martes, 15 de abril de 2025

Una sociedad aburrida, se vuelve peligrosa

 

Una sociedad aburrida, se vuelve peligrosa

Por Adán Salgado Andrade

 

Dice un refrán que “el ocio es la madre de todos los vicios”.

Podría pensarse que tantos distractores, como los ofrecidos por las así llamadas “redes sociales” (que no lo son, en realidad), nos mantienen ocupados, que tantos millones de imágenes, videos, audios, nos abstraen y nos hacen reflexionar.

Pero en un artículo reciente, publicado en The Guardian, la analista Martha Gill, reflexiona que somos una sociedad mayoritariamente aburrida y que las mencionadas redes sociales, contribuyen al problema. La gente las ve, sobre todo, a través de los generalizados celulares, los que en países como México, ya superan a los habitantes. Hasta niños pequeños usan un celular, con todo el daño que ello implica (ver: https://www.jornada.com.mx/2025/03/16/economia/013n2eco?partner=rss).

En el artículo “Insurrecciones, tiroteos, sadismo… todos atribuibles al aburrimiento provocado por las redes sociales”, agrega como subtítulo que “el aburrimiento es una emoción peligrosa que nos hace ansiar drama, además de que está exacerbando al mundo moderno (ver:  https://www.theguardian.com/commentisfree/article/2024/aug/24/riots-shootings-sadism-blame-it-on-the-boredom-of-social-media).

Abre el artículo una foto bastante emblemática, de lo que sucede con la gente joven actualmente: una chica de unos 18 años, recargada sobre una mesa, sosteniendo con su mano derecha un celular. Su cara es de profundo tedio, aburrida, seguramente, de pasar páginas y páginas de distintas redes sociales (TikTok entre ellas) y sentirse insatisfecha. Es lo que puede verse, por ejemplo, en el transporte público, la gente con sus celulares, pasando imágenes del Facebook , como autómatas, sus rostros, inexpresivos, no mostrando emoción alguna.

Comienza Gill señalando que un libro titulado “Sobre el aburrimiento”, del 2021, era una compilación de ensayos que argüían que la era del aburrimiento, había concluido, con redes como el YouTube o el TikTok. “Se piensa que el aburrimiento ha sido casi eliminado, y hasta hay psicólogos preocupados de que ya no hay tiempo para solaz, que es el que se requiere para la reflexión o que los spams de atención son muy breves. Pero un estudio reciente ha confirmado lo que ha pasado por nuestras mentes distraídas, que escrolear por contenido interminable, en realidad, empeora el aburrimiento” .

Dice Gill que, en lo personal, no se pone a ver el Instagram por aburrimiento, sino por la urgencia de “disipar pensamientos y preocupaciones, ver a alguien tapando la jaula de un perico o sus fotos de su reciente viaje, algo que antes nos parecía tan aburrido”.

Es cierto, recuerdo que antes, la gente mostraba fotos de sus viajes y resultaban, en pocos minutos, aburridas (un capítulo de la serie televisiva “Galería Nocturna”, era sobre un “pecador, rebelde sin causa” que se había ido al infierno, cuando murió en un accidente de auto. Estaba en una habitación en donde un matrimonio de ancianos tenían como hábito, todos los días, estar mostrando sus fotos de viajes, lo cual ya le había aburrido a aquél. Varias veces se le presentó el diablo, y el pecador le preguntaba que cuándo partirían al infierno – pues él se lo imaginaba con hombres y mujeres desnudos, sufriendo de fuego y tormentos, algo que no le desagradaba del todo. El diablo le decía que “muy pronto”. Pero un día, ya harto de la misma pregunta,  sin tapujos, el diablo le dijo “¡Esto es el infierno!” y el pecador se tira al suelo, estrechando la cabeza entre sus manos, volviéndose loco de desesperación).

Señala Gill que en un famoso experimento, varias personas eligieron recibir choques eléctricos durante quince minutos, en lugar de permanecer sentadas, con sus pensamientos, durante el mismo tiempo (justo lo que referí del tipo que esperaba que el infierno fueran lenguas de fuego torturando y atormentando a los “pecadores”).

