacer negocios, pues,
por ejemplo, luego de un terremoto, un maremoto, un tsunami, un huracán, una
inundación, un incendio, un tornado… lo que sea que desate generalizada
destrucción de una ciudad o enclave urbano, siempre habrá empresas listas para
aprovechar los grandes beneficios que la obligada reconstrucción dejará.
Incluso, la guerra misma, por la destrucción material que deja, es también muy lucrativa,
como sucedió, por ejemplo, luego de la gran destrucción que implicó el término
de la segunda guerra mundial, pues ciudades enteras de los países
participantes, fueran “aliados” o “enemigos”, debieron reconstruirse de entre
las ruinas, así como la capacidad productiva de países como Alemania o Japón,
que resultaron severamente afectados por los bombardeos de que fueron objeto
tras su derrota (recuérdese que Japón sufrió dos terribles ataques atómicos que
destruyeron severamente dos ciudades, Hiroshima y Nagasaki, además de que
dejaron secuelas que hasta la fecha siguen afectando a la población, como
mutaciones genéticas ocasionadas por la radiación que dejaron dichos ataques).
Justo ese periodo de obligada reconstrucción permitió que Estados Unidos,
principal país que con varias de sus empresas la llevó a cabo, viviera un
periodo de auge que habría de durar desde finales de los años 40´s y hasta
entrados los 60´s, lo que dio lugar al muy vituperado periodo mejor conocido
como el American Dream, pues se llegó
a niveles de crecimiento económico y bienestar de la mayoría de su población,
sobre todo del sector obrero, nunca antes vistos. Casi todo mundo vivía con
“grandes comodidades”, gracias a los buenos salarios que obtenían por su
trabajo, así que poseían casa propia, uno o dos autos, modernos
electrodomésticos, como refrigeradores, televisores, aire acondicionado,
lavadoras, lavavajillas… y muchos otros “lujos”, que daban cuenta de su
clasemediero nivel de vida, al que se denominó, acordemente, The American Way of Life (y que, ahora
que EU vive una franca decadencia, ha sido tema de campaña de cada nuevo
candidato presidencial, quienes aún no reconocen o no han caído en la cuenta de
que eso ya es un, digamos, “bonito” recuerdo del pasado y ya).
También las enfermedades son motivo de ganancia, y las grandes firmas
farmacéuticas compiten unas contra otras para ver quién es la que encontrará
una cura contra el cáncer o contra el SIDA o las que ya lo han hecho, como
Pfizer, que en su momento ganó miles de millones de dólares con la píldora
contra la disfunción eréctil, la Viagra, que le resultó ser de sus fármacos más
lucrativos mientras tuvo la exclusividad de la patente, dejándole más de 1700
millones de dólares de ganancia cada año, desde que la lanzó al mercado en 1998
(http://www.theguardian.com/business/2009/nov/16/viagra-pfizer-drug-pill-profit).
Y de hecho, ya que la exclusividad de la patente expiró, los medicamentos
similares elaborados por otras empresas son muy lucrativos (tan sólo en México,
la venta de medicamentos genéricos contra la disfunción eréctil deja 2200
millones de pesos anuales:
Como decía arriba, los desastres también dejan grandes ganancias, como
sucedió con el terremoto de Japón del 2011. Dicho devastador evento dejó
grandes zonas urbanas y fabriles totalmente destruidas, sobre todos costeras, que
han debido de reconstruirse. Pero también se dañaron plantas nucleares, parcial
o totalmente, como el colapso de la planta nucleoeléctrica de Fukushima, y eso
mostró los potenciales, graves peligros que implica la generación eléctrica
nuclear (de hecho, cada día se hallan evidencias de que aumenta la
radioactividad debida a las aguas contaminadas desechadas por la destruida
planta: (http://www.argenpress.info/2014/02/japon-aumenta-casi-al-doble-el-nivel-de.html).
Por tal motivo, ese país ha decidido cambiar lo más pronto posible a la
generación por gas natural, lo que ha implicado crecientes volúmenes de compras
de ese energético, dejando, por tanto, muy grandes beneficios a las compañías
que se lo están distribuyendo (ver mi artículo: http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2011/07/oportunista-capitalismo-salvaje-o-de.html).
Así pues, en consonancia con los problemas, por muy graves que sean,
este absurdo sistema, debe no sólo de
adaptarse, sino de hallar una lucrativa ventaja.
