miércoles, 29 de octubre de 2025

Gazatíes liberados de cárceles judías fueron torturados y ya no tienen familia ni casa

Gazatíes liberados de cárceles judías fueron torturados y ya no tienen familia ni casa

Por Adán Salgado Andrade

 

Con la supuesta, frágil “tregua” del genocidio en Gaza – que Donald Trump (1946) celebra como un “gran triunfo” de sus “pacificadores” esfuerzos – los gazatíes han tenido un momentáneo respiro, aunque, de todos modos, han seguido atacando y asesinando a gazatíes, so pretexto de seguir combatiendo a Hamas (ver: https://www.elnorte.com/suspende-israel-ayuda-a-gaza-acusa-violacion-de-tregua/ar3091949?v=2).

Entre los acuerdos establecidos, Hamas devolvió a los rehenes vivos y también ha entregado algunos cuerpos de los que fallecieron, varios asesinados por las bombas judías (ver: https://www.theguardian.com/world/2025/oct/13/israeli-hostage-release-hamas-gaza-last-living).

Los judíos hicieron lo propio, liberando a varios rehenes, unos 1,700 (claro, menos carga para esos genocidas), lo que ha permitido conocer las condiciones en que estuvieron viviendo en las infectas cárceles israelitas, narrando las torturas a las que fueron sometidos, con malos tratos y terribles condiciones de insalubridad, que les provocaron enfermedades.

El artículo de The Guardian, titulado “’Las formas más crueles de tortura’: palestinos liberados describen los horrores de la cárcel israelí”, firmado por Seham Tantesh y William Christou, narra las traumáticas experiencias que vivieron prisioneros palestinos encarcelados. Agregan como introducción a su trabajo que “hombres que fueron encarcelados en la prisión de Nafha, afirman que fueron golpeados brutalmente, amarrados de manos y pies, insultados, se permitió que contrajeran males por hongos y de piel y torturados con música a todo volumen durante dos días seguidos” (ver: https://www.theguardian.com/world/2025/oct/14/freed-palestinians-describe-horrors-of-israeli-jail).

Abre el artículo la foto de Mohammed al-Asaliya, de 22 años, con desencajado rostro, encarcelado en la prisión de Nafha, en el desierto de Negev, uno de los cientos de presos que sufrieron torturas y malos tratos por los carceleros judíos.

 A Naseem al-Radee, de 33 años, lo “despidieron los guardias, de la misma forma en que lo recibieron, golpeándolo sin misericordia. Ya tiene problemas en los ojos y otros males, contraídos durante su encarcelamiento. Fue aprehendido el 9 de diciembre del 2023 y se la pasó 22 meses en esa miserable existencia, sin que sus derechos humanos fueran respetados en lo más mínimo. Y al igual que otros detenidos, estuvo en esa cárcel sin ningún cargo, sufriendo torturas, hambruna y nula atención médica por parte de los carceleros judíos”.

Obviamente, no les iban a dar trato humano, tenían que sufrir, al igual que estaban sufriendo sus conciudadanos en Gaza, víctimas de diarios bombardeos, tiroteos, hambruna… que dejaron miles de asesinados y la casi totalidad de su país destruido, lo que los ha dejado sin futuro. Generaciones completas quedarán traumadas para siempre con este brutal genocidio que la “civilización”, en pleno siglo 21 ha permitido (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2025/01/escombros-y-casas-ruinosas-esperan-el.html).

La propia ONG B’Tselem, de judíos conscientes, denuncia la detención “como una política de abuso hacia palestinos encarcelados en las prisiones israelitas y centros penitenciarios”.

Radee abunda en su descripción: “nos torturaban todos los días, nos rociaban con gas lacrimógeno y nos disparaban balas de goma, para intimidarnos. La puerta eléctrica de la prisión se abría para que los guardias entraran, acompañados de sus perros, gritándonos que ‘¡échense sobre su estómago, en su estómago!’ y comenzaban a golpearnos sin piedad”.

Las celdas estaban sobresaturadas con 14 presos por cada una, cuando eran sólo para cuatro, a lo mucho. En efecto, parecieran prisiones de países pobres, en donde a los presos se les hacina, para que hasta se maten entre sí, cuando se dan frecuentes motines.