Dice que cuando diseñamos espacios ideales, “los hacemos aburridos con todo perfecto. Hoy, vivimos más aburridos que antes y aunque lo sentimos, no hacemos nada por cambiar las cosas”.

Señala que lo ideal, resultaría aburrido. “Vivir en una paradisiaca isla, con el tiempo, provocaría monotonía y nos aburriríamos”.

De hecho, yo agregaría que la vida es rutinaria y nos lleva al aburrimiento. Y a pesar de ello, mucha gente la sigue, pues no tiene otros proyectos de vida, más que estar trabajando y trabajando. En donde imparto clases, la FES Aragón, veo a compañeros maestros de avanzada edad, que apenas si pueden caminar y que no consideran jubilarse (cuando se los pregunto), pues es su vida dar clases.

Como dice Gill, la gente se estanca en su vida y en su aburrimiento.

Pero a veces, estallan las personas y hacen cosas violentas.

Se refiere, por ejemplo, a las protestas que tomaron lugar en Inglaterra el año pasado, 2024, cuando miles de racistas, supremacistas, salieron a las calles a protestar violentamente (provocando graves destrozos a construcciones y vehículos), debido a que el adolescente Axel Rudakubana, hijo de inmigrantes ruandeses, nacido en Cardiff, Inglaterra, cometió un atroz crimen el 29 de julio de ese año. Poseído por un acumulado resentimiento, ante la ausencia de una adecuada atención psicológica (era muy hostigado por sus compañeros), entró a una academia de baile, armado con un cuchillo de 20 centímetros, y asesinó a tres niñas e hirió a otras (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2025/01/la-adecuada-falta-de-atencion.html).

Ese incidente, que hasta dio lugar a noticias falsas de que el crimen lo habían cometido árabes barbones, vestidos con túnicas, es al que se refiere Gill, señalando que no se trató de ávidos fanáticos, defensores de la patria, sino de “ocasionales peatones que, con tal de romper la monotonía, se unieron a las destructivas protestas”.

En efecto, el aburrimiento, la rutina, es la que lleva, por ejemplo en México, a ataques de turbas que buscan cualquier pretexto para linchar a alguna persona, incluso, a inocentes o atacan a policías, cuando tratan de detener a algún delincuente probado. Salen así de su aburrimiento (ver: https://www.jornada.com.mx/noticia/2025/03/30/capital/en-xochimilco-y-milpa-alta-turbas-atacan-policias-para-liberar-detenidos).

Señala que la gente “aburrida” es la que comete actos violentos. “Los soldados aburridos, al estar inactivos en alguna batalla, muestran comportamientos muy crueles (véanse todas las atrocidades que han cometido en el genocidio contra Gaza los asesinos militares judíos o, en Ucrania, los soldados rusos). Y estudios han mostrado que la mayoría de los tiroteos (debe de referirse a los que se realizan en Estados Unidos, sobre todo), son debidos a que el perpetrador estaba aburrido y comenzó a matar gente por pura diversión y para distraerse”.

Señala que mucho del comportamiento violento en el mundo, lo han propiciado las redes y que, en el caso de Estados Unidos, “ese país, está en una crisis de madurez, con hombres que compran una potente moto para divertirse o que votaron por Trump, con tal de salir de la rutina”.

Y afirma que en Inglaterra “estamos mejor, aunque el incremento del aburrimiento es un problema. No podemos reinsertar al riesgo o a la incertidumbre en una sociedad moderna aburrida, pues pueden desbordarse y exacerbar los ánimos. Estamos seguros, consentidos y peligrosamente aburridos. Y eso es un problema”.

Tiene Gill toda la razón, pues una sociedad aburrida, busca romper el tedio, de vez en cuando. Por ejemplo, en todos los países, la violencia cotidiana en las calles, en el transporte, en establecimientos comerciales (riñas, enfrentamientos verbales, empujones o hasta asesinatos), se debe a que la gente, envuelta en sus rutinas, busca así, de forma hasta retrógrada, salir de ellas.