Y ha llegado el turno, muy convenientemente, del calentamiento global,
cada año más agudizado, debido a la sobreindustrialización a la que hemos
llegado y a la sociedad del desperdicio, impulsados ambos por el destructivo
capitalismo salvaje, el que no parece tener límite en su afán por amasar más y
más ganancias, a costa misma de la salud del medio ambiente y de toda la
humanidad. De nada sirven las innovaciones tecnológicas si a pesar de que en
muchas cosas, como en las computadoras, se ha reducido el tamaño de éstas y
aumentado su capacidad. La sobreproducción actual opaca tales ahorros de
materiales y energéticos. Como señala el profesor Vaclav Smil, de nada sirven
tantos adelantos, mientras el sistema de producción y consumo desmedidos,
característicos del capitalismo salvaje, sigan vigentes. Indica que no basta
con que la ciencia avance, sino que ello debe de ir acompañado de muy
necesarios e impostergables cambios económicos, sociales y políticos (ver mi
artículo:
Esa desperdiciadora, destructiva tendencia está generando un desmedido
aumento en los niveles de contaminación, algo sin precedentes en la llamada “historia
moderna”. Sobre todo, la emisión de los gases efecto invernadero, que son los
que al ser arrojados a la atmósfera, actúan como una especie de envoltura que
guarda el calor producido por todas las actividades humanas. Tan sólo de
bióxido de carbono se arrojan mensualmente 2000 millones de toneladas, o sea,
66.7 millones por día, casi 800 toneladas por segundo. A eso hay que sumarle el
calentamiento provocado por la radiación solar, la cual no se logra disipar del
todo debido a que esos gases actúan, justamente, como una capa térmica que
impide al calor solar disiparse. Todo ello, en efecto, ha ido calentando al
planeta y provocado los dañinos problemas que se están ocasionando, tales como
el cambio climático, lo que ha generado que los fenómenos meteorológicos que
desde siempre han existido, tales como huracanes, tornados, nevadas, sequías,
lluvias torrenciales, tifones, el Niño, la Niña… sean cada vez más extremos, causando
mayores daños y perjuicios en los lugares en donde se presentan. Por ejemplo, las
nevadas que en el 2013 y en este año han azotado a Estados Unidos y Canadá, son
consecuencia de que el deshielo del Ártico se está acelerando, lo que está
descubriendo las capas de hielo más antiguas, el permahielo
Ese rápido deshielo, combinado con fuertes vientos y vórtices, ha
llevado las intensas tormentas de nieve que han dejado zonas enteras de ese
país y de Canadá sin servicios como electricidad o gas e, incluso, han
ocasionado muertos
En México, los destructivos huracanes que azotaron en el 2013 varios
estados, serán ya cosa común y más intensos año con año
Pero como a todo hay que sacarle ventaja, basta ver cómo los grandes
almacenes, como Wal-Mart, por ejemplo, aprovechan la desgracia de los
damnificados y piden que los clientes compren productos para aquéllos que,
dicha empresa, muy “acomedidamente” enviará como “ayuda” (hasta empresas como
Telcel, del millonario Carlos Slim, le entraron al “rescate humanitario” de los
damnificados, ofreciendo que por cada peso que la gente donara, esa empresa haría
lo mismo. Con tantos miles de millones de dólares que posee Slim, podría haber
él solo hecho importantes donaciones, pero no es tan “filantrópico”).
Y así está siendo en muchos casos, en que empresas de diversa índole,
están viendo en el calentamiento global un muy jugoso negocio, que entre más
daños y perjuicios ocasione, más lucrativo será.
En un libro publicado recientemente, Windfall: The Booming Business of Global Warming, el periodista
McKenzie Funk analiza, justo, la tendencia a la que me refiero en el presente
artículo. Señala que el primer banco en abrir un fondo de inversiones,
justamente basado en el cambio climático, es el Deutsche Bank, desde el 2008,
mediante la muy oportunista y cínica frase de que “El debate acerca del cambio
climático está dando un giro acerca de los costos y riesgos inherentes al de cómo capitalizar acerca de las excitantes
oportunidades, ya que una catástrofe ambiental no es, necesariamente, una
catástrofe financiera para todo mundo”.
Y argumentos tan brutalmente cínicos e insensibles han ya estado
empleándose por decenas de compañías que están viendo con muy buenos ojos que
el planeta se caliente día a día y que haya catástrofes ecológicas, las que les
redituarán excelentes ganancias.