Se muestra otra foto, del mencionado Asaliya, en donde se ven las cicatrices que dejaron las ataduras en sus muñecas, que nunca se barrarán, como las traumáticas memorias que dejará el exterminador genocidio.

Asaliya narra que “no había atención médica. Tratábamos de curarnos poniéndonos desinfectante de pisos en nuestras heridas, pero sólo las empeoraba. Los colchones estaban asquerosos, el ambiente insalubre, nuestro sistema inmune, debilitado y la comida, contaminada. Había un área que llamaban la ‘disco’, en donde tocaban música ruidosa durante dos días seguidos. Era una de sus torturas más notables y dolorosas. También nos colgaban de paredes, nos rociaban con aire frío y agua y a veces nos rociaban chile picante. A mí, me arrestaron en la escuela, en Jabaliya, el 20 de diciembre del 2023”.

Y ambos perdieron peso. Radee, entró la prisión pesando 93 kg y salió con 60 kg. O sea, perdió 33 kg. En tanto que Asaliya, pesaba 75 kg y salió con 42 kg, perdió 33 kg durante su detención. ¡Vaya si los mataron de hambre a todos!

Las organizaciones de derechos humanos han dado fe de que todos los prisioneros hasta ahora liberados (todavía quedan más de 2,800 detenidos), han salido en muy malas condiciones de salud y corporales, con heridas, cicatrices, fracturas y otros males de los que “Itamar Ben-Givir, el ministro de seguridad de ultraderecha judío, se ha responsabilizado, pues dice que ‘nos encargamos de que los terroristas reciban sólo el mínimo del mínimo’”.

Claro, ha de desear ese genocida que se mueran todos en esas prisiones de porquería.

Y lamentablemente, para muchos, el suplicio no terminó allí, pues Radee, quien trató de comunicarse con su esposa e hijos, fue informado de que “¡fueron todos asesinados durante su detención!”.

¡Sólo imaginen su terrible desgracia y para la de decenas más, quedarse sin familia y sin su patrimonio! Los mataron ya en vida.

Otro artículo, publicado por Associated Press, el titulado “Un padre regresa de su detención en Israel, para encontrarse con una Gaza hecha pedazos y su familia incompleta”, firmado por Wafaa Shurafa y Lee Keath, da cuenta de otro muy triste caso, en el cual, Mohammed Abu Moussa, técnico médico gazatí de 45 años, quien también fue liberado por los judíos, se halló con que su madre, su hermana y los hijos de ésta, habían sido asesinados (ver: https://apnews.com/article/gaza-prisoners-released-israeli-prisons-7f709a1435489f95b0b94e11ffc9df12).

Abu Moussa estaba feliz de haber sido liberado, tras 20 meses de prisión. Fue capturado en el hospital Nasser, en Khan Younis, “en donde un bombardeo mató a nuestro hijo de siete años, un niño precioso”, dice, triste.

Pero también se enteró, por su hermano, de que “su madre, su hermana Aya, los hijos de ésta y sus tíos, padres de Aya, habían sido asesinados en un bombardeo, que además lo dejó sin casa”.

Antes de eso, lo que lo traumatizó, fue el nivel de destrucción de Gaza, “tanto, que me costó trabajo ubicar en donde estaba mi hogar”.

También sufrió terribles torturas y humillaciones en prisión. “Pero lo que más me dolió fue enterarme de la muerte de mis familiares, sobre todo, de mi madre. Quisiera tenerla junto a mí, que me acariciara, que me besara, que me consolara”, dice, llorando.

Y deben de ser escenas que se repiten, no sólo para los prisioneros liberados, sino para todos los gazatíes, quienes a estas alturas, deben ya de haber perdido, al menos, a algún ser querido, sea familiar o amigo, pues existe una probabilidad, de al menos un 4 por ciento de que así sea (la que obtuve, hablando conservadoramente, de 70,000 asesinados, divididos entre unos 2,100,000 sobrevivientes).

Así que agreguemos que, además de ya no tener futuro, tendrán que vivir del recuerdo de lo que fuera algún ser querido, hermanos, padres, primos, primas, amigos…

Sí, a todos ellos y a todas ellas, los judíos, los y las han matado en vida.