Pero si se dedicaran a hacer otras cosas para romper tales rutinas, como labores artísticas (pintar, tocar algún instrumento, hacer esculturas…), culturales (leer buenas novelas, poesía, historia, atender conferencias, cursos…), recreativas (días de campo, vacacionar a la playa…) o físicas (ejercicio, correr, salir en bicicleta…), no se aburrirían.

Estarían alimentando sus espíritus, que sólo así se nutren, y no por tener mucho dinero o cosas materiales, pues también, muy pronto, se aburren de tenerlo todo.

En el documental “Bajo Juárez” (México, 2006), sobre la epidemia de feminicidios que se dio en esos años en Ciudad Juárez, Chihuahua, en donde a diario eran halladas chicas asesinadas en terrenos baldíos (que siguen los asesinatos, pero han disminuido), una abogada afroestadounidense, que estuvo investigando los distintos casos (y gracias a que una chica que suponían muerta, logró sobrevivir y dio su testimonio, de que en una fiesta de gente adinerada, políticos y policías, la violaron y torturaron masivamente, estrangulándola al final, con lo que supusieron que la habían matado. Pero, como dije, sobrevivió. Debió de quedar la pobre muy traumada, con daños psicológicos permanentes), planteó la teoría de que como los terrenos baldíos pertenecían a dos familias de acaudalada gente de Juárez, podría haber sido una competencia entre los juniors de tales familias, para ver quien mataba y “tiraba” a más mujeres asesinadas en los terrenos de cada quien (ver: https://antropologiavisual.com.mx/es/muestra-mexicana/100-bajo-juarez.html?showall=1).

Así que, en efecto, una sociedad aburrida, como la actual, se está convirtiendo en una sociedad criminal y asesina.

Por favor ¡no se aburran!

 

Contacto: studillac@hotmail.com

 

 

lunes, 7 de abril de 2025

Les comparto mi cuarto video, sobre el alza de tarifas

Hola, queridas lectoras y queridos lectores. Les comparto mi cuarto video, acerca del irresponsable, absurdo incremento de las tarifas por parte de Trump, creyendo el hombre que con eso va a arreglar la decadente economía de ese país. Espero que sea de su agrado https://www.youtube.com/watch?v=W6e5qFMKQes

domingo, 6 de abril de 2025

Afganas a punto de parir mueren porque no hay hombres que las acompañen al hospital, que es obligatorio

 

Afganas a punto de parir mueren porque no hay hombres que las acompañen al hospital, que es obligatorio

Por Adán Salgado Andrade

 

Afganistán, país de poco más de 40 millones de habitantes, que estuvo ocupado durante veinte años por Estados Unidos, actualmente está regido por los talibanes, un grupo de tipos ignorantes, machos y misóginos, que no tienen la más mínima idea de cómo gobernar un país, al que sólo subieron al poder por el empleo de las armas. Luego de la retirada de Estados Unidos, tuvieron que recontratar a despedidos tecnócratas para que rescataran al país (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/10/los-talibanes-tuvieron-que-recontratar.html).

Poco es lo que produce, como ladrillos, textiles, jabón, muebles, zapatos, fertilizantes, ropa, alimentos, bebidas, agua mineral, cemento, carpetas tejidas a mano, gas natural, carbón y cobre. Pero mientras sus exportaciones son de unos $1,476 millones de dólares, mdd, sus importaciones son más de cuatro veces las de aquéllas, montando a $6,983 mdd. Lo que más importa son alimentos, sobre todo, harina de trigo, además de que por el lamentable estado de su economía (culpa de la invasión estadounidense y la falta de capacidad de los talibanes para administrar, además de que se le ha sometido a sanciones, pues no se les reconoce como “gobernantes”, porque derrocaron al, digamos, gobierno legítimo anterior), recibe algo de ayuda del exterior, principalmente por razones humanitarias (ver: https://www.cia.gov/the-world-factbook/countries/afghanistan/#economy).