Al entrevistarse McKenzie con el estratega del clima en jefe de dicho
banco, Mark Fulton, éste le comentó sin tapujos que el banco, aunque aún
invertía en “energías verdes”, como la solar y la eólica, lo que más le
interesaba eran empresas que, justamente, estuvieran ya tratando con el cambio
climático. Veolia, una de ellas, una empresa francesa que se anuncia como líder
mundial en desalinización y entubamiento de agua marina, que, de acuerdo con
Fulton, es el futuro, pues si el agua dulce se está agotando por el
calentamiento global, pues se debe, entonces, de aprovechar la abundante agua
marina. En la página de la empresa (http://www.veolia.com/en/),
se anuncia que sus ingresos en el 2012 fueron de €29400 millones de euros ($40278 millones de dólares, en adelante mdd),
lo que da idea de su lucratividad. Opera en 74 países en los cinco continentes,
con proyectos particularmente importantes en Omán y en Irak, claro, regiones
desérticas en donde el futuro hidráulico debe de ser asegurado como sea. Por
supuesto que ni imaginar toda la energía que esa empresa debe de emplear para
lograr que el agua de mar sea potable, pues son procesos que, dados los
actuales avances, demandan bastante energía, lo que es una especie de círculo
vicioso, pues tanta energía contribuye con más gases de efecto invernadero lo
que aumentará el calentamiento global. Empresa similar es la china Duoyuan
Global Water, que se especializa en equipos para tratamiento y purificación de
aguas marinas y residuales y que ha adquirido una gran importancia en China,
justamente, país que también se está quedando sin agua, tanto por la afectación
climática, como porque al haberse convertido en la maquiladora mundial, tiene
enormes consumos industriales de agua, así como de contaminación de la misma
(ver mi artículo: http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2011/01/el-sobrevalorado-y-anarquico.html).
También el Deutsche Bank tiene acciones en empresas agroindustriales,
como la nefasta, estadounidense Monsanto, la creadora e impulsora de cultivos
genéticamente modificados, como el maíz Terminator (llamado así porque no crece
la semilla que dan las mazorcas de la planta ya crecida), el cual ya se siembra
en México desde hace años (aunque no se reconozca oficialmente), con el peligro
de que las especies nativas, unas 200, de este país, origen de ese cultivo, sean contaminadas con
ese engendro y queden, en el peor de los casos, estériles. Se ha comprobado en
experimentos con ratas, que ese maíz produce tumores cancerígenos. También
Monsanto produce la soya transgénica Round Up, que ha invadido ya todo Estados
Unidos y otros países, como Argentina. Se nota la falta de escrúpulos del
Deutsche Bank, a quien no le afecta invertir en esas poco éticas empresas. Evidentemente,
su interés es simplemente lucrativo, ya que sus ventas, las de Monsanto, en el
2013 fueron de $14861 mdd. Y la propia Monsanto, preparándose para un caliente futuro, adquirió en el 2013 la
empresa Climate Corporation, una compañía que reúne masivamente datos sobre el
clima de todo el planeta, con lo cual puede predecir cuáles tendrían que ser
las medidas a seguir en determinada región, con tal de sobrevivir el calentamiento
global. Así, si en determinadas tierras se necesita un cultivo “especial”, con
ciertas características, Monsanto, con sus técnicas transgénicas, no tardaría
en ofrecerlo, en exclusiva, y ganaría
así mucho dinero.
Otra empresa similar a Monsanto, por la que se interesa el Deutsche
Bank es Syngenta, corporación inglesa también especializada en cultivos
transgénicos, como el maíz The Enogen,
que, indica su página web (http://www.syngenta.com),
“permite una más eficiente producción de etanol” (absurdo, en un mundo
hambriento, producir cultivos sólo para producir biocombustibles. Ver mi
artículo:
Las ventas de dicha empresa en el 2012 fueron de $142202 mdd. Claro,
aparte de las ganancias, al Deutsche Bank le interesan empresas así porque han
creado con sus engendros transgénicos, cultivos supuestamente más resistentes a
las sequías, que son las que se requerirían en un planeta más caliente y seco. Por
ello mismo también invirtió en Viterra, empresa agroindustrial canadiense que
produce igualmente transgénicos, y que en el 2013 fue adquirida por la empresa
anglo-suiza Glencore Xstrata, megacorporación que comercia materias primas y
posee mineras por todo el mundo. Los ingresos de Viterra son del orden de los
$2400 mdd anuales, también muy lucrativa por modificar irresponsablemente
cultivos, como puede verse.