 

Contacto: studillac@hotmail.com

 

 

 

 

 

domingo, 19 de octubre de 2025

Virginia Giuffre fue víctima del depredador sexual Jeffrey Epstein

 

Virginia Giuffre fue víctima del depredador sexual Jeffrey Epstein

Por Adán Salgado Andrade

 

Virginia Giuffre (1983-2025) fue una de decenas de víctimas que pasaron por las pervertidas prácticas sexuales del depravado Jeffrey Epstein (1953-2019) y de su, igualmente enferma mental, cómplice, Ghislaine Maxwell (1961). El 31 de marzo, del presente año, Giuffre sufrió un accidente, cuando chocó contra un autobús escolar que viajaba a 110 km/h. Eso le provocó severas heridas y traumatismos, además de daño renal. Quizá por esa situación fue que decidió suicidarse el 25 de abril, a los 41 años de edad (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Virginia_Giuffre).

Sin embargo logró escribir sus dramáticas memorias en un libro titulado Nobody’s Girl: A Memoir of Surviving Abuse and Fighting for Justice (Una chica desconocida: memorias de cómo sobreviví al abuso y mi lucha por justicia), recientemente publicado por tres editoriales, debido a su importancia, ya que narra a detalle el tiempo que pasó controlada por Epstein y su secuaz Maxwell y todo lo que debió hacer con tal de sobrevivir, pues hasta estaba amenazada de que algo le podía suceder a sus hermanos si hablaba sobre todo lo que sucedía con esa inmoral pareja.

El artículo “’El príncipe Andrew creyó que tener sexo conmigo era su derecho de nacimiento’: Virginia Giuffre hablando de su abuso por parte de Epstein, Maxwell y el hermano del rey (de Inglaterra)”, que como introducción señala que “En un extracto de sus memorias póstumas, Virginia Roberts Giuffre recuerda el día en que un súper depredador la reclutó de Mar-a-Lago, con tan sólo 16 años, cómo fue traficada a una sucesión de ricos y poderosos hombres y cómo todos sabían lo que estaba sucediendo” (ver: https://www.theguardian.com/us-news/2025/oct/15/prince-andrew-virginia-giuffre-abuse-epstein-maxwell).

El padre de Giuffre, trabajaba cuidando los jardines y los campos de golf de la lujosa mansión en Mar-a-Lago del nefasto Donald Trump (1946). Aquél, la presentó a Trump y éste, gran amigo de Epstein, que era su vecino (por lo que se infiere que Trump sabía perfectamente de sus depravadas prácticas), le ofreció que también trabajara en su propiedad.

Las fotos de Giuffre de ese entonces, la muestran como una bella chica, de cara angelical, justo como les gustaban a Epstein y a Maxwell. En una mañana ella andaba con su uniforme de trabajo, una corta falda blanca y una blusa con su nombre, JENNA, que así la llamaban sus padres en ese entonces, cuando se acercó un lujoso auto, en el que viajaba Maxwell y su chofer. “Bajó del auto y me entrevistó. Y era una mujer que mostraba su lujosa vida, pues tan sólo su bolsa de mano, era más cara que la camioneta de mi padre. Me ofreció trabajo de masajista con un amigo que vivía por ahí cerca y acepté, muy entusiasmada, pues además me dijo que era muy rico y que me pagaría bien”.

Claro, usó como anzuelo lo de la fortuna, que para una chica como Giuffre, de clase trabajadora, era muy tentador, porque además le ofrecieron incluso viajes al extranjero.

Esa misma tarde, su padre la llevó hasta la casa de Epstein, “una lujosa mansión blanca de seis recámaras”.