Aun así, los talibanes están actuando de una manera misógina y machista contra sus mujeres, las que son casi la mitad de la población, unas 19.82 millones, con lo que el control poblacional se les facilita a aquellos brutos, por una serie de medidas estúpidas que las tienen sometidas y aterrorizadas. Cotidianamente, son golpeadas, violadas, esclavizadas y asesinadas, sin que “autoridad” alguna busque detener tantas graves infamias (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2024/07/las-esclavizadas-violadas-golpeadas-y.html).

Por si no bastara, por una absurda ley que les prohíbe salir a la calle sin acompañantes varones, muchas que están por parir o muy enfermas, mueren, pues no tienen chaperón que vaya con ellas al hospital. Es lo que expone el artículo de The Guardian, titulado “’Les rogué, pues mi hija se moría’: cómo las reglas de los acompañantes varones están matando a madres y a bebés”, firmado por las reporteras afganas Sana Atif, Freshta Ghani, Ruchi Kumar y Zuhal Ahad, quienes subtitulan su trabajo afirmando que “la necesidad de las mujeres de ser acompañadas por un hombre, en la calle, está bloqueando el acceso al cuidado de la salud y contribuyendo a crecientes índices de mortalidad, señalan expertos” (ver: https://www.theguardian.com/global-development/2025/apr/03/i-begged-them-my-daughter-was-dying-how-taliban-male-escort-rules-are-killing-mothers-and-babies).

Abre el artículo, la foto de una trabajadora de un hospital, de las pocas que tienen permitido hacerlo, que va llegando al lugar, cargando a su hijo pequeño y acompañada de su mahram, el obligado chaperón que tiene que acompañarla a todos lados. El “hospital”, se ve muy rústico, hecho de paredes de adobe, muy endeble.

La terrible historia que relatan es de Zarin Gul y su hija Nasrim, ésta, embarazada de ocho meses. Nasrim tenía otros siete hijos (una característica de los países pobres, la alta tasa de natalidad, pues al no tener otra cosa en qué distraerse, la sexualidad es primordial) y una noche, comenzó a sentir las contracciones previas al parto.

 Como el esposo de Nasrim trabajaba en Irán, las dos mujeres estaban sin un hombre que las acompañara al hospital. Gul se arriesgó y pidió un bicitaxi para que las llevara al hospital. “Rogué para que no nos encontrara y parara una patrulla de los talibanes, pero mis oraciones no fueron escuchadas. Demandaron que porqué íbamos solas y les dije que porque mi hija se sintió mal de repente, pero, mintiendo, les aseguré que el chico del bicitaxi era mi sobrino, que él era nuestro protector. Sólo así, nos permitieron el paso. Pero cuando al fin llegamos al hospital, el bebé ya había muerto en su matriz, pues el útero se había roto. Como allí no podían atenderla, porque era grave, nos dijeron que teníamos que ir a otro hospital. Contraté otro bicitaxi y nos detuvieron otras dos veces, dejándonos pasar porque otra vez mentí de que el conductor era mi sobrino y nuestro protector. Pero cuando llegamos, ya también era muy tarde para mi pobre hija y murió allí”, relata, llorando desconsolada, Gul.

No es posible que por la inflexibilidad de esos brutos, aplicando su maldita ley, Nasrim haya muerto. Como dije, no saben gobernar, no entienden de razones, son simples guerrilleros que sólo saben ordenar y mandar por el uso de la fuerza. Por eso, como señalo arriba, resulta muy conveniente el sometimiento de las mujeres, pues así controlan fácilmente al cincuenta por ciento de la población.

“Se ha comprometido y borrado el sistema de salud maternal y para los niños, por las draconianas políticas de los talibanes hacia las mujeres. El rehusarse a que viajen a los hospitales sin acompañante, combinado con altas tasas de matrimonio juvenil, pobre acceso a cuidados de salud, caminos inseguros y que se reniegue de la salud de las mujeres (las han de ver como poca cosa), son factores que contribuirán al incremento de muertes por maternidad en Afganistán, señalan agencias de la ONU”, escriben las reporteras.