Otra empresa es Oxitec, la que también se especializa en experimentos
biológicos, como mosquitos modificados genéticamente para combatir el dengue o
moscas del olivo, también modificadas, para combatir a esa plaga que afecta
justo a esa planta. Sin embargo, a finales del año pasado, tanto en Brasil,
como en España, se prohibió que esa empresa soltara millones de moscas
modificadas, debido a que no pudo asegurar si no habría daños a la salud, ya
que, de todos modos, las larvas resultantes de la cruza de las moscas
modificadas con las salvajes, quedarían dentro de las plantas, lo que no fue
aceptado como medida sanitaria por las autoridades españolas ni brasileñas. Por
lo visto, esa irresponsable empresa busca experimentar con sus creaciones, más
que realmente combatir a las plagas. Aún así, el Deutsche Bank la tiene en su
cartera de inversiones, ya que, como asegura Fulton, en un planeta calentado,
las plagas se esparcirán a lugares antes fríos, así que habrá que hallar un
modo de combatirlos y qué mejor que con insectos modificados que se deshagan de
ellos… que es lo que asegura Oxitec que trata de hacer.
Y también invierte en las empresas Yara y Agrium, fabricantes de
fertilizantes. Yara, empresa noruega, tuvo ventas en el 2012 por 84500 mdd y
produce amonio, nitratos de todo tipo, nutrientes simples y complejos para
plantas, pues en un planeta calentado, cada vez será más difícil obtener
ciertos cultivos. Igualmente, Agrium, empresa estadounidense, elabora muchos
tipos de fertilizantes, y sus ventas anuales ascienden a casi $12,000 millones
de dólares.
Pero también el Deutsche Bank posee acciones en la empresa dragadora
holandesa Royal Boskalis, la que había rehecho una isla en las Malvinas que fue
destruida por el tsunami del 2004. Fulton le dijo a Funk que de dónde, sino de
los holandeses, podían obtenerse buenos consejos para construir diques contra
la elevación del mar. Esa empresa, por ejemplo, realizó trabajos de dragado y
profunda alteración de una zona costera y de manglares en Cuyutlán, en el estado
de Colima, México, en donde se iba a construir una licuificadora de gas natural.
Tiene otros proyectos en Polonia, Jamaica, Nigeria, Melbourne, Wisconsin,
Rusia, Alemania, Qatar, Argentina y, por supuesto, en Holanda. Todos son
grandes puertos que implican profundas alteraciones de los medios ambientes
locales y que dan por hecho que los niveles marinos subirán, lo que se toma en
cuenta, incluso, en las futuras proyecciones. Los ingresos de Boskalis en el
2012 fueron de $4260 mdd y sus ganancias netas fueron de 343.25 mdd, o sea casi
el 25%.
Así es, como puede verse, de todo lo que implique el calentamiento,
hasta en la construcción de lo que se ha dado en llamar “defensas contra el
agua”, hay que sacar provecho.
Además, todas son empresas que ofrecen muy buenos rendimientos, con una
tasa de ganancia del 20% o más, y eso es lo que buscan los inversionistas, que sea lo que sea que desarrollen las
compañías en donde invierten, como en este caso, que le saquen provecho al
calentamiento global, que dejen buenas ganancias, pues, a fin de cuentas, ese
es el leit motif del
capitalismo salvaje.
Pero también Funk se puso a averiguar de otras compañías que,
igualmente, están aprovechando el calentamiento global para hacer muy buenos
negocios. Por ejemplo, en Londres, el Schroder Global Climate Change Fund
invierte en tierras de cultivo rusas, dado que por los inviernos más suaves,
son tierras fértiles y baratas, preparándose para cuando haya que sembrarlas o
habitarlas. También dicho fondo tiene inversiones en supermercados como
Carrefour o Tesco, pues, como el gerente de dicho fondo le dijo a McKenzie, “si
por el cambio climático va a bajar la producción de alimentos, la gente tendrá
que gastar más en comprarlos, así que los beneficiarios van a ser estas tiendas,
por lo que serán muy buenos negocios”.