Los recibió Maxwell, muy ansiosa de que el padre de Giuffre se retirara, pues no podían esperar las perversiones que a los pocos minutos siguieron. Subieron por unas escaleras “llenas de pinturas y fotos de mujeres desnudas. Me incomodé, pero pensé que los ricos son extravagantes, así que asimilé esa parte”. La llevó hasta una amplia habitación, en donde había un cuarto contiguo y allí, tendido desnudo, boca abajo, sobre una cama de masaje, estaba Epstein. “Maxwell me acercó y me dijo que comenzara con el masaje, mostrándome cómo, sin permitirme que me saltara sus nalgas. ‘No, tienes que masajearlas también, pues de lo contrario, interrumpes el flujo sanguíneo’, me dijo y cumplí, pero francamente ya estaba yo muy consternada. Sin embargo, seguí. En cierto momento, Epstein, dio la vuelta y su pene estaba erecto. Lo cual no me sorprendió, hasta lo intuí. El tipo comenzó a acariciarse su pene y Ghislaine, pronta, se desnudó y me desnudó y lo que siguió fue su ritual perverso, del cual, no sólo yo fui la única víctima, sino decenas de chicas jóvenes que, como yo, fueron víctimas de esos pervertidos debido a que eran chicas pobres, con traumas, que fueron abusadas, como yo, durante su niñez. Por eso, cuando me preguntan que porqué seguí en ese ritual de explotación y abusos sexuales, respondía que por mi inseguridad y mi difícil pasado”.

No sólo eso, sino que Epstein le mostró un retrato de su hermano menor, diciéndole que sabía dónde vivía “y que si salía algo de lo que aquí sucede, le podía suceder algo. Incluso, me dijo que controlaba a la policía del sitio, así que ni le moviera”.

Claro, el rico con poder tanto económico, así como policial. Vean, y todo eso lo sabía seguramente Trump, pero como el tipo también es un depravado sexual, acusado por varias mujeres de que las abusó sexualmente, ese par de bestias, se toleraban y se guardaban sus secretos.

Luego narra Giuffre cómo Epstein y Maxwell, la ofrecían a sus “cuates”, que iban desde políticos, investigadores, empresarios… a los que debía dar su masaje y, luego, resignadamente, acostarse con ellos.

“Un día se presentó Maxwell con quien después habría de saber que era el príncipe Andrew (1960), hermano del rey Juan Carlos II (1948) de Gran Bretaña. Primero quiso que bailáramos. En ese entonces estaba aceptable, no era el tipo arrugado, bofo, que actualmente es. Y luego del baile, pareció dar a entender que acostarme con él era su derecho real y lo tuve que hacer. Luego, Epstein y Maxwell, celebraron que Andrew me había dejado quince mil dólares como ‘agradecimiento’ por mis eficientes servicios”.

Y hasta muestra una foto de Andrew abrazándola, que les tomó Epstein y que, para desgracia de Andrew, salió en el libro publicado. De hecho, el hombre trató en el 2011, de buscar si Giuffre tenía algunos antecedentes penales, seguramente para amenazarla de que no confesara nada. Lo encargó a su chofer, que nada halló, pues Giuffre nunca había tenido, ni tuvo, problemas legales. Y ya también lo están acusando de eso al nefasto tipo (ver: https://apnews.com/article/prince-andrew-charles-epstein-giuffre-police-90af5868e0bcd2ecf4a07b1fb8b3bb68).

Vean cómo los rancios miembros de la nefasta, corrupta “Casa Real” inglesa son, además de parásitos, pervertidos (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2023/04/la-parasita-corrupta-casa-real-inglesa.html).

Y también Andrew, en vista de todos esos escándalos, ya renunció a su título nobiliario de Duque de York. Es lo menos que puede hacer, además de ponerse a trabajar como obrero (ver: https://www.bbc.com/news/articles/cgqlyw9g7weo).

Concluye Giuffre diciendo “que no les mientan aquéllos dentro del círculo de Epstein, que afirman que ellos no sabían lo que sucedía. Epstein no sólo no escondió lo que hacía, al contrario, sentía un cierto orgullo de que la gente se diera cuenta. Y la gente lo sabía, científicos, recaudadores de fondos de la Liga Ivy (un club deportivo) y otras muy afamadas instituciones y titanes de industrias. Ellos lo sabían, pero los tuvo sin cuidado”.

Por eso Trump ha hecho hasta lo imposible por evitar que los archivos sobre el caso Epstein salgan a la luz, pues sabe muy bien que está implicado en todas las asquerosidades que hizo ese depredador sexual.

Así que los pervertidos ricos y famosos, se tapan todas sus porquerías.

 

Contacto: studillac@hotmail.com