Si de por sí, antes de que volvieran a regresar esos machos misóginos, el sistema de salud era malo, pues las muertes por maternidad eran el triple del promedio global, “de acuerdo con el Banco Mundial”.

“Señala un reporte de la OMS (Organización Mundial de la Salud) que 24 madres y 167 menores mueren todos los días en Afganistán por causas prevenibles. Se estima que más de 20,000 comunidades en todo el país, carecen de un sistema de salud básico, lo que afecta a 14 millones de habitantes”.

Sí, la invasión estadounidense, ni siquiera logró que Afganistán se desarrollara decentemente. Sólo se usó como una forma de presencia en la región, para contrarrestar a países como Irán o Pakistán, con los que Estados Unidos no mantiene buenas relaciones. El dato de que incluso antes de la reentrada al poder de los talibanes, la tasa de mortalidad por maternidad era tres veces el promedio mundial, dice mucho.

Agregan que se estima que para el 2026, de seguir iguales las cosas, las probabilidades de que una mujer muera al dar a luz, se incrementarán 50 por ciento, terrible. ¡Y en pleno siglo veintiuno!

En un hospital de Kandahar, el Mirways, sus empleados, señalan que muchas mujeres llegan muy tarde para la atención, como Nasrim. “Al preguntarles porqué, dicen que porque no tenían quién las acompañara. Por esa razón, el año pasado, murieron más de 800 mujeres y más de 1,000 recién nacidos allí”.

Otra foto, muestra a una partera, muy joven, de 22 años, ayudando a una mujer a dar a luz a una niña. Esa pobre bebé, no sabe lo que le espera, en el infierno en que nació y vivirá.

Varias mujeres que entrevistaron las reporteras, les comentaron que alguna familiar había muerto por circunstancias similares. “Mi hermana, no tuvo atención médica por su enfermedad y murió, pues no hubo quién la acompañara un día que se puso muy grave”, comenta una.

Pero justo por eso, es que mueren muchas, tanto embarazadas, así como enfermas de algún mal, pues por la estúpida restricción, sólo acuden al doctor ya cuando se están muriendo.

Otro problema es que como se ha prohibido que las mujeres trabajen, ya varias doctoras han renunciado y hasta han abandonado Afganistán, lo que reduce todavía más al personal médico.

Una de ellas, la doctora Sima (su nombre fue cambiado, para que no tuviera repercusiones), dice que a pesar de la represión, prefirió quedarse, junto con su marido, que también es doctor ”pues los dos sentimos que nuestra obligación es estar con nuestra gente”. Qué bien que prive en ellos el samaritanismo y la nobleza, a pesar de todos los inconvenientes, incluso, de que algún día, por cualquier razón, fueran acusados de algo y aprehendidos y torturados.

Son mayoritariamente parteras las que ayudan a las mujeres a dar a luz. Pero ellas también tienen muchos problemas, pues, como señalo arriba, en referencia a la foto, deben de llegar a sus trabajos acompañadas y vestir ropa que sea “islámica”, según exigen los talibanes, consistente en largas túnicas, que no son convenientes ni cómodas para trabajar.

Refiere una de ellas que un día “entraron los talibanes al hospital, a una sala en donde sólo se permiten mujeres. Pero a esos hombres no les importa. Arrestaron a tres compañeras, que porque no vestían convenientemente, que sus túnicas debían de ser más largas. Y no las soltaron, hasta que firmaron un papel en el que aseguraban que vestirían más islámicamente”.

Así que, como se ve, por todo las castigan, por no vestir bien, por trabajar, por salir sin chaperón.

Pero, lo peor, es que las dejen morir, si están enfermas o embarazadas.

Quizá porque, como llegan solamente a morirse, para que haya alguien que las vea fallecer y les dé la bendición de Alá.

Es otra forma de mendaz ultraje a las mujeres.

¡Malditos machos misóginos, asesinos!

 

Contacto: studillac@hotmail.com