Como ven, priva el lucro, no la preocupación de que vaya a disminuir la
producción de alimentos. Otro inversionista le dijo que había adquirido
acciones de reaseguradoras, tales como la alemana Munich Re (ingresos en el
2012: 7395 mdd), la suiza Swiss Re (ingresos en el 2013: 4400 mdd), o las
estadounidenses State Farm (primera y más importante aseguradora de EU, con
ingresos en el 2011 de $64300 mdd) y Allstate (segunda en importancia, luego de
State Farm, con ingresos en el 2011 de $32654 mdd), pues debido a desastres naturales, tales como
huracanes, las primas de los seguros subirán y darán más ganancias, “así que la
temporada de huracanes, en realidad es muy positiva para mí, pues obtengo
muchas más ganancias”. De nuevo, la codicia priva por sobre las vidas que se
pierden por los desastres naturales. Un banquero de Wall Street le contó que
estaba haciendo esfuerzos por comprar tierras en Ucrania, de lo que alguna vez,
durante la era soviética, fueron granjas colectivas, que ahora son tierras de
subsistencia que muchos campesinos prefieren vender por cualquier cosa. “Ahora,
basta con que usted llegue con una botella de vodka y algunos costales con
grano, para que le vendan, baratísimas, sus tierras de cultivo. Sí, hay que
estar preparados para cuando escaseen los alimentos o que los millones de
personas que van a ser desplazadas de las costas, busquen nuevos sitios en
donde vivir”. Pues vaya con el cínico eficientismo ante los desastres.
A pesar de tantas conferencias sobre el cambio climático, la gerente
del F&C Global Climate Opportunities Fund, Sophie Horsfall le confió a
McKenzie que “Para nosotros, hay muchas cosas que ver más allá del cambio
climático. Tenemos que separar nuestros valores éticos. Tenemos que alejarnos
de las consideraciones ambientales. Tenemos que pensar que el cambio climático
es una realidad y quizá sea algo difícil de ver, ¿no?”. Pues claro que con lucrativa
mentalidad, no es difícil ver que el calentamiento global abre “nuevas
oportunidades de inversión”.
Y así, siguen las inescrupulosas empresas, señaladas por McKenzie, que
se están sobando las manos con el calentamiento, en todo cuanto genere
ganancias.
Firmas financieras como la inglesa Schroders (ingresos en el 2013:
$3026 mdd) o la holandesa Summit Global Management, también están disfrutando
los “beneficios” de un mundo más cliente, pues otorgan financiamientos para la
compra de derechos de agua y compras de tierras para siembra, ya que las
frecuentes y largas sequías, así como la escases de alimentos, encarecerán
desproporcionadamente todo lo relacionado con la agricultura. Muy seguramente
empresas como la estadounidense Cargill, procesadora y acaparadora de
alimentos, estará preparándose para el boom
que representará comida más escasa y cara.
Como los inviernos serán cada vez más calientes, muchas tierras de
países cercanos al Ártico, como Rusia, Canadá o Groenlandia, se beneficiarán
también, pues tierras antes cubiertas siempre o casi siempre por hielo,
comenzarán a descubrirse y por los cientos de años de permanecer inactivas,
serán muy fértiles, a la hora de ser sembradas y producirán los necesarios
alimentos. Así, esas naciones y su actividad agroindustrial se verán muy beneficiadas, sobre todo porque
serán los nuevos y casi únicos graneros del
mundo calentado.
Y también las empresas dedicadas al ocio o los deportes, saldrán
beneficiadas, como las que fabrican hielo artificial. Una de ellas es la
israelí IDE Technologies (ventas en el 2013: $6273 mdd), empresa cuyo principal
giro es la desalinización del agua marina (de hecho, las plantas más granes
existentes, han sido construidas y son operadas por esa empresa. Están en
Israel, India, EU, China y Australia) y que también fabrica hielo artificial,
sobre todo en lugares turísticos. Así, los que gustan del hielo podrían
disfrutar de este elemento, no sólo en “invierno” (¿se hablará de invierno en
un mundo calentado?), sino todo el año, y no tendrán que temer que el hielo se
adelgace y represente un peligro, sobretodo para los esquiadores, pues será
“hielo seguro”. Ni imaginar que si eso, la congelación, requiere de mucha
energía, en un planeta caliente, será aún mayor la requerida y, claro, mayor el
costo, o sea ¡más ganancias!
Por supuesto que en esta estampida de inescrupulosas empresas deseando
el rápido ascenso de la temperatura, no podían faltar las depredadoras
energéticas, como la angloholandesa Shell (ingresos en el 2013: 451235 mdd) o
la británica BP (ésta, la dueña de la “accidentada” plataforma Deep Horizon,
que por varios meses del 2010 arrojó millones de barriles de petróleo en las
aguas del golfo, frente a las costas de Florida, que es considerado como el
peor desastre petrolero en aguas estadounidenses. De hecho, los enormes daños
provocados aún persisten y Florida sigue demandando por más de $9000 mil mdd a
BP, por todos los daños ocasionados a sus aguas, flora, fauna, manglares,
estuarios y todo lo que resulte: http://tbo.com/news/florida-sues-bp-over-oil-spill-environmental-damage-20140306/.
Y es una de las empresas a las
que la mafia en el poder en México le entregó, en bandeja de plata, las
reservas petroleras ultraprofundas del golfo. Podemos imaginar los cuantiosos
daños ambientales que también dejarán sus peligrosas operaciones aquí).
Gracias a que el rápido deshielo está descubriendo el Ártico (ambos
polos, de hecho), no sólo está reapareciendo tierra firme, la que, como dije, podrá sembrarse, sino que también
en sus entrañas, las exploraciones demuestran que hay reservas importantes de
petróleo, que ya podrán explotarse. De hecho, la rusa Gazprom tiene ya
instalados pozos de extracción del crudo (http://www.argenpress.info/2014/01/en-la-otra-vereda-del-foro-mundial-de.html). Y como todo va encadenándose, las empresas
que fabrican barcos rompehielos, también se benefician, pues sus embarcaciones
son ya más demandadas, además de que proveen diseños más “efectivos” para
surcar las aguas árticas, con más capacidad para romper los hielos remanentes.
Uno de esos rompehielos es el Baltika, cuya propietaria es justo Gazprom. El
barco es imparable, a decir de la constructora, la finlandesa Aker Arctic, pues
puede, incluso, trasladarse lateralmente (aunque, me pregunto, ¿cuál será el
giro de la empresa una vez que ya no haya hielo, esos barcos rompehielos, cuál
será su uso?).
En fin que, como ya se ha visto, es muy
esperado el calentamiento global.
Aunque quizá con ese terrible evento, para nosotros, los simples y
pobres mortales, ello atraerá muchísimas funestas consecuencias, quizá muchas
no previstas aún. Por ejemplo, plagas, como ciertos mosquitos transmisores de
enfermedades como la malaria o el dengue, ya se esparcen más libremente, pues se
han ido reduciendo las regiones frías o tan frías que se los impedían. O irán
apareciendo insospechadas amenazas, como alguna bacteria o desconocido virus,
que mientras permanecieron enterrados, no ofrecieron peligro alguno, pero al
descongelarse… de hecho, hace poco se halló un virus gigante que, tras 30 mil
años de estar congelado, revivió (http://periodismoalternativoblog.wordpress.com/2014/03/04/resucitan-un-virus-gigante-tras-pasar-30-000-anos-congelado-en-siberia/).
Por fortuna, sólo ataca amibas, pero algunos expertos señalan que
podrían surgir plagas o enfermedades contra las que no estuviéramos preparados
y que nos podrían dañar severamente.
Quizá eso también estén esperando las grandes farmacéuticas, cuál será
la siguiente gran enfermedad, que provoque una nueva pandemia y que salgan
victoriosas con un “milagroso medicamento”.
En todo caso, es un hecho que al calentarse más el planeta,
requeriremos aún más energía para seguir “existiendo”. Por ello, ya hasta
energías “no convencionales”, como el gas de esquisto, obtenido mediante el muy
contaminante y peligroso método del fracking, se están empleando, lo que
agravará aún más el calentamiento (ver mi artículo: http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2012/05/el-gas-natural-de-esquisto-el-regreso.html.
Pero,
además, están dándose accidentes, como pipas o pozos que han estallado
y se suponía que no era explosivo ese gas:
http://www.post-gazette.com/local/south/2014/02/11/Gas-well-explodes-in-southeastern-Greene-County/stories/201402110126)
Todo ello redundará en el absurdo de ir incrementando exponencialmente
el propio calentamiento, pero ¿¡hasta qué nivel!?
Quizá hasta que hirvamos, pues cuando el agua se hierve, se acaba con
las plagas.
Sí, eso es lo que quizá necesite este planeta, una hervida global, para
acabar con la plaga humana.
Contacto: studillac@hotmail